“¡Gané!”, exclamó muy emocionada la nueva medalla de oro olímpica en patinaje artístico, la jovencísima rusa de 15 años Alina Zagitova. “Honestamente, estaba aterrorizada. Mis manos estaban temblando durante el ejercicio y aún no me creo que sea campeona olímpica”, añadía.
Zagitova es la nueva sensación de los Juegos de PyeongChang, la niña prodigio que el próximo mes de mayo cumplirá 16 años y que a su tierna edad ya ha conquistado el primer oro para al equipo de Atletas Olímpicos de Rusia en esto Juegos de Invierno.
La presión para la patinadora era brutal. Rusia había puesto sus esperanzas de medalla en esta niña que supo capear los nervios y ponerle temple de acero a su actuación para no defraudar a todo un país.
“Estaba muy nerviosa pero en el programa corto entendí que no tenía lugar al error. Es un programa en el que me siento muy cómoda y estaba dispuesta a mostrarme lo más competitiva posible. Había mucha presión sobre mi porque todos los aficionados de Rusia esperan que los deportistas que hemos venido a estos Juegos estemos en la cima”, explicaba.
La madurez mental de Zagitova, vigente campeona de Europa, contrasta con su joven edad. Es la segunda patinadora más joven de estos Juegos, sólo por detrás de Hanul Kim, de Corea del Sur, quien nació un mes y siete días antes.
Récord en sus primeros Juegos
Es compañera de entrenamiento de la popular Yevgenia Medvedeva, dos veces campeona mundial, que se quedó con la plata por un margen de 1.31 puntos.
Así, le quitó el récord olímpico a su compatriota y su mayor referente a las primeras de cambio al lograr una puntuación récord en el programa corto, con 89.92 puntos, para conseguir una puntuación total de 239.57 y convertirse en una de las atletas olímpicas más jóvenes de la historia en ganar la medalla de oro.
De aparente fragilidad, Zagitova es todo músculo y potencia. Empezó a patinar a los cinco años en su localidad natal de Izhevsk, en Rusia. Pronto empezó a destacar y a los siete años ingresó en un centro de alto rendimiento en Rusia, donde se ejercita junto a Medvedeva. En sus primeros Juegos de Invierno, no ha defraudado. Con la música de Don Quijote de Leon Minkus, la niña prodigio ha maravillado al mundo con sus espectaculares movimientos y técnica impecable y parece llamada a dominar el panorama mundial en los próximos años.
En su repertorio de ejercicios, al margen de sus rápidas piruetas, destaca el combinado de triple lutz y el triple bucle, cuyo grado de dificultad es similar al de un cuádruple. Los aficionados esperan que la nueva campeona borre el triste recuerdo de su antecesora, la rusa Yulia Lipnistkaia, que apuntaba muy alto pero se tuvo que retirar el año pasado de la competición por sufrir una anorexia.