Cinco alimentos que no siempre ayudan a los propósitos de una dieta, a continuación. Tomá nota:
- Yogur: no hay nada insano en el yogur; es un producto natural y nutritivo. Pero hay que tener cuidado con las versiones que pueblan las góndolas del supermercado, ya que en muchos casos son hiper azucaradas. Lo mejor para evitar problemas es elegir el yogur de tipo natural, que no contiene saborizantes, no está endulzado de más y es ideal para acompañarlo con frutas en el desayuno.
- Banana: es una de las frutas más apreciadas por chicos y grandes, y con razón: es carnosa, rica y puede ser parte de exquisitos postres y licuados. No obstante, hay que tener en cuenta que es muy calórica -tiene casi 100 calorías más que el melón, por ejemplo- y que rara vez se pueden hallar bananas producidas orgánicamente, sin químicos que intermedien.
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- Soja: el gran aliado de vegetarianos y veganos, es en verdad un alimento muy saludable. No así algunos de sus derivados, como el aceite de soja: es una de las fuentes más comunes de grasas trans, perjudiciales para el cuerpo humano. También la leche de soja es peligrosa, ya que consumida en exceso puede conducir a problemas de tiroides y del aparato reproductor.
- Jugos de frutas: este tipo de bebidas disponibles en el mercado son engañosas: son jugos que concentran todo el azúcar de la fruta (y, a veces, se añade más), pero no hacen el mismo esfuerzo para conservar la pulpa, que tiene toda la fibra. Así, en 450ml de jugo de naranja, por ejemplo, se consume el azúcar de seis naranjas pero nada de su fibra.
- Barras de cereales: cuando recién aparecieron en el mercado, las barras de cereal no eran tan exitosas como ahora: la combinación de semillas y cereales no parecía tan apetitosa. Con la inclusión de sabores (chocolate, café, con yogur y frutas, con miel, etcétera), llegaron a un mayor público pero perdieron en naturalidad y beneficios para la salud, transformándose en bombas de calorías y aditivos