El número de muertos por un alud que destruyó una aldea en la periferia este de la capital guatemalteca aumentó a 131, mientras que 300 siguen desaparecidos, informó ayer una fuente oficial.
“Lamentablemente un nuevo recuento indica que son 131 los muertos que se han recuperado”, comentó Julio Sánchez, del cuerpo de Bomberos Voluntarios y vocero del puesto de comando de rescate en el lugar de la tragedia.
El socorrista afirmó que todos los cuerpos recuperados ya fueron trasladados a la morgue provisional en el municipio de Santa Catarina Pinula, unos 15 km al este de la capital, lugar donde se encuentra la aldea Cambray II que fue arrasada por toneladas de tierra la noche del jueves.
El socorrista también anunció que las labores de rescate fueron suspendidas temporalmente debido a la lluvia que afecta esa la zona y “es un riesgo trabajar en esas condiciones”, por lo que serán reanudadas hoy en la mañana.
En un recuento anterior, las autoridades oficiales contabilizaban 96 muertos y 300 desaparecidos.
Las tareas de rescate se habían reanudado ayer contrarreloj con unas 80 máquinas para remover escombros, aunque entre los socorristas cada vez quedaban menos esperanzas de hallar sobrevivientes.
Sánchez dijo que ayer terminan las 72 horas que son vitales para encontrar sobrevivientes, según las normas internacionales.
El deslave sorprendió a los vecinos en una zona que ya había sido declarada de alto riesgo por las autoridades de protección civil por estar asentada entre altas laderas y cercana a un río.
Los socorristas recuperaron ayer decenas de cadáveres de entre el montículo que formó el deslave; el lodo y la tierra cubrieron 1,7 hectáreas y en algunos lugares la capa alcanzaba hasta 15 metros de altura.
Santa Catarina Pinula es una comunidad de clase media de empleados de gobierno, comerciantes, taxistas y preparadores de comida.