Ni la tragedia de Turbus de febrero del 2017 (que dejó 19 muertos, 22 heridos y cuyo juicio comenzó hoy), ni la del micro con niños chilenos que volcó en Las Cuevas en enero y que dejó a 3 chicos muertos, ni tampoco aquellas otras “desgracias con suerte” -accidentes sin víctimas fatales- parecen ser escarmiento o motivo de concientización suficiente para conductores argentinos y chilenos que -a diario- circulan por la ruta 7, a la altura del Corredor Internacional.
En lo que va del año, se han labrado 481 multas por esta infracción en el tramo de la ruta que vincula a Argentina con Chile, y si se tiene en cuenta que hasta ayer (cuando se actualizó esta cifra) habían transcurrido apenas 45 días del 2018, el promedio es de más de 10 multas por día.
Según las estadísticas -aportadas por el Jefe de Policía Vial, Fabián Becerra-, en todo el 2017 se labraron 3.122 multas, todas en jurisdicción de Alta montaña y por adelantamiento en doble vía amarilla. De acuerdo al valor actualizado de las multas -contempladas en la flamante ley de Seguridad Vial (9-024)- y al tratarse de una infracción gravísima, la sanción por traspasar la doble línea asciende a 9.500 pesos. Si el conductor la paga de forma voluntaria y durante los 3 días posteriores, se aplica un descuento de 40% (por lo que el monto baja a 5.700 pesos).
Pero si se detecta a un conductor cometiendo esta infracción y al momento de la requisitoria está cometiendo otra falta -ya sea con la documentación personal, del vehículo o la falta del matafuegos (por ejemplo)-, pasa a ser un concurso y la multa asciende a 14.250 pesos.
“De a poco, la gente va tomando conciencia y va entendiendo el concepto de que a la seguridad vial la hacemos entre todos. Y se ha ido involucrando. Cada vez es más común la situación en que alguien observa en la ruta que un camión, un micro o un auto va adelantándose en infracción y llama al 911 para dar aviso. En ese momento aporta la ubicación, y en el control siguiente se detiene al conductor denunciado y se le hacen todos los controles”, resumió Becerra.
Conductores irresponsables
El pasado martes -último día del fin de semana largo, con tránsito fluido en alta montaña-, y en apenas 8 horas en las que Los Andes recorrió el tramo que vincula el Gran Mendoza con la aduana de Horcones (ida y vuelta), se observaron no menos de 10 vehículos adelantándose unos a otros en zonas de curvas y precipicios. Siempre con la doble línea amarilla bien demarcada en el medio de la ruta, aunque ignorada incontables veces por los conductores.
A esta combinación de por sí peligrosa se sumó otro condimento: el pie “pesado” sobre el acelerador para adelantar cuanto antes a los vehículos (no sólo de a uno, sino también de a dos y hasta de a tres).
Motos, autos, camionetas y hasta vehículos de carga -con conductores con licencia profesional- ensayaron en distintos tramos de la ruta maniobras zigzagueantes, eludiendo a otros vehículos e intentando ganar lugares pisando el acelerador sin importar que a su izquierda tuvieran la doble línea amarilla antes de cruzarse de carril.
Los controles en la ruta
Becerra destacó que el control en esta vía lo hace la Policía de Mendoza -asistida por personal de la Agencia Nacional de Seguridad Vial- y Gendarmería. “El operativo se hace de forma continua y permanente, con puestos fijos y también con patrullajes permanentes”, indicó el funcionario.
Y durante el último día del fin de semana largo, se observaron ambas cosas en la ruta internacional. Pero, por lo visto, no parece ser suficiente. “Estamos siempre en los mismos lugares, pero mucha gente sabe ya donde es. Entonces se tranquilizan cuando están cerca. Pero en el resto de la ruta hacen lo que quieren” describió un gendarme recurriendo a una honestidad brutal.
Yendo de Mendoza hacia Chile, el primero de los controles fijos suele estar a la altura de la Destilería (Luján de Cuyo). Allí todavía el comportamiento de los conductores suele ser intachable.
Ruta arriba (camino a Potrerillos) el siguiente control fijo puede estar pasando la zona de Agua de las Avispas o -como el martes- a la altura del acceso a la villa de Potrerillos. Durante el último día del fin de semana largo, una camioneta de Policía estuvo al costado de la ruta -en la zona de acceso al perilago-, con efectivos en su interior y conos en el medio de la vía.
Entre Potrerillos y Uspallata- también hubo el martes un control de Gendarmería y Policía; mientras que el siguiente estaba pasando la villa cabecera de Uspallata, a la altura del Área de Control Integrado de camiones (este también es un clásico). En Punta de Vacas, a la altura de la aduana de Horcones y en Las Cuevas se encontraban los otros 3 puestos de control.
Además, en algunos momentos también se vio pasar a una camioneta de policía recorriendo la ruta. "Igual, es imposible que estemos en todos lados, desde que empieza la ruta hasta el túnel a Chile. Por eso es que es fundamental que la conciencia salga de la gente, y que cada conductor comprenda que un segundo en que cruzó la doble línea amarilla para adelantar a otro auto puede desencadenar una tragedia", resumió en confianza un efectivo policial consultado por Los Andes.