Sin pretensión alguna, Alicia Ciciliani se convirtió por descarte en la máxima referente del socialismo en el país. El espacio enfrenta un duro escenario político, en el que parece haber lugar solamente para Cambiemos y un peronismo desparramado e indefinido.
El sueño del Frente Amplio Progresista (FAP) nacido en 2011 se esfumó y hoy la diputada nacional lidera un bloque de apenas cuatro bancas, una de las cuales ocupa el excandidato presidencial Hermes Binner, desdibujado y al borde de colgar los botines. El partido ya no tiene senadores y con Miguel Lifschitz gobierna Santa Fe, donde le ganó al macrista Miguel del Sel en la última elección por apenas medio punto porcentual.
En un entrevista con Los Andes, Ciciliani admitió que el socialismo tiene por delante un 2017 electoral adverso, pero sostiene que está lejos de extinguirse y ratifica la inconveniencia de formar alianzas políticas con figuras que no compartan un programa común. ¿Sergio Massa? No lo mencionó pero dejó entrever que al PS no le gusta nada la yunta con la líder del GEN, Margarita Stolbizer, la última candidata presidencial por el Frente Progresistas.
-En la Argentina parece no haber más lugar para el socialismo, entre Cambiemos y los peronismos...
-Es real, pero porque hay una estrategia muy definida de ambos contendientes de llevar al país a esa polaridad entre el pasado corrupto y el ajuste. Es una falacia que lo sostienen con los medios de comunicación política.
El Pro necesita polarizar porque no tiene nada para mostrar. Nosotros creemos que vale la pena seguir insistiendo con nuestras propuestas. Estamos pensando en la Nación y en las futuras generaciones, no en las próximas elecciones.
-¿Cómo formar una alianza progresista, de centroizquierda, si los sectores con mayores chances electorales son el peronismo y un Gobierno de corte conservador y liberal en lo económico?
-Para mí es simple: el acuerdo tiene que ser programático, de cinco o seis puntos y sumar a los que no tienen prontuarios. No creo que sumando minorías se construyan mayorías. Una mayoría se construye no siendo sectario y siendo, sobre todo, programático. Los dos grandes ejemplos para nosotros son Frente Amplio de Uruguay y el nuestro, en Santa Fe, el Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS).
-Pero para ganar las elecciones también se necesitan figuras. Massa formará un frente electoral con Stolbizer. ¿En el socialismo cómo lo ven?
-Lo vemos en provincia de Buenos Aires. Son alianzas distritales. La primera medida que anunciaron para la campaña, la de bajar los precios mediante la reducción del IVA, es un proyecto del Partido Socialista, del ex senador (Rubén) Giustiniani, una iniciativa que tiene años durmiendo en el Congreso. Está bien (la alianza Massa-Stolbizer), pero necesitamos construir consensos sobre la base de programas y dirigentes que no tengan compromisos con la corrupción.
-¿En Santa Fe cómo van a hacer con el radicalismo, que aunque ratificó su pertenencia al FPCyS se presentará con el Pro para las legislativas nacionales?
-Como hicimos siempre, porque nosotros discutimos ideas, proyectos y programas. La provincia no elige diputados ni senadores provinciales. Es decir que no está en debate el proyecto político de la provincia de Santa Fe. Cada funcionario en Santa Fe, sea socialista, radical, demócrata progresista, del ARI, de Libres del Sur o del GEN, sabe lo que tiene que hacer porque tenemos un programa común.
Entonces, no hay conflicto. Los santafesinos elegirán a los mejores.
-Entonces el socialismo se presentará en soledad...
-No, nos presentaremos con nuestros socios. Hay radicales que están de acuerdo con nuestro programa y que irán con nosotros. Y hay socialistas que también van por fuera. Lo importante es que cada espacio tenga su programa claro.
-¿Qué opina de las declaraciones del ministro Esteban Bullrich, que dijo que "vendría muy bien que todas las religiones tengan su espacio" en las escuelas públicas?
-Las repudio. Es un debate que la sociedad argentina lo superó y la libertad religiosa la consagramos como un derecho humano pero fuera del modelo educativo. Justamente porque creemos en la libertad religiosa es que en las escuelas del Estado no puede haber religión. La ley 1.420, de educación laica, gratuita y obligatoria, tiene más de 130 años. Bullrich plantea un debate inadmisible.
-¿Cómo lo ve al gobierno de Mauricio Macri?
-Es un Gobierno que no se termina de definir, con muchas contradicciones, armado alrededor de un empresario que no define los ejes sustantivos de la coalición. Su único estandarte es la república. Y, por ejemplo, en una república la educación es laica.
-¿Qué representa un mayor peligro para el socialismo: que siga Macri o que vuelva el kirchnerismo?
-Lo más peligroso para el país es la grieta, tener que optar entre ajuste y corrupción. Tenemos que ser capaces de superar esto. Hay que seguir construyendo mayorías con un programa común.
