Ir sin el uniforme, usar el celular en clases y tener manifestaciones amorosas inadecuadas en el establecimiento, son los comportamientos recurrentes que chicos detectaron como actos que deben ser sancionadas.
Además, a cada proceder fuera de lugar le asignaron una acción reparadora correspondiente para resarcir la falta.
Se trata de los últimos pasos para terminar de dar forma al sistema que remplaza a las amonestaciones y que permite a cada alumno recuperar una cantidad de puntos mínimos necesarios.
Durante el día de ayer todas las escuelas secundarias de la provincia, tanto públicas como privadas, realizaron una jornada escolar de convivencia para debatir sobre las conductas inadecuadas y las acciones reparadoras que corresponden a cada falta.
De la actividad participaron padres, alumnos y profesores, y cada establecimiento trabajó con su propio ritmo en el camino al cambio en el sistema de sanciones.
"Algunos establecimientos vienen trabajando desde antes, ya sea con los padres o con los mismos chicos, comunicando la Resolución 445 (de Convivencia). Es por eso que ayer cada escuela fue abordando distintas puntos y algunas no convocaron a los padres", señaló María Rosa Sfeir, titular de la Dirección de Orientación y Apoyo Interdisciplinario a las Trayectorias Escolares (Doaite).
Agregó: "Cada escuela maneja con cierta flexibilidad un cronograma y algunas trabajarán la semana que viene con los papás definiendo las acciones reparadoras para las faltas. En general, por el seguimiento que hicimos durante todo el día, la jornada se realizó satisfactoriamente con la participación de todos los actores".
De todas maneras, más allá de la libertad con la que se maneja cada escuela, la fecha tope que bajaron desde la Dirección General de Escuelas (DGE) es el 10 de mayo. Para este entonces cada institución debe tener conformada su resolución o normativa de convivencia escolar y, a su vez, habérselo comunicado a los padres. Además estipulan que para este día cada colegio debe haber conformado su propio Consejo de Convivencia Escolar.
Una jornada distinta
Como si se tratara de una clase más, los chicos estuvieron ayer sentados enfrente de un profesor que les explicó la nueva resolución y que a su vez moderó entre los distintos aportes que cada uno hizo. Los Andes pudo estar como uno más de ellos y participar en el debate.
"Cuando vengamos sin uniforme podríamos no salir ese día al recreo o quedarnos a escribir mucha veces en el pizarrón ?debo traer uniforme'", aportó como una posible conducta reparadora un alumno de 5° año de la escuela Nacional Agustín Álvarez. "En el caso de ensuciar mucho nos podríamos quedar todos los chicos limpiando el curso", agregó otro compañero que estaba sentado detrás.
En frente de la clase estaba Claudio Bellino, profesor de SIC y microemprendimientos. El docente fue tomando nota en el dorso de una planilla todos los aportes que hicieron sus alumnos.
"Nosotros ya hemos trabajado desde antes con los chicos y hemos tipificado las faltas y su ubicación en una escala va desde leve hasta extremadamente grave. Lo que están haciendo los chicos ahora es decidir las acciones reparadoras que eligen en cada caso", comentó la vicedirectora de la escuela, Alejandra Casiva.
La participación en el curso fue bastante activa y algunos en un tono más reflexivo admitían cuáles son las cosas que más les cuestan: "Somos de faltar mucho el respeto a los profesores y de llegar tarde. Está bueno poder participar porque nos va a servir para comprometernos y nos va a ayudar a hacer las cosas bien", reflexionó otro de los chicos de 5°.
En otra aula, un grupo de papás se reunió con una docente para interiorizarse de la resolución y hacer una puesta en común. Sixta, madre un chico de 1°, comentó: "Nos interesa ver cómo están nuestros hijos. La escuela, los padres y los alumnos deben estar en contacto ya que la educación es una tarea de las 3 partes". Norma Morales, mamá de dos alumnos, agregó: "Estamos acá porque la educación empieza en la casa y en estos tiempos estamos viendo que hay mucha indisciplina".
En la escuela José Vicente Zapata también participó un grupo de padres que manifestaron su preocupación por la situación de la educación actualmente: "Vemos que los chicos reflejan los problemas de la sociedad misma y en general hay una falta de respeto hacia toda autoridad. Es por eso que decidimos estar presentes en la jornada", comentó Cristina Muzio, abuela de un alumno de 1°, y agregó: "Como los padres de mi nieto trabajan decidí venir yo".
Otras escuelas optaron por no citar ayer a los padres y postergarlo para la semana que viene. Éste fue el caso de la Manuel Belgrano, en Godoy Cruz. "No pudimos incluir en el debate a los papás ya que pretendemos hacerlo la semana que viene y separarlos por curso", comentó el director del establecimiento.
En cuanto a la asistencia de alumnos y padres, en general las escuelas lucieron llenas, pero con un cierto grado de ausentismo.
"Teníamos miedo de que faltaran masivamente, pero nos hemos sorprendido porque la escuela está relativamente llena", indicó la vicedirectora del Agustín Álvarez. Por otro lado, los papás convocados se hicieron extrañar ya que, como señalaron, la mayoría trabajaba. "Hemos notificado por distintos medios a las familias de los 794 alumnos que tenemos, pero sólo han venido 15 mayores", admitió Mery Ramos Castilla, directora del José Vicente Zapata.
