Aludes ruta 7, ¿podemos aprender algo?

Aludes ruta 7, ¿podemos aprender algo?

Oportunidad para aprender y dar un servicio a la gente por parte de las autoridades que correspondan: pocos días atrás se produjo un nuevo corte en la ruta 7, Mendoza, por lluvias y aludes.

Soy un turista argentino que cruzó la frontera por el Paso Pehuenche tres días después del cierre del paso de la ruta 7 el 24 de enero. Regresaba a Argentina después de un recorrido por playas chilenas, pasando los últimos tres días en la lindísima playa de Pullay, sin TV, señal de celular ni de internet, o sea que no tenía información sobre lo que sucedía.

Tomé para el regreso la ruta 5 Sur hasta Talca y luego la ruta a la frontera. Cargando combustible, alguien comenta que había demoras en la frontera, sin muchos más datos. Por este motivo decido parar -a las 20- en una cabaña sobre la ruta y salir a las 4 del día siguiente hacia el paso. Llegué a la cola de autos a las 5 con 2 botellas de agua, algunas galletitas y algo para preparar un sandwich, reserva que me pareció suficiente para la espera de unas horas.

Resumiendo, pasé por la frontera 15 horas después, a las 19. Durante esa espera, que cada media hora avanzaba 100 metros, no teníamos información de ningún tipo. Calculo que yo estaba a 7 km de la frontera (aprox. 130/150 autos por km) y la cola se perdía hacia abajo entre curva y contracurva. No había recepción de radio AM, ni FM, señal de celular, internet.

Pasaba (a lo largo de las horas), gente de Vialidad, patrullas de carabineros, bomberos, ambulancias, un carro hidrante blindado y dos camionetas del tipo 'celulares', para alojar detenidos, todos cuesta arriba y hacia abajo repetidamente.

Alguno al paso 'bajando' hacia Talca comentó que la gente de la Aduana se había atrincherado en la frontera por la queja de la gente y no atendía más el paso.

Visto desde la fila de autos todo era una locura. Mucha gente sin agua ni comida, menores, bebitos, gente grande esperando bajo el sol horas y horas sobre los 2.000 m.s.n.m., sin baños y, lo peor, sin ningún tipo de información. Peleas entre la gente cuando alguien se adelantaba sin respetar la cola; cruzaban los autos en la ruta, etc.

No se pueden prever los aludes, temblores, derrumbes, etc. Lo que sí se puede prever es tener un plan de contingencia para estas situaciones.

- Multiplicar por 5 las dotaciones en la frontera. (Hubo tiempo, el corte había sucedido hacía 3 días).

- Informar a la gente los tiempos de espera estimados y la situación en la ruta a la altura de San Clemente, antes de largarse al cruce y en los peaje de la R5.

- Repartir agua a los automovilistas -1 litro /persona-.

- Entrega o venta de alimentos a la gente, a precios razonables. Una sola camioneta paró a vender agua y algún alimento y casi lo asaltan por la cantidad de gente que quería comprar algo. Pero los asaltó el de la camioneta, a $ 20 la botella de 500 cc.

- Informar a la gente en la cola con un patrullero + altoparlante distancia y tiempos de espera, sólo con eso, muchos autos con chicos hubieran vuelto a Talca.

- Colocar un baño químico cada 300/500 m. ¿Es mucho pedir? ¿Serán 20/30 baños? Hay que ver a cientos de personas de todas las condiciones trepando los cerros para buscar alguna privacidad.

Finalmente la mayor inconsciencia e imprevisión fue la de liberar el paso alrededor de las 18. Por la cantidad de gente acumulada en la ruta y próximos a tener que pasar la noche en la cola, alguien decidió abrir la frontera para reducir la presión.

Sólo exigían entregar el comprobante de ingreso a Chile, el cual para acelerar el paso, ni siquiera lo verificaban con los documentos. No hubo control de Aduana. Pasaban menores y autos sin control. En la emergencia se entiende como decisión razonable, pero no a las 19, con la cordillera por delante y cayendo la noche.

Si es posible esa decisión a las 19, ¿por qué no la tomaron a las 15 avisando a Gendarmería argentina que controle a miles de autos bajando?

La carrera que se armó cuesta abajo en la ruta hacia Malargüe fue indescriptible. Autos a la carrera, pasándose en curvas, tirándose el auto encima, tratando de llegar primeros a Malargüe o seguir viaje hacia Mendoza después de estar 14 horas o más en la espera, con hambre, con poco combustible, sin hotel reservado.

-Llegué a Malargüe a las 21 y los hoteles estaban todos ocupados; colas para cargar combustible y en la oficina de turismo para conseguir alojamiento, etc. Por lo que se veía en la ruta, hubiera sido un milagro que no se matara alguien. Por supuesto, esa noche se mató una familia y en la radio hablaban de un 'accidente'.

¿Aprenderemos los argentinos y chilenos sobre estas situaciones, puesto que el sentido común nos dice que los derrumbes se van a repetir en el tiempo?

Intenté resumir la historia, pero es difícil frente a la frustración de lo vivido. La mayor frustración no es la espera y los inconvenientes. Lo que más enoja es la incompetencia de tanta gente sumada que tendría que haber intervenido. Los gobiernos nacionales de los dos países, los gobiernos provinciales y municipales, Gendarmería y Carabineros, personal de Aduanas y de Migraciones, Guardias Civiles, etc., etc.

Por lo visto y vivido, no reaccionó ninguno. Si hubieran escuchado las protestas y las promesas de tanta gente de no volver a cruzar la cordillera, aunque sea por interés económico, alguien debería reaccionar.

Para finalizar, dos de mis hijos viajaban en su auto y salieron antes que nosotros. Esperaron 20 horas en la cola, sin agua ni comida -sólo tenían un frasquito de miel- pasando la noche con mucho frío. Seguramente algún burócrata dirá que también esto fue un 'accidente'. 
 
Arq. Ignacio Aranda  - DNI 10929836

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