El sexto y último paro general de 24 horas contra la política económica del Gobierno nacional tuvo ayer un altísimo acatamiento en todo el país, al que contribuyó de manera decisiva la adhesión de los sindicatos del transporte.
Sin embargo, y pese a las razones comunes para realizarlo, el paro volvió a mostrar la fractura dentro del movimiento obrero: por un lado la CGT "dialoguista", que convocó por quinta vez a una huelga general; y por otro el "combativo", encabezado por el moyanismo, que adhirió de manera activa tras haber realizado con dispar adhesión su propio paro general, hace exactamente un mes.
"El paro tuvo una adhesión contundente y un acatamiento muy importante en todo el país. En las grandes ciudades la fotografía fue una ciudad desierta", dijo Héctor Daer, uno de los cosecretarios generales de la CGT, al hacer un balance junto al otro cosecretario, Carlos Acuña, pasadas las 14.30, en conferencia de prensa en la sede histórica de la CGT. Junto a ellos estuvieron una docena del total de 35 integrantes del Consejo Directivo de la central. Entre ellos los "independientes" Gerardo Martínez (construcción) y Andrés Rodríguez (estatales de UPCN), y Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), único presente de los dirigentes sindicales del transporte, clave en la contundencia del paro.
Tres horas antes, a una veintena de cuadras de la CGT, en la sede del sindicato de camioneros, los "combativos" intentaban primerear con su propio balance. "El paro ha sido muy efectivo, muy importante. Esto es una demostración más del rechazo a las políticas del Gobierno", dijo Hugo Moyano, acompañado del bancario Sergio Palazzo, que encabezan con el sindicato de mecánicos el Fresimona (Frente Sindical para un Modelo Nacional); y de dirigentes de las tres fracciones de la CTA.
Curiosamente, junto a ellos estuvo Gustavo Menéndez, intendente de Merlo, donde el sábado pasado la fórmula Fernández-Fernández hizo su presentación pública. En ese clima, Moyano pidió a los trabajadores en un claro tono electoral que "no se vuelvan a equivocar" al votar en las próximas elecciones.
En Azopardo 826, sede de la CGT, Daer abundó en el balance del paro, sin arriesgar porcentaje alguno de adhesión, como sucedió otras veces. Destacó la reacción "pacífica" del movimiento obrero frente a la política económica gubernamental, que "erosionó toda la actividad económica, trayendo consecuencias devastadoras en el tejido social, con una caída del salario y del empleo y un aumento tremendo de la pobreza". Y reclamó "acciones inmediatas" para "frenar esta decadencia social, política y económica".
También dejó abierta la posibilidad de convocar a otro paro general. "No podemos afirmar ni descartar un nuevo paro", dijo. Mientras que desde el sector "combativo", Moyano, Palazzo y el resto habían insistido un rato antes con que el de ayer fuera el inicio de un plan de lucha contra la política económica de Cambiemos y que para eso la conducción de la CGT convoque al Comité Centra Confederal, máximo órgano decisorio de la central.
Sin embargo, pese a lo dicho por Daer, no está en los planes de ninguno de los "dialoguistas" de la CGT impulsar lo que sería un séptimo paro contra el gobierno de Macri. Sucede que la convocatoria al paro de ayer fue por la iniciativa que habían tomado los "combativos" en su enfrentamiento con la Rosada.
"No habrá más paros. La política electoral lo toma todo", deslizó a este diario el estatal "independiente" Andrés Rodríguez. Y lo confirmó uno de los más encumbrados dirigentes cegetistas en otros términos: "Nos ponemos a laburar todos en política". Se trata de uno de los que ha hecho público su apoyo a "Los Fernández" y que es parte de la Mesa de Acción Política del PJ oficial.