Desde que comenzó a aplicarse en 2008, el Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios (Fines) ha mutado. En un principio, aseguran alumnos y docentes, esta estrategia para promover la terminalidad educativa en forma "exprés" se vivió como una especie de prueba piloto, que presentó varias flaquezas en su aplicación.
Pero poco a poco tomó mayor solidez a medida que se aceitaron los mecanismos necesarios para que el programa tuviese mayor formalidad al momento de impartir la enseñanza y lograra brindar un servicio de apoyo e incentivo a todas las personas que no lograron concluir la escuela.
Según los datos de la Dirección General de Escuelas (DGE), el año pasado en nuestra provincia 1.220 personas mayores de 18 años saldaron la deuda de materias que tenían pendientes del nivel medio a través de esta herramienta.
En relación con los estudiantes de las escuelas secundarias (técnicas y orientadas) que el mismo año lograron el título (9.982), quiere decir que -aproximadamente- uno de cada diez alumnos en 2013 terminó la secundaria por medio de este plan.
Este año, los registros indican que hay 2.136 alumnos anotados en el Fines que buscarán obtener el título a lo largo del ciclo lectivo. Se trata de una política educativa que fue impulsada desde los ministerios de Educación y Desarrollo Social nacionales. Justamente, éstas son las áreas que financian el pago a los docentes que trabajan en esta modalidad.
Tres instancias
En líneas generales, el plan Fines a nivel local tiene tres instancias. La primera es la que está destinada a los alumnos que adeudan materias del último año de la secundaria y que mantienen su regularidad, en tanto que la segunda incluye a quienes abandonaron en la primaria o bien dejaron sus estudios inconclusos en los primeros años del nivel medio.
En la provincia esta oferta sólo se ofrece en los departamentos de Capital y San Martín y está combinada con algunas experiencias barriales de reinserción social.
Mónica Soto, subsecretaria de Educación, dijo en ese sentido que a diferencia del Fines destinado sólo a rendir las últimas materias de quinto año, "actualmente no hay una alta demanda de este servicio, que atiende casos muy particulares".
Este tercer formato, que según la DGE tomará el plan en la provincia, es el que estará destinado a las escuelas secundarias técnicas. Por ahora, el área educativa se encuentra en la asignación de los profesores tutores que dedicarán horas a esta tarea de capacitación.
Flexibilidad vs. calidad
A diferencia de otras provincias, donde en gran medida el plan se dicta en entidades que trabajan por fuera del circuito educativo formal (uniones vecinales, comedores y asociaciones barriales han servido como aulas satélites), en la nuestra se ha buscado "condensar" la implementación del plan en instituciones educativas tradicionales.
Las sedes locales donde se dicta son 18 escuelas secundarias comunes de gestión estatal -una por departamento- y 108 Centros Educativos de Nivel Secundario (CENS), distribuidos en toda la provincia. A éstos hay que agregar algunas aulas satélites.
Así, los alumnos que se inscriben en el plan Fines tienen la oportunidad de ir a clases de apoyo en la escuela más cercana a su domicilio para poder rendir las materias adeudadas. El horario nocturno y la posibilidad de cursar entre una y dos veces semanales, figuran entre los puntos doblemente analizados.
Por un lado, los beneficiarios ven esto con buenos ojos, debido a la accesibilidad que presenta. Sin embargo, otras voces expresan que esta facilidad termina por dejar de lado la calidad educativa a cambio de lograr una mayor cantidad de personas que logren rendir las materias adeudadas en forma "exprés": un plazo máximo de tres meses.
Así lo consideró Mónica Matilla, doctora en Educación: "Habría que ver si en realidad esos jóvenes y adultos logran una inserción laboral real y cuál es el sentido del secundario. Creo que no alcanza con que los chicos tengan un papel".
Rendir en tiempo récord
Desde el Gobierno defienden la seriedad del plan argumentando que estas clases tutoriales siempre deben ser dictadas en función del programa de estudio de las asignaturas pendientes perteneciente al colegio de origen del alumno. De hecho, luego de aprobar el examen, es la misma escuela la que debe emitir el certificado de estudios secundarios completos.
A su vez, los docentes que hacen las veces de tutores confirman que, de hecho, ellos deben priorizar los contenidos que enseñarán a los alumnos. "Como el tiempo para que rindan es poco, por lo general es necesario hacer un recorte de la materia", aseguró Facundo Campos (32), profesor de Ciencias Sociales, que lleva más de cuatro años dedicado a la educación de adultos.
Desde su punto de vista, la no adecuación de los planes de estudio a las materias o las demoras de hasta cinco meses a la hora de pagar a los docentes, siguen siendo algunas debilidades del plan.
A éstas se suman la posibilidad de que un mismo docente pueda dar diferentes materias y la escasez de horas semanales dedicadas al dictado de clases. "De todas maneras, creo que la lógica del plan es buena, porque está dando una oportunidad", opinó Campos y recordó que los estudiantes tienen la obligación de asistir al 85% de las clases.
A Rodrigo Flores (21), la posibilidad de haber podido rendir las materias que debía de la secundaria le ayudó a reorganizar su vida y cumplir el proyecto de estudiar una carrera universitaria. En su caso, las asignaturas que arrastraba de la escuela Valentín Bonetti eran Química, Matemática e Inglés.
Luego de cursar durante dos meses por la noche en un CENS a través del plan, logró rendir todas las materias en el mismo año. "Fue más sencillo y más rápido. A mí me ayudó muchísimo porque gracias a eso ahora estoy en segundo año de (la carrera de) Turismo", comentó el joven.