Era un domingo caluroso y húmedo y, si bien el cielo se anticipaba nublado y oscuro, nadie imaginaba la pesadilla que se desencadenaría. Corría el 4 de enero de 1970 y alrededor de las 18 la mayoría de los mendocinos se encontraban disfrutando de una jornada de ocio haciendo frente a las altas temperaturas. Primero comenzaron a caer algunas gotas que luego se intensificaron pero, cerca de las 18.15, "un furioso torrente de agua marrón, que descendió de los cerros, colmó la capacidad de los zanjones y desbordó todas las calles de la ciudad", tal como se describió en la crónica de este diario publicada hace exactamente 50 años.
Se trató de un aluvión que derivó de la rotura del dique Frías, ubicado en Godoy Cruz. La situación dejó más de 21 muertos y pérdidas materiales por 5.000 millones de pesos de aquella época. Con el tiempo fue bautizado como el "aluvión de las heladeras" ya que los testigos relataron haber visto estos electrodomésticos bajar por las calles junto al agua, además de autos, ramas y todo tipo de elementos. De hecho la fuerza de la corriente fue tal que arrastró el Puente Olive, que conectaba Luján por calle Cervantes antes de la existencia del Acceso Sur; afectó miles de viviendas; arrancó la pasarela ubicada en calle Cippolletti y se llevó columnas de cemento.
Su impacto se sintió a nivel nacional ya que el presidente de ese entonces, Juan Carlos Onganía, viajó a Mendoza para reunirse con el gobernador José Eugenio Blanco para colaborar con el abordaje de la emergencia. Dos reconocidos profesionales mendocinos vivieron en carne propia este desastre lo que de alguna manera influyó en su futura trayectoria laboral.
Hasta las rodillas
La doctora en Geografía y ex senadora, Nelly Gray de Cerdán, ha dedicado parte de su carrera a la gestión de riesgos de desastre e incluso ha producido leyes y normas vinculadas al tema. A ella el aluvión de 1970 la "tocó" de cerca. Esa tarde se encontraba en el Automóvil Club de Chacras festejando el cumpleaños de su marido. Cuando volvía a su hogar junto a su esposo y sus dos hijas (de seis meses y 3 años) notaron que la lluvia se intensificaba por lo que se detuvieron en las inmediaciones de la calle Darragueira cerca del canal Liniers.
"En un momento limpio el vidrio de adelante que estaba empañado y vi pasar una heladera por el canal. Me sorprendí, le avisé a mi marido e inmediatamente me dijo que bajáramos del auto", recordó. Cuando abrió la puerta observó que el agua le llegaba a las rodillas por lo que los cuatro se subieron a un terraplén que se había generado para el paso del ferrocarril. "Estábamos a 10 metros del canal que venía negro y totalmente sobrepasado. Escuchábamos los gritos de mucha gente", relató a la vez que comentó que al lado del canal había una casa humilde de la que ayudaron a sacar a tres mujeres.
"Cuando pasó un poco, a mi marido le ofrecieron sacar el auto de donde lo habíamos dejado porque estaba a punto de que se lo llevara el agua", detalló la doctora en geografía. Ella describió toda la situación como "espantosa", pero rescató el apoyo que recibieron de los vecinos de la zona. "Fue gente espectacular. Hasta nos ofrecieron lugar para los niños". Subrayó que recién a las cinco de la mañana pudieron dejar el lugar. "Todas las calles estaban repletas de barro. La avenida José Vicente Zapata tenía más de un metro", precisó.
Sobre las causas del aluvión, Gray de Cerdán remarcó que no sólo fue el impacto del agua que se acumuló, sino que el dique se encontraba en malas condiciones, lo que había podido comprobar con sus propios ojos tres meses atrás. "En el último año de la carrera de Geografía habíamos ido a esa zona y vimos unas grietas tremendas en el dique de las que también tomamos fotos", narró.
Para ella se trató de un fenómeno inesperado para los mendocinos, pero que llevó a mucha gente a empezar a tomar conciencia y definitivamente marcó su carrera. "Entre otras iniciativas, en la ley de ordenamiento territorial 8.051 incorporé la necesidad de tener un plan de gestión de riesgo provincial que todavía no se ha llevado adelante", manifestó. Según su visión se trata de un marco fundamental para que los municipios avancen al respecto. "Si uno recuerda lo que pasó y no hace nada al respecto, desperdicia una experiencia", consideró.
La “plancha” por Ituzaingó
Ricardo Ponte, arquitecto, patrimonialista y doctor en Historia Latinoamericana, quien ha estudiado las acequias y todo el sistema de drenaje de la ciudad, también sufrió con las consecuencias del aluvión. Esa tarde, él se había llevado el auto de su padre sin permiso para pasar el día en la montaña. A la vuelta venía con un amigo totalmente ajeno a lo que estaba pasando en el llano. "El gran susto me lo encontré cuando quise cruzar por la avenida San Martín", contó.
La situación siguió empeorando a medida que se acercaba a la Cuarta sección. "En la calle Corrientes sentía que el auto flotaba y cuando frené se paró y no arrancaba", remarcó el arquitecto. Frente a esta situación se bajó por la ventanilla con la intención de llegar a su casa caminando. Pero cuando intentó cruzar la calle Ituzaingó se cayó en una zanja que se había generado cuando quitaron las vías del tranvía. "Me arrastraba el agua e iba haciendo la plancha, pero como temía golpearme la cabeza me agarré a una vía que estaba al costado", indicó. En ese momento, los vecinos notaron su presencia y le tiraron una soga que le permitió salir sano y salvo. "El problema fue que perdí la camisa, el pantalón y los zapatos", expuso.
En esas condiciones llegó a su casa donde le contó a su padre lo sucedido y le pidió ayuda para buscar el auto que no estaba donde lo había dejado, sino que su amigo lo había estacionado para mantenerlo a salvo. "Al otro día salí en el diario Los Andes como un muchacho que estuvo a punto de ahogarse", recordó Ponte.
Para él, esa experiencia se cruzó en su vida y definió de alguna manera su futuro. "Este tema de los aluviones, el agua, las acequias, los canales, fue un tema al que le dediqué mi vida", destacó a la vez que detalló que muchos lugares por donde pasó el agua en ese entonces solían ser ríos secos que se transformaron en calles.
"El agua tiene buena memoria y busca por donde circulaba con anterioridad, lo que hay que tener muy en cuenta para la planificación de las ciudades", subrayó. El profesional también reflexionó sobre la relación del agua con el desierto. "En muchos momentos reina la escasez y por otros, la abundancia intempestiva", manifestó.
Plan de actuación
Consultado sobre el aluvión histórico, el director de Defensa Civil, Daniel Burrieza, aseguró que la provincia tiene un plan de actuación por si llegara a suceder un evento similar o más severo. "Cuando hablamos del aluvión del '70, nos referimos a un fenómeno que ocurrió hace 50 años. La Mendoza de esa época tenía otra disposición. Hoy tiene un sistema de diques que han servido para la contención de los aluviones cuando llueve hacia el Piedemonte y se han mejorado sensiblemente las obras al respecto", expuso.
Explicó que por el cambio climático y el extremo comportamiento del clima que se está observando, nadie puede garantizar que no pueda volver a ocurrir un fenómeno del estilo. "Por esa razón hay que estar siempre preparado", manifestó. Asimismo detalló que desde allí cuentan con un documento llamado "Procedimiento para manejo operativo de la emergencia de aluvión o alud fulminante" actualizado en 2017. "Tenemos una hipótesis de riesgo en un área densamente poblada al pie de la montaña donde las intensas precipitaciones en zonas montañosas terminan afectando una determinada cantidad de personas, viviendas, entre otras variables", precisó. Entre las acciones se incluye la conformación de un centro de operaciones de emergencia provincial, cómo se trabajará la seguridad, las comunicaciones, la evaluación de daños, difusión de la emergencia. Asimismo remarcó la importancia de que todos los mendocinos tomen parte activa en la prevención como, por ejemplo, cuidando de no tirar residuos en acequias y canales.
La lluvia más grande registrada
David Cangialosi, director de Hidráulica, indicó que la lluvia que generó el aluvión de 1970 fue la más grande desde que se llevan registros con 110 milímetros en una hora. Por esta razón explicó que en ese momento el dique Frías se desbordó ya que la crecida fue de cuatro veces para lo que estaba diseñado. "El antiguo dique fue hecho en la década de 30 con la ingeniería de esas décadas y hoy se sabe a ciencia cierta que fue superado y que no fue el embanque", expuso a la vez que aclaró que una serie de estudios técnicos lo determinaron. Asimismo destacó que después del 70 se llevaron adelante una serie de medidas correctivas que incluyeron la reconstrucción del dique Frías con mayor capacidad que el anterior. El funcionario se refirió además a un sistema nuevo de presas en Chacras y obras complementarias para las cuales se está buscando financiamiento en la actualidad. "La presa de Chacras y Sosa está diseñada para 163 milímetros lo que supera la lluvia más grande registrada", informó. De todas maneras, indicó que nunca se puede decir que el riesgo es cero pero que mientras más infraestructura se haga más bajo se torna. "Pero en una sociedad con tantas necesidades de seguridad, salud, caminos, entre otros, el tema de hasta dónde invertir en obras de seguridad para un hecho que puede no ocurrir, siempre está en discusión", reconoció.