El alto costo de los productos específicos para celíacos sigue siendo la mayor batalla que deben librar quienes tienen esta patología, cuyo tratamiento es justamente una dieta libre de gluten ya que no existen medicamentos que puedan revertir esta situación.
Sus productos cuestan el triple y en este contexto la mirada se vuelve sobre el subsidio que recibe la harina de trigo común mientras que la adecuada para los celíacos no recibe ninguna ayuda estatal. Un kilo de este producto, dependiendo de su calidad, puede costar entre 60 y 80 pesos y es el caballito de batalla para la elaboración de sus comidas.
Se trata de preparados que no contienen trigo, avena, centeno ni cebada, a los que manifiestan intolerancia por un trastorno genético. Debido a esto, se produce una pérdida de las vellosidades intestinales que conlleva un síndrome de mala absorción de vitaminas, minerales como el calcio, hierro y proteínas.
Las organizaciones de pacientes a nivel nacional reclaman medidas para abaratar los costos de su canasta alimentaria, por lo cual hace unas semanas se reunieron con representantes de la Secretaría de Comercio Interior. Explicaron que se trata de algo que debe resolver este organismo junto con los productores ya que, según señalaron, en algunos casos los subsidios no repercuten en el precio final sino que se pierden en el medio de la cadena de comercialización.
Gladys Altamirano, vicepresidente de la Asociación Celíaca Argentina, señaló que la reunión fue para solicitar que se regulen los precios de los productos que los mercados ofrecen, donde se evidencian grandes diferencias.
"Se planteó la necesidad de que los precios se reduzcan especialmente en los súper e hipermercados". Comentó que el tema de las exenciones se ha dialogado con diferentes actores, pero que no hay certezas sobre si realmente beneficiaría a los consumidores en las condiciones actuales.
"Si siguen con esta diferencia tan notoria va a llegar un momento en que no vamos a poder comprar ni la premezcla", destacó y sugirió que dadas las dificultades de las personas con celiaquía para adquirir los productos, lo ideal es contactarse directamente con los elaboradores.
En tanto, Fernanda Mallini, coordinadora de la filial Mendoza de Acela, Asistencia al Celíaco de Argentina, detalló que con un kilo de premezcla pueden prepararse dos panes o cuatro pizzas y con polvo leudante uno o dos bizcochuelos. "El mayor problema de los costos es el monopolio de los molinos harineros: son pocos, hay poca producción y mucha demanda. Además lo light es caro y al no ser tan masivo no las alcanza el subsidio de las otras harinas", precisó.
El argumento esgrimido por autoridades nacionales para no ampliar el subsidio es la falta de mayor presupuesto, tal cual explicó Muriel Ongay, a cargo del Programa Provincial de Detección y Control de Celiaquía, quien participó de reuniones con funcionarios nacionales donde se planteó este tema.
Precios cuidados
Para dar respuesta al pedido de este segmento de consumidores, en la lista de abril de Precios Cuidados se incluyó una marca de premezcla a un valor mucho más conveniente. Así, podrá conseguirse medio kilo por 18 pesos, es decir que el kilo costará 36.
Altamirano dijo que éste era uno de los principales pedidos de las asociaciones. "Estamos conformes porque el precio es inferior, pero necesitaríamos que ingresen más productos", dijo y especificó que, según se ha explicado desde el gobierno, esto está atado a las posibilidades de abastecimiento ya que generalmente las productoras son Pymes y no pueden comprometerse a abastecer a todo el país.
"Como es el 1% de la población, a las empresas no les resulta redituable hacerse cargo", señaló Ongay.
Según la Sociedad Argentina de Evaluadores de Salud (SAES), en Mendoza se estiman unos 20.000 casos de personas con enfermedad celíaca, de los cuales sólo se han diagnosticado 2.000, en tanto la tendencia es al aumento de casos.
Hasta ahora, en estas listas figuraba mercadería no específica apta para ser consumida por celíacos. En un primer momento fueron 24 productos y con las últimas incorporaciones ascendieron a 60.
Sin embargo, a comienzos de abril se había informado que también se incluiría almidón de mandioca, almidón de maíz, harina de arroz, rebozador, pan rallado, pastas secas, fideos, galletitas dulces y saladas, y pan de molde.
Los próximos pasos, según detalló la funcionaria, son ampliar esta lista y los lugares de expendio a las dietéticas y comercios minoristas.
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