Alumnos se preparan para la evaluación integradora anual

Aunque desde la DGE señalan que se evalúan capacidades y no contenidos, en las escuelas -tanto de primaria como de secundaria- piden a los docentes que repasen todo lo visto durante el año.

Alumnos se preparan para la evaluación integradora anual

En lugar de los globales del pasado, a fin de mes los alumnos de primaria y secundaria de la provincia tendrán una Evaluación Integradora Anual por cada una de las materias.

Se trata de una prueba que no implica recapitular los contenidos de la asignatura, sino vincular los aprendizajes y medir si los niños y adolescentes adquirieron determinadas capacidades.

Es que en la actualidad, los chicos no tienen dificultades para acceder a la información, pero sí muchas veces para jerarquizarla y procesarla. En este contexto, la memoria, si bien sigue siendo importante, debe compartir el podio que ostentaba en lo educativo con otras habilidades.

Entre ellas, Emma Cunietti, subsecretaria de Planeamiento y Evaluación de la Calidad Educativa de la DGE, enumeró la capacidad de diferenciar lo principal de lo accesorio, de resolver problemas, de inferir lo que no está explícito, de aplicar conceptos a otras situaciones.

“Los contenidos pueden ir cambiando, sobre todo en Ciencias Sociales, pero lo que sí se debe desarrollar es la capacidad de aprender, de adquirir el conocimiento que se necesita para cada situación”, planteó la funcionaria de la Dirección General de Escuelas.

Esta modificación en lo que se evalúa a fin de año tiene como correlato una mayor libertad de elección del instrumento para tomar la prueba.

Así, el docente o la institución educativa podrán optar por una prueba tradicional, pero también por proyectos, trabajos prácticos, estudios de caso, evaluaciones de opción múltiple, uso de TIC, ensayos. La elección dependerá de la naturaleza de la capacidad a evaluar, pero sí es requisito que se trate de una evaluación individual.

Aunque en el calendario escolar la Evaluación Integradora Anual aparece a partir del 23 de noviembre, los exámenes podrán comenzar a tomarse el lunes 21. Deberán rendirlo tanto los estudiantes de nivel secundario, como los de primario, desde primer grado a séptimo. La idea, señaló Emma Cunietti, es que los alumnos no tengan más de una por día. Como rendirla es obligatoria, el chico que no pudo asistir deberá tener una instancia de recuperación.

Sobre la nota, Cunietti explicó que en primaria, el resultado de la prueba se promediará con el resto de las calificaciones del tercer trimestre. En tanto en secundaria, se hará un primer promedio de las notas del trimestre, que luego se promediará con la calificación de la evaluación integradora; de ahí que su influencia relativa sea un poco mayor en este nivel.

Reducir la ansiedad

La directora de educación primaria, Patricia Charamonte, señaló que lo más importante de esta evaluación es que tanto los niños como los padres bajen su nivel de ansiedad. Esto, ya que no se trata de que los alumnos repasen todo lo que vieron en el año, porque no es un examen final, para el que hay que saber todo el contenido de la materia.

Lo que se mide, en cambio, es el nivel de desempeño que el chico ha alcanzado en función de las capacidades que se esperaba desarrollar durante el año. En ese sentido, Charamonte indicó que la prueba resulta útil también como una orientación para que el docente pueda evaluar sus propias prácticas y reforzarlas de ser necesario.

Como en el nivel primario la prueba integradora tiene el mismo peso que cualquier otra en el promedio del trimestre, puede considerarse más bien una actividad de cierre del ciclo escolar.

Devolución al alumno

Este año, en el nivel secundario se abandonaron los trimestrales y se buscó que el alumno tuviera una nota individual en cada trimestre. La directora de Educación Secundaria, Sara Lucero, comentó que han organizado reuniones para explicar a los asesores pedagógicos de las sedes de supervisión para que bajen algunos lineamientos sobre la evaluación.

Asimismo, indicó que consideran fundamental que el profesor haga una devolución de este examen integrador a los alumnos, en particular a los que desaprobaron, ya que seguramente el complementario sea muy similar. También es importante, destacó, que la familia acompañe al estudiante en este período.

Lucero recordó que en las escuelas secundarias, el plazo fijado para la evaluación integradora es desde el 23 de noviembre -aunque en algunas tal vez empiecen antes- hasta el 7 de diciembre. Luego, para quienes no aprobaron, comienza el corto período de apoyo escolar y las mesas para rendir toda la materia.

En las escuelas los denominan globales

Si bien desde la Dirección General de Escuelas insisten en que lo que se evalúa son las capacidades y no los contenidos, en las escuelas las indicaciones que reciben los docentes ponen el foco en los conocimientos que se impartieron durante el año. Por otra parte, cuando se habla del examen de fin de año se omite la palabra “integradora” y se lo denomina “global”.

Jazmín es profesora de Lengua y Literatura en dos escuelas y comentó que en una le dieron directivas para armar la evaluación anual integradora: que tenía que ser un examen escrito y que debía elaborar un cuadernillo de repaso con todos los temas del año. En la otra, le pidieron que presentara un modelo de cómo será la prueba.

La docente contó que los alumnos más aplicados están algo nerviosos, mientras los que no vienen muy bien no se han preocupado demasiado. Pero consideró que puede ser una instancia útil, sobre todo para los que probablemente se lleven la materia, porque les permite organizarse y empezar a repasar antes de llegar a las clases de apoyo en diciembre. De todos modos, indicó que habrá que esperar para poder evaluar los resultados.

Cecilia, quien da clases en primaria, manifestó que el año pasado ya tomó un examen para evaluar todo el ciclo lectivo, pero que a los niños les cuesta recordar lo que vieron en marzo o abril. En 2015, detalló, destinó una semana al repaso y preparó un trabajo práctico integrador, que era muy similar a la prueba, pero aún así tuvo un alto porcentaje de desaprobados.

Así, señaló que por una parte se eliminó la carga de los trimestrales, pero que por otra, ésta se traslada a fin de año. Sí destacó que los resultados le sirvieron para detectar las dificultades de aprendizaje que los niños habían tenido, de manera de reforzar estos temas en el próximo año.

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