Si existe una plataforma que ha revolucionado el sector turístico en la última década, es sin dudas Airbnb. En estos diez años, millones de personas han confiado en el portal, convirtiéndolo en uno de los líderes del sector del alojamiento online.
Se trata, básicamente, de un portal que conecta a usuarios que buscan alquileres asequibles, acogedores, bien situados y con frecuencia también bonitos, con quienes los ofrecen. Así de simple.
Sin embargo, como en todos los modelos de éxito, el riesgo para el cliente también existe, y algunos de sus huéspedes -denominación utilizada por la compañía- han sido víctimas de estafa.
La propia plataforma publica algunas recomendaciones para evitar ser afectado por una trampa, pero para ir sobre seguro, te aconsejamos que leas con atención estas cinco reglas de oro, medidas preventivas que evitarán más de un sobresalto.
1. Comprobá que estés en la página real de Airbnb
Una de las estafas más frecuentes en la red se realiza a través del denominado phishing, un método que consiste en suplantar la identidad de un tercero, haciendo creer a la víctima que se está tratando con el proveedor real. A partir de un correo electrónico, el delincuente virtual suele conducir a la víctima a un sitio web falso.
Por esta razón es imprescindible que, cuando operes con Airbnb, revises la url. Observá que siempre comience con "https", es decir que se trata de una conexión a una página que utiliza lenguaje codificado y, por lo tanto, ofrece mayor seguridad.
Tené en cuenta también que la plataforma no dispone de 'live chat', por lo que si la página te genera dudas, es mejor abandonarla.
Si recibís correos fraudulentos, comunicalo al portal, para evitar que otra persona caiga en la trampa.
2. No contactes al anfitrión fuera de la plataforma
Aunque el anfitrión te despierte confianza, no te arriesgues a contactar con él fuera del entorno de Airbnb, porque podría tratarse de un engaño por parte del casero o de alguien que hubiera usurpado su identidad digital.
El portal únicamente envía mails a través de 10 direcciones de correo electrónico publicadas en su página web. Tomá nota: @airbnb.com, @airbnbmail.com, @e.airbnb.com, @host.airbnb.com, @guest.airbnb.com, @airbnb.zendesk.com, @airbnbaction.com, @outreach.airbnb.com, @express.medallia.com o noreply@qemailserver.com.
3. No pagues directamente al anfitrión
Como en el caso anterior, utilizá la página del portal para realizar transacciones económicas, ya que, de producirse cualquier problema y perdieras el dinero, en caso de haber pagado por fuera, Airbnb no se haría responsable. Por lo tanto, aunque así te lo pidiera el anfitrión, no te arriesgues y desoí sus peticiones.
4. Analizá bien anfitriones y críticas
Desconfiá "por las dudas" de un anfitrión sin biografía o con un alojamiento sin críticas. A priori, el propietario se verifica a través de una fotografía, el correo electrónico, el número de teléfono y las redes sociales.
Observarás que algunos de ellos se identifican con la etiqueta 'Superhost', un distintivo que destaca a propietarios modélicos para el resto de miembros de la comunidad.
Optar por alquilar un apartamento a un Superhost garantiza que tratás con un casero experto y eficiente cuya propiedad ha tenido huéspedes un mínimo de diez veces a lo largo del último año, en el 90% de los casos responde en 24 horas y ha obtenido 5 estrellas en el 80% de sus evaluaciones, entre otros requisitos. Si sos de los que se fía de sus propias impresiones, aprovechá la ocasión de utilizar la mensajería del portal, que te permitirá hablar a tiempo real con él.
5. Consultá la política de reembolso
No creas que Airbnb te devolverá tan fácilmente el importe de tu reserva si tenés que cancelarla. El portal dedica una página específica en la que detalla los tres únicos supuestos que permitirán hacerse con el reembolso, por lo que te recomendamos que, antes de realizar cualquier reserva, los leas con atención.