Existen muchas formas de correr el Dakar. Unos pocos, luchan por quedarse con el título o estar en el podio. El resto, por llegar hasta el final y sentir la gloria al subirse a la rampa del podio.
Hay días buenos y malos y ayer, la mala fortuna estuvo del lado de Lucio Álvarez. El sanrafaelino, que largó la especial estando en el tercer lugar de la general, rompió el tren delantero en el kilómetro 25 del recorrido cronometrado y perdió mucho tiempo en reparar la Toyota.
Así, el sanrafaelino finalizó el día en el puesto 67, a 3h32’12’’ del qatarí Nasser Al-Attiyah.
El piloto de Over Drive se topó con un obstáculo imprevisto y ahora deberá remar de atrás para volver a los primeros puestos. La tardanza lo retrasó del tercer lugar al 27 en el total acumulado.
Pero no sólo Álvarez tuvo inconvenientes, sino también Orly Terranova: se quedó colgado en una duna y lo ayudó Adrián Yacopini y Marcos Scopinaro. Pero en la maniobra, según contaron desde el equipo del mendocino, al hacer para atrás la 313 fue embestida por otro vehículo, lo que hizo más grande la demora.
No obstante, cuando volvió a la carrera, Orly aceleró y achicó la diferencia para poder terminar en el puesto 22, a 1h20’02’’ del vencedor del día. Este tiempo también lo tira para atrás en la general, donde ahora ocupa el casillero 15.
Quien sí tuvo un buen día fue la dupla integrada por Adrián Yacopini y Scopinaro. El "Chino", a bordo de la Race Amarok, sorteó las dificultades de la ruta diagramada y se ubicó en la posición 34, a 2h19’27’’. En la general está 39.
“En el principio de la etapa veníamos muy bien, con un ritmo bueno y sin errores, pero paramos a ayudar a Orly (Terranova) que estaba enterrado; estuvimos ahí un buen rato. En la última parte ya hacía mucho calor y el cansancio hizo que tomáramos la decisión de ir más lentos para llegar porque había muchas cortadas y dunas muy blandas”, dijo Chino.
José García continúa a paso firme con el objetivo de terminar la competencia. El "Gordo", a bordo de una de las Duster, fue cauto y prefirió no arriesgar para ser 38.
Más atrás, y casi de la mano, aparecieron las Toyota de Alejandro Yacopini y Sebastián Halpern.