Bajo la fachada de dos casas de familia de la Cuarta Este de Ciudad, la Policía Federal descubrió un prostíbulo en el que trabajaban siete colombianas y una argentina. Las mujeres alquilaban una habitación en un edificio recientemente construido y recibían a sus clientes en la casa contigua, propiedad de una mujer que les cobraba por cada hombre, por lo que quedó detenida.
La investigación comenzó hace unas semanas, cuando la PFA comenzó a seguir los movimientos de las mujeres que vivían y de los hombres que entraban y salían de una vivienda ubicada en Federico Moreno al 2100, a metros de Chacabuco de Ciudad.
Para el ojo de los pesquisas lo que pasaba en esa casa al menos era raro. Colombianas pulposas y una argentina muy bella, todas de entre 25 y 35 años, salían de la vivienda solas y volvían en compañía de algún hombre (a veces el mismo, a veces no) que estaba en la propiedad un rato y luego se iba solo. Los sujetos a veces llegaban a pie, otras en algún vehículo cuyo valor y modelo variaban considerablemente y a cualquier hora del día.
Con este panorama, los investigadores no tuvieron dudas: estaban frente a un prostíbulo, que finalmente ayer fue allanado.
Durante el procedimiento la Policía encontró a siete colombianas y una argentina: todas eran víctimas de trata de personas, pese a que ninguna dijo estar ahí en contra de su voluntad o secuestrada.
Entonces, ¿por qué eran víctimas de este delito? Allegados a la investigación explicaron que recibían a sus clientes en la casa de una mujer -identificada como Fermina Moreno (66)- que les cobraba un "canon" por cada hombre que entraba a su propiedad. Es decir, "lucraba con el cuerpo de las chicas", aseguraron fuentes judiciales.
Funcionamiento del prostíbulo
Todo lo concerniente a la investigación se realizaba en dos casas contiguas, que tenían comunicación interna entre sí pero una sola entrada: un portón negro que no permitía ver nada de lo que pasaba en el interior.
Adentro del predio hay un edificio -de planta baja y primer piso- cuya construcción es reciente: las paredes aún conservan el revoque sin pintar y en el patio hay varios elementos de construcción.
Justamente en ese patio hay una puerta que comunica a una casa cuya fachada es mucho más lujosa y que, en vez de tener ventanas o puerta, tiene una cámara de seguridad.
Para los pesquisas, las chicas alquilaban una habitación en el edificio nuevo (donde vivían) y a los clientes los recibían en la casa contigua, donde vive la sospechosa.
Allí se encontraron centenas de preservativos, recibos y documentación que será merituada durante la instrucción. "No hay dudas de que en ese sitio se ejercía la prostitución", aseguraron los pesquisas.
De hecho, en medio del allanamiento llegó un abogado que va a hacerse cargo de la defensa de la sospechosa y que si bien dijo no conocer la causa, no negó las actividades que se realizaban en ese lugar. Moreno quedó en una situación comprometida ya que las actividades sexuales se realizaban en su casa y ella "cobraba un porcentaje por cliente que entraba", lo que constituye un delito, explicaron.
Ayer, integrantes del departamento local contra la trata de personas entrevistaron a las mujeres y luego las llevaron a declarar ante la Justicia Federal.
Aunque ninguna dijo estar ahí contra su voluntad, se las considera "víctimas" por eso fueron tratadas por un completo equipo de profesionales.
La última en abandonar la propiedad fue Moreno, que cuando salió no solo se encargó de escupir a los periodistas que estaban en el lugar sino también de hacer saber que ella es una simple "empleada doméstica". Quedó detenida a cargo del fuero federal.