El superintendente general de Irrigación, José Luis Álvarez, cumplirá mañana su último día al frente del organismo del agua de Mendoza y todo indica que "antes del jueves" se conocerá quién lo remplazará.
Álvarez se va remarcando reconocimientos al "trato institucional respetuoso" recibido desde los gobiernos del peronista Francisco Pérez (que lo nominó para el cargo) y del radical Alfredo Cornejo.
“Con ambos se trabajó muy bien y no hubo injerencias que afectaran la autonomía de Irrigación”, hace notar un estrecho colaborador del superintendente.
En tanto en la Casa de Gobierno ya se prepara el anuncio del hombre “con solvencia técnica” y tal vez “manejo político” (se descuenta que radical), que se hará cargo del timón del agua mendocina.
El envío de su pliego al Senado en los próximos días permitiría una asunción a principios de mayo.
En las últimas horas circuló el nombre del ex secretario del Tribunal Administrativo durante 25 años, Enrique De Filippo, actualmente jubilado.
Se trata de un abogado cercano al ex senador nacional de la UCR Miguel Mathus Escorihuela, a quien -a su vez- el gobierno de Pérez intentó encargar la redacción de una nueva ley de Aguas de la Provincia que nunca llegó a la Legislatura.
Mantiene una vigencia decreciente en las especulaciones previas el nombre del diputado nacional Luis Borsani. Todos dan por caído definitivamente el del consejero por el Río Mendoza, Alejandro Gennari.
A pesar de ser el favorito para el puesto, su cargo nacional, vinculado al reparto de fondos para obras hídricas, lo hace más necesario en ese lugar y lo excluye de Irrigación.
Interinato
Hasta que asuma el nuevo superintendente propuesto por Cornejo, desde el martes se hará cargo de Irrigación el consejero por el río Diamante Omar Demuru. Es un ex senador justicialista cercano al intendente sanrafaelino Emir Félix. Su mandato termina (como el del radical Gennari) el próximo 15 de mayo.
Álvarez se irá mañana de Irrigación sin hacer demasiado barullo, luego de desmentir terminantemente los rumores que le asignaban un puesto inminente en el área de Recursos Hídricos de la provincia de Buenos Aires.
“No está inflando globos amarillos ni practicando el pasito de Freddie Mercury”, dijo un colaborador para graficar que “de ninguna manera” dará un salto al macrismo.
"No será funcionario de (María Eugenia) Vidal y se retirará como un superintendente peronista que quiere dejar como legado un plan de Agua hasta 2020 -tras cinco años de emergencia hídrica- y un organismo sin deudas con proveedores, con diez nóminas salariales ahorradas y con la misma cantidad de personal con la que asumió", enfatiza la fuente.
Los vínculos de Álvarez con funcionarios bonaerenses de recursos hídricos (Pablo Rodrigué y Agustín Sánchez Sorondo) son previos a la llegada de Vidal a la gobernación de Buenos Aires y se gestaron durante la de Daniel Scioli.
Esas relaciones se profundizaron luego de que Cornejo y Vidal firmaran un acuerdo hídrico en julio del año pasado que preparó las coincidencias sobre Portezuelo del Viento en el Coirco. Allí Mendoza -con ley de Aguas desde 1884- se comprometió a aportar "apoyo institucional, técnico, académico y administrativo"- a Buenos Aires, cuya ley recién es de 1999, más de un siglo posterior.
Los mayores cuestionamientos a la gestión de Álvarez le apuntaron al traspaso de derechos sobre pozos de agua sin uso. Esto fue visto desde el sector de la UCR cercano a la vicegobernadora Laura Montero como “la promoción a un mercado del agua que lleva a una concentración del recurso en sectores acomodados”.
“Las transferencias de los derechos sólo han sido autorizadas en la misma cuenca y subcuenca y no hay sobreutilización del recurso subterráneo. Buscamos reflotar un uso productivo caído”, responden en Irrigación.
Frente a las críticas por “el refugio dado a ex funcionarios paquistas” (Cristian Correa y Martín Hinojosa) en Irrigación que disparó desde la UCR el diputado Gustavo Villegas, la superitendencia subraya que “no ha crecido el personal de planta”.
Álvarez dejará habilitado un espacio web (legadodelagua.agua.gob.ar) en el que -entre otras cosas- destaca la puesta en marcha del balance hídrico provincial, la implementación del voto electrónico en la elección de inspectores de cauce, la exportación de la experiencia del manejo hídrico mendocino a 13 países (entre otros Australia, Vietnam, Arabia Saudita e India), la impermeabilización de 77 kilómetros de cauces por administración con rembolso incluido de los productores, la implementación con la FAO del sistema Cacique Guaymallén, la recuperación por 30 años de la vida útil de El Carrizal y la construcción de 40 hectáreas de reservorios de agua en los tramos finales del Río Mendoza.
Álvarez dejará su cargo sin que la Suprema Corte se haya expedido sobre las siete causas judiciales abiertas por los reclamos de megaempresarios cuyas perforaciones en la zona de alta restricción de Alto Agrelo fueron permitidas por su antecesor, Eduardo Frigerio, y revocadas por él.
Altas fuentes judiciales estiman que la Suprema Corte se pronunciará este año sobre algunas de estas causas, aunque agregan que podría haber fallos contrapuestos entre la continuidad del uso del agua subterránea que piden los empresarios y la cancelación dispuesta por Irrigación. “Es que no todos los casos son iguales”, dicen en Tribunales.
Cambio total de autoridades
Tanto el superintendente como los cinco consejeros de Irrigación serán renovados por el gobernador Alfredo Cornejo. Omar Demuru, del Río Diamante, se debe ir el 15 de mayo al igual que Alejandro Gennari, del Río Mendoza.
Hasta julio de 2018 estará el consejero del río Atuel, Nicolás Gutiérrez. Hasta setiembre de 2018, por el Tunuyán Inferior estará Fernando Escobar. Hasta abril de 2019 estará José Viard por el Tunuyán Superior.
Así, dos de los nuevos consejeros permanecerán hasta 2022, otros dos hasta 2023 y el quinto llegará a 2024.