Con menos vehículos en general en el centro de Mendoza por las vacaciones de invierno y el receso escolar, el radio que define la Capital de Mendoza, especialmente el microcentro, sigue siendo un caos cotidiano. A veces con menor intensidad y en otras creciendo en dificultades.
Dentro de ese panorama, el transporte público de pasajeros en el Gran Mendoza es gravitante por la envergadura de su importante servicio. Está conformado por un buen conjunto de líneas de ómnibus, trolebuses y más recientemente por el Metrotranvía en expansión. Las autoridades provinciales competentes se encuentran abocadas a la planificación estratégica del sistema de movilización urbana con miras al llamado a licitación para renovar las concesiones a las compañías transportistas.
Atendiendo a la magnitud de tal planificación, sería oportuno prestar consideración a otras alternativas que, además de las en estudio, sumen nuevas prestaciones con miras al remplazo del uso del auto particular.
Una alternativa de movilización que atendería a estas nuevas demandas, probada con éxito en otras ciudades del país y del extranjero, está dada por los llamados servicios diferenciales, prestados en vehículos tipo combi con distintas capacidades de transporte de pasajeros y equipajes.
Dentro de ese plan que tiene el Gobierno figura procurar sacar vehículos particulares del Centro, jerarquizar los medios de transporte y convertir en vías de circulación para ómnibus un determinado número de calles de la ciudad y los alrededores.
Dentro del panorama general, solucionar el sistema de transporte y convertirlo en atractivo para el público, ofreciendo comodidades y óptimas prestaciones que no hagan necesario el uso del auto particular, tendría un beneficio muy significativo para el Gran Mendoza y su ordenamiento. La circulación en la ciudad está saturada, y el ciudadano lo sufre en carne propia. En forma rápida se podrían implementar líneas diferenciales, ya que las unidades de menor tamaño son de mucho menor costo que los vehículos de mayor tamaño.
La implantación de la opción diferencial se manifiesta claramente en la ciudad de Buenos Aires, con cientos de salidas de rodados desde las terminales Obelisco y Puerto Madero, atendiendo un movimiento diario de 85.000 pasajeros. En Mendoza sólo contamos con una línea de esta categoría a cargo de la Empresa Maipú.
Si bien los viajes diferenciales tienen necesariamente un costo mayor, ofrecen ventajas debido a las condiciones de servicio y características especiales de los vehículos utilizados: sólo pasajeros sentados, aire acondicionado, calefacción, y mayor rapidez que las líneas comunes gracias el menor número de paradas para ascenso y descenso de usuarios.
Se ha comprobado que dichas ventajas son determinantes de la preferencia dada al transporte diferencial por aquellos usuarios que antes viajaban en su movilidad particular asumiendo altos costos de combustible y estacionamiento, riesgos de accidentes y agravamiento de la congestión vehicular en las áreas céntricas.
Sería bienvenida toda mejora en el transporte público que alivie el enorme impacto ambiental que a diario soporta la ciudad de Mendoza por el ingreso de miles de automóviles particulares desde los distritos aledaños, además de los que aportan a la circulación los residentes en la capital.
Es aconsejable pensar en la implantación de varias líneas diferenciales interconectadas entre sí, con recorridos en el área del Gran Mendoza, facilitando viajes seguros y cómodos en la ciudad y la periferia.
