Alta costura parisina

Los diseñadores más destacados, con creaciones que impactaron en una pasarela inolvidable.

Alta costura parisina
Alta costura parisina

La “Ciudad de la Luz” se enciende más que nunca con su exquisita bohemia acogiendo dos veces al año (y coincidiendo con el inicio de cada temporada) la Semana de la Alta Costura.

Pasarelas temáticas, magistralmente ideadas con las colecciones de cada maison, y la mano diestra de los “popes” del diseño que permiten transitar al público  (prensa especializada, íconos del sector, firmas y celebrities) por pasajes conceptuales poderosos y únicos, se viven cada año de manera especial en la Semana de la Moda de la Alta Costura en París.

Esta última edición (concluida la semana pasada) no fue la excepción y proyectó elegancia, charme y el sello diestro de cada creador lúcido en vestidos sobrecogedores, más allá de lo esperado.

Así pasó la Semana de la Alta Costura en París, o mejor dicho “quedó en las retinas de la moda, para seguir mostrando y proyectando su fascinante influencia”.

Un pequeño repaso con lo más esperado y los diseños de las grandes firmas.


Pasarelas con luz propia
Entre los diseñadores referentes, las propuestas del modisto libanés Zuhair Murad impregnaron de lujo cada pasada con vestidos de ensueño trabajados en pedrería y seda, dignos de ser usados en las grandes premiaciones de la alfombra roja.

Con tonos acuáticos, rememorando en los matices de los mismos los reflejos solares en el agua, las flores y la fusión entre ambos, el diseñador precisó a los medios que estos elementos fueron “una gran fuente de inspiración para esta colección”.

Murad (que consigue que estrellas como Kristen Stewart o Jennifer López paseen sus diseños ante los flashes) propuso una primavera-verano de vestidos “muy cercanos al cuerpo”, lo que no impidió que hubiera modelos “con movimiento, con grandes faldas y volúmenes”.

Parafraseando al modisto utilizó “materiales vaporosos, muy ligeros” y “bordados muy luminosos”, formados por lágrimas de cristal, lentejuelas y pedrería, en su afán por evocar la fluidez del agua. Las sorpresas de tul en cinturas, hombros o cuellos se unieron a los drapeados que tanto apasionan a Murad, para dar volumen a los vestidos largos o a los de cócteles con vuelo.

La novia cerró esta pasarela de tonos pastel y metalizados con una elaborada cola de catedral, pieza que suele superar los 2,5 metros de largo y que, en este caso, había necesitado el trabajo de 30 personas durante cinco meses.

Otra propuesta que cosechó admiración fue la del diseñador Elie Saab con elegantes vestidos largos y modelos más cortos, pero siempre distinguidos. El creador apostó por los relieves con motivos florales y vegetales.

El follaje color verde fue uno de los grandes protagonistas de las puestas en escena. Saab apostó a crear una pasarela de cuento de hadas inclinándose por una paleta de colores de tonos pastel exquisitos, desde el marfil hasta el rosa pálido, usando combinaciones de encaje y transparencias, realzados con detalles de plumas.

De esta manera volvió a demostrar que sigue siendo amante de los tejidos ligeros, suntuosos y de los brillos.

Aunque en setiembre del año pasado el diseñador francés Jean Paul Gaultier anunció su despedida del ‘prêt-à-porter’, es una realidad que su arte en el diseño lo hace eterno.

Por ello su pasada fue una de las más esperadas. El modisto caracterizado por sus propuestas arriesgadas se inclinó esta vez por una colección de costura, sin grandes estridencias, pero siempre con su sello personal.

¿Su musa de cierre en el desfile?: nada más ni nada menos que la diosa de ébano Naomi Campbell, quien a sus 44 años lució espléndida y vistió un conjunto inspirado en la fauna tropical y adornado con enormes flores blancas para dar la idea de ser un “bouquet” de novia sexy.

Elegante y ostentoso, Jean Paul Gaultier mostró una paleta monocromática enfocada principalmente en tonos rosa negro, blanco y nude mezclados con rojo, y algunos destellos de verde esmeralda. El diseñador cubrió una variedad de temas, desde suntuosos trajes de novia, pasando por el estilo “tomboy” con tela a rayas, hasta elegantes trajes en tonos brillantes.

Por su lado, la firma de moda italiana Valentino se inspiró en colores puros que “capturaran el poder de las emociones y la luz”. La colección incluyó vestidos de tul bordados con frases de amor y poesía.

Para su colección primavera-verano Valentino seleccionó una gama de colores y se arriesgó a utilizar el azul marino y el negro, en varias de sus propuestas. Los detalles en dorado y los bordados con materiales de lujo fueron una constante en el desfile de la firma italiana.

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