Los hermanos Diego y Pablo Levy estrenan hoy la ocurrente y divertida comedia "All Inclusive", un filme en el que las trágicas situaciones de la vida cotidiana se concatenan hasta explotar tanto en su desgracia como en su humor.
Pablo (Alan Sabbagh) y Lucía (Julieta Zylberberg) son una pareja común y corriente, que llegando a los 40 se cuestionan la necesidad o no de tener un hijo.
En medio de estos debates internos, Pablo decide sorprender a su novia con un viaje a Brasil ‘all inclusive’, aunque esto comienza a desbarrancar al día siguiente, cuando él se queda sin trabajo.
"Tiene relación en cómo vemos la vida. Esa idea de que cada decisión que uno toma puede llevarnos a algo más complejo para luego hacernos aprender algo. Está claro que nos gusta meter al protagonista en problemas para ver cómo los resuelve", dijo uno de sus directores, Pablo Levy.
“Fue un trabajo de muchos años -comentó Diego- y la película fue cambiando en las distintas etapas de reescritura. Como en ‘Masterplan’ (su filme anterior), donde una pequeña mentira se convierte en un problemón”.
En esta película, los hermanos supieron aprovechar la química que Sabbagh y Zylberberg ya habían mostrado juntos en otras cintas como “El rey del Once” (Daniel Burman) y construyeron un relato gracioso y reflexivo, donde la complejidad de los personajes no es ajena a la del público.
A ellos se les sumó la participación de Mike Amigorena en la versión de un ridículo argentino 'brasilinizado'; y la de Marina Bellati y Mariana Chaud, en los papeles de una pareja de lesbianas que se transforman en el centro de la historia.
- El filme empieza como una comedia familiar y se va espesando. ¿Cómo pensaron ese devenir?
- Pablo Levy: Queríamos generar el efecto de que a cada paso el problema se vuelva cada vez más grande, al punto de no saber cómo seguir. De hecho, nos pasó en algún momento de la escritura de no saber cómo continuar.
- No apuntan al chiste ni al ridículo, sino que convierten en graciosas escenas que en realidad son trágicas.
- Diego Levy: No tenemos una fórmula, creo que no existe tampoco, pero encontramos sin buscarlo un tono de humor que también está en nuestras anteriores películas. Buscamos siempre que el espectador empatice con los personajes, queremos que los quieran.
- P.L.: Acá nada es tan grave, sólo que lo vemos desde el punto de vista del protagonista. Él sí lo vive como trágico. Sin embargo para el espectador termina siendo una acumulación de peripecias que resultan graciosas y tiernas.
- Hay escenas en las que pareciera que los actores improvisan. ¿Es así o asimilaron muy bien los diálogos escritos?
- P.L.: Logramos una buena combinación. Trabajamos mucho los diálogos en este guion. Cuando llegamos a la versión final de la película sumamos a Ignacio Sánchez Mestre que nos dio una muy buena mano con eso. Llegamos al rodaje con un guión muy sólido, pero siempre lo usamos como punto de partida. Armamos un grupo de actores que van muy bien juntos, se llevan bien entre ellos y manejan un código de actuación muy similar, lo que habilita sumar la improvisación como herramienta.
- D.L.: Sí, hay un salto importante con respecto a "Masterplan", allí estaba todo más librado a la improvisación y a la interpretación de los actores en cada escena. En este caso fue todo más trabajado.