Alta carga y destete precoz, las cartas de Corrientes para tener más terneros

La provincia de Corrientes se puso entre ceja y ceja el objetivo de producir más terneros, y para lograrlo está echando mano a herramientas tan simples como efectivas.

"El recurso forrajero de Corrientes es deficitario en calidad -no en cantidad- para preñar una vaca todos los años, por eso el manejo de la lactancia es clave. A los 60 días del parto se le hace a la vaca un tacto de anestro, y si la vaca no está ovulando se le hace un destete precoz". De esa manera sintetiza el asesor CREA Mariano Pizzio la práctica que puede ayudar a aumentar significativamente los índices reproductivos de la región.

Y aclara: "El destete precoz se les hace a las vacas que realmente lo necesitan y cuesta 500 kilos de alimento por vaca. Llevándolo a términos agrícolas, es como una siembra variable, se busca el tratamiento diferencial de cada vaca".

Pizzio, junto a su colega Luis Arias Usandivaras, explicó la importancia de esta herramienta durante la edición especial de Expoagro Norte que tiene lugar hasta el domingo en la Rural de Corrientes. Se trata de un manejo que en el contexto de los grupos CREA ya está extendido, lo cual se refleja en tasas de preñez muy superiores a la media. El gobierno provincial lo sabe, por eso realizó un convenio para la creación de diez nuevos grupos CREA como forma de transferencia del conocimiento, y ya se pusieron en marcha siete consorcios nuevos.

El objetivo que se trazaron es llegar a un 85 por ciento de preñez, que a priori no parece una cifra alta pero que en el esquema correntino, con la receptividad de sus campos, es un punto de equilibrio. Es decir, para aspirar a más, la carga debería ser demasiado baja. "Corrientes entera tiene una sobrecarga de un 45 por ciento más de lo que debería tener si quisiera llegar a un 85 por ciento de preñez. Entonces nuestra propuesta es no bajar la carga y pasar de una tasa del 65 por ciento a una del 85, haciendo destete precoz solo en las vacas que lo necesitan", explica Pizzio, y remarca: "No hay que intensificar con baja carga".

Luego dice que la zona en cuestión tiene el 95 por ciento de la superficie con campo natural compuesto por especies como la paja colorada, el pasto horqueta, la paja amarilla y ciperáceas. Cambiando el tapiz forrajero con especies ya probadas como cetaria, gramma rhodes o brachiaria se podría aumentar la carga, pero según los cálculos del asesor el costo rondaría los 350 dólares por hectárea, cuando en la ecuación actual la ganancia que da la ganadería en la zona es de solo 22 dólares por hectárea. No cierran las cuentas.

"El destete precoz es una inversión mucho más chica que hacer pasturas- dice Pizzio-. La mayoría de la gente ya sabe de la existencia de esta herramienta pero no terminan de entender por qué lo tienen que hacer. Los gastos fijos del sistema son muy altos y para mejorar los resultados hay que aumentar la producción, no reducir los costos, como piensa el empresario que no está muy formado. Aumentando la carga del sistema, haciendo destete precoz y aumentando la alimentación, se produce más y se diluyen mejor los costos fijos, con lo que mejora el resultado de la empresa".

El contexto actual, tras la reciente devaluación, obliga a recalcular estas afirmaciones, ya que los valores de la cría volvieron a quedar rezagados mientras que los del insumo básico para el destete, es decir el maíz, están dolarizados. Pero Pizzio asegura: "Aun con este escenario, producir más no es perder plata. Hoy, la diferencia a favor es chica, pero en el escenario que viene los productores van a estar mejor posicionados, produciendo más carne para el mundo."

Por Lucas Villamil