Los jóvenes, con sus intereses, percepciones y modos de ver la realidad, son una vía de acceso privilegiada a la realidad que vivimos. El politólogo y ensayista Oscar Landi, ya fallecido, sostenía que “son sismógrafos de la actualidad de una sociedad”.
Tomamos ese pensamiento y agregamos que las visiones y realizaciones de los muchachos y chicas no mayores de 17 años permiten rastrear en parte lo que es Mendoza hoy, considerando también los roles negativos que, en ocasiones, asume ese segmento de la población, es decir, una parte.
Hablemos en este caso de aquellos jóvenes que, pese a dificultades y sorteando los miedos actuales, se muestran propensos a defender valores tradicionales, a no aburrirse, a salir adelante y mostrarse solidarios.
Es lo que han demostrado, y de hecho siguen evidenciando, los cursantes de ambos sexos, no mayores de 17 años, de la escuela secundaria Nº 4-001 José Vicente Zapata, de la capital.
Un puñado de alumnos de tercero, cuarto y quinto años obtuvo el segundo premio del concurso nacional Maestros Argentinos, que viene organizando desde hace cinco años el Ministerio de Educación de la Nación. El grupo que logró ese galardón se hizo acreedor de un premio de 500 mil pesos, monto que será destinado a adquirir nueva tecnología audiovisual.
Los estudiantes -y profesores como mentores- elaboraron el proyecto “Luz, cámara e inclusión”, que tuvo por consigna preguntarse: ¿Qué estás haciendo por un mundo solidario”, que dejó registrado pequeños cortos ilustrados través de entrevistas, visitas, proyectos altruistas, documentales o videoclips realizados por alumnos de otras escuelas provinciales, reunidas y editadas por los representantes del colegio José Vicente Zapata, junto con su director, Claudio Peña, licenciado en Comunicación Social, y las vicedirectoras.
Esa compilación de trabajos fue presentada en el Ministerio de Educación y fue superando pasos hasta llegar a una instancia de 20 finalistas entre 350 escuelas del país. “Luz, cámara...” quedó segundo en el certamen, apenas superado por la Escuela de Educción Técnica Nº 4, de San Juan.
El premio Maestros Argentinos está destinado a reconocer a equipos de educadores del país que hayan logrado mejoras en las trayectorias y los aprendizajes de los estudiantes.
En la escuela que obtuvo el segundo lugar hay una corriente de entusiasmo y compromiso. Los participantes evidenciaron ganas de ayudar al resto de la comunidad. Además de efectuar el trabajo para el concurso, visitaron geriátricos, comedores infantiles y escuelas rurales (de Rodeo del Medio y Tupungato), realizando un verdadero estudio de campo.
De esa forma no sólo retrataban la realidad de esas entidades sino que además tomaban conocimiento de las verdaderas necesidades de esos centros de contención. Así fue que los estudiantes, por ejemplo, advirtieron que un merendero infantil al que llegaron tenía asegurada la comida, por lo que resolvieron apoyarlo con la donación de artículos de limpieza, que sí faltaban.
Estos incentivos, estos logros, forman parte de una política integral para la docencia que tiene como uno de sus principios rectores la valoración de los docentes, a través del fortalecimiento de la motivación de los alumnos. Estos, en este caso mendocinos de entre 14 y 17 años, ofrecieron un rostro y una realidad que no es sólo la negativa que a veces expresan las salidas a boliches o el admitir que se aburren o que no se interesan por nada o que la solidaridad es únicamente una palabra.
El galardón tiene también una valoración implícita hacia los docentes encargados de dirigir los proyectos, quienes ponen el compromiso y tiempo personal más allá de las horas de clase para que las trayectorias y los aprendizajes de los estudiantes trasciendan el espacio del aula y se proyecten a la comunidad. El conjunto -profesores y educandos- representa una mirada positiva, una mirada hacia el esfuerzo, el compromiso, la constancia y el espíritu de solidaridad.
