La morosidad en los inquilinos pasó de un 5% en abril a un 14,5% en mayo y esperan para junio números similares. El dato fue aportado por Estanislao Puelles, titular del Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de Mendoza a partir de estadísticas propias.
Según informó, el salto porcentual -si bien es grande- sigue siendo bajo respecto al cumplimiento del pago de los alquileres. "Se llegó a hablar de 50% en la morosidad, pero no fue así. Si bien 14,5% es producto de la extensión de la cuarentena, sigue siendo bajo. Esperamos que para julio se empiece a normalizar", indicó Puelles, quien también anticipó que junio probablemente presente el mismo porcentaje de morosidad.
Por otra parte, y en relación a esto, es importante agregar que hoy no va a tratarse la aprobación de la ley que regula los contratos de alquileres en el país (ver aparte).
En medio de las complicaciones que han tenido los inquilinos y propietarios para hacer frente a los pagos mensuales -los primeros- y a la recaudación -los segundos-, desde el Congreso Nacional se buscará aprobar una ley que establece nuevas reglas del juego para ambas partes.
Recordemos que para paliar parte de la crisis económica que está generando el coronavirus el pasado abril se congelaron los alquileres por 180 días (hasta septiembre) a partir de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), que también estableció que ningún inquilino podrá ser desalojado aunque no pague.
Morosos
Según indicó Puelles, en lo que tiene que ver con vivienda, la morosidad se analiza caso por caso. "No hay mayores problemas. Pero hemos tratado de mediar. Sabemos que no es lo mismo un empleado público o alguien que trabaja en el rubro alimentación que un autónomo o monotributista", dijo. "Muchos inquilinos han tenido buen comportamiento e incluso han ido pagando las actualizaciones", se explayó el titular del Colegio y miembro del Consejo Federal de Colegios Inmobiliarios de Argentina (Cofesi).
Respecto de aquellos que no han podido pagar, se ha postergado la actualización hasta octubre -fecha estipulada por el DNU- y algunos días extra para el pago mensual. "Lo que nos parece un disparate es la propuesta de que se prorrogue el DNU hasta marzo de 2021. Eso traería muchos problemas. Nosotros apoyamos las medidas en su momento, pero extenderlo tanto causaría un daño enorme en el mercado inmobiliario. Hay muchas personas que dependen de ese ingreso", enfatizó Puelles.
Además, recordó que los contratos de alquileres en 2018 se actualizaron en 30% cuando la inflación rondó 40%. En 2019, la actualización fue de 35% contra una inflación de 50%. "Este año la actualización será de 35% con una inflación que desconocemos. Siempre vamos 10 puntos o mas por debajo de la inflación. Es la rentabilidad más baja de la historia", aseguró.
Nueva normativa
Desde Mendoza creen que hoy finalmente se votará y aprobará la nueva ley de alquileres. Puelles dijo que en la generalidad están de acuerdo con el proyecto, pero que hay algunos aspectos que echan más sombras que luz.
La nueva ley propone la extensión del plazo del contrato de dos a tres años. Un actualización anual, en lugar de semestral de los valores del contrato. Este monto, de aprobarse la nueva norma, se calculará en base al aumento de la inflación pero también del salario.
"Tenemos dudas respecto de las actualizaciones en los montos de los contratos. Según los cálculos que hicimos te da más caro de lo que estamos actualizando ahora. Es decir, sale perdiendo el inquilino. Se pierden una oportunidad para hacer una mejor ley", se lamentó Puelles.
Igual, reconoció que están de acuerdo en que las expensas extraordinarias las debe afrontar el propietario pero que la extensión de tres años limita al dueño, lo que puede llevar a que retire la propiedad del mercado de alquileres. "Si un propietario quiere reservar el departamento para su hija que se casa, tres años puede ser mucho. Va a sacar la propiedad. Y a mayor demanda, suben los precios", indicó Puelles.
Algunos inquilinos dicen que están “jugados”
La situación de la otra cara de esta realidad, la de los que alquilan, también está llena de preocupaciones.
Florencia contó que tuvo que pedirle dinero a sus padres para hacerle frente al pago del alquiler el mes pasado. Ella es kinesióloga y no pudo trabajar durante el aislamiento social preventivo y obligatorio. "Tuve que pedirles dinero a mis padres para poder pagar. Creo que de haber tenido la necesidad, lo charlaba con el dueño, pero prefiero deberles a mis padres y no al propietario. Han sido meses difíciles", dijo.
En tanto, Pablo compartió que recurrió a sus ahorros para soportar el pago mensual. Si bien tiene un trabajo estable, son los trabajos ocasionales los que le permiten no gastar el dinero que tiene guardado.
"Postergué el pago de algunas cosas para poder hacerle frente al alquiler. Para colmo me mudé unos días antes del aislamiento. Todavía no nos conocemos bien con el propietario como para pedirle una extensión en el pago. Pero no tuve inconvenientes", señaló.