Aunque en la provincia hasta ahora ha habido seis casos de dengue y uno de zika, y los afectados los contrajeron en otros lugares, el temor ha provocado que muchos salieran a comprar repelente -que no es fácil de conseguir- y rociaran con insecticidas casas y jardines. Pero hay quienes advierten que la fumigación indiscriminada puede alterar el equilibrio ecológico y matar a otros insectos que se alimentan de los mosquitos, además de que no elimina larvas ni huevos y en exceso es tóxico para el ser humano.
En las últimos días se difundió, además, que en un portal de ventas online se ofrecían sapos para combatir el dengue, el zika y la chikungunya, en un pago o en 12 cuotas. Y si bien especialistas desaconsejan comprar estos animales porque están protegidos y es muy probable que no ayudaran a combatir el mosquito si son adoptados como mascotas, sí recomiendan tratar de tener un entorno más natural, para que los depredadores naturales de los mosquitos puedan cumplir con su tarea.
Entre los insectos y animales que se alimentan de estos voladores -y otros como moscas y polillas- se encuentran, efectivamente, sapos y ranas pero también murciélagos y arañas. Jennifer Ibarra, veterinaria y titular de Fundación Cullunche, resaltó que los sapos y ranas silvestres son especies protegidas, por lo que está prohibida su captura y comercialización, aunque en cambio se los debería proteger en su ambiente.
Esto, porque antes era habitual observar estos anfibios en jardines y acequias, pero la suciedad y los químicos, aparte de que no siempre circula agua por las cunetas, han provocado que desaparezcan por la contaminación.
En cuanto a los murciélagos, Ibarra explicó que uno solo puede llegar a comerse 600 insectos voladores en unas pocas horas. Sin embargo, la mayoría teme la transmisión de rabia, cuando en Mendoza sólo hay especies que comen insectos y no de las que se alimentan de sangre. Por eso, en lugar de combatirlos, indicó, se debería favorecer su reproducción.
También señaló que hay peces que se comen las larvas de mosquitos, como mojarras y bagres, pero que, al igual que con los anfibios, se debe evitar la contaminación de su hábitat. Asimismo, comentó que las arañas pueden capturar varios mosquitos en sus telas y que se deberían preservar las “patonas” y las de jardín, ya que son inofensivas para el hombre.
El profesor de Biología Lucas Bianchini comentó que tener un par de sapos en la casa no va a evitar la proliferación de mosquitos y además es probable que no sobrevivan porque no encuentren las condiciones apropiadas para mantenerse y reproducirse. Y, por otra parte, serviría de poco si en el entorno es el único vecino que lo hace y hay acequias con agua estancada.
Así, planteó que él mismo ha estado en lugares con abundante vegetación en donde no hay muchos mosquitos porque se genera un control biológico, mientras en otros más modificados por el hombre pululan los insectos.
En cambio sí consideró que puede ser conveniente sembrar mojarras -aunque no sean “lindas”- o carpas (de mayor tamaño) en los estanques y espejos de agua de más de 100 litros, ya que se alimentan de las larvas de mosquito. Otra opción que se utiliza con bastante éxito es la colocación en el agua -de piletas, estanques o fuentes- de la bacteria bacillus thuringiensis israelensis, que sólo afecta a los mosquitos cuando se alimentan porque tienen un sistema digestivo alcalino, cuando en la mayoría de los organismos es ácido.
Insecticidas con precaución
Al fumigar o utilizar una cantidad significativa de insecticida se mata a los mosquitos adultos, pero también a muchos otros insectos que pueden alimentarse de ellos. Como el veneno no afecta a huevos, larvas ni pupas, cuando nacen nuevos mosquitos no existen en el entorno depredadores que puedan combatirlos. Se trata, en la mayoría de los casos, de animales e insectos no muy llamativos y hasta "molestos", de los que se desconoce su contribución al equilibrio ecológico.
“Son los aliados que tenemos, hay que cuidarlos”, planteó Manuel Godoy, jefe de la Unidad de Control de Vectores y Protección de la Fauna de Godoy Cruz, al tiempo en que coincidió que fumigar, con el actual estatus sanitario en la provincia (la no existencia de casos autóctonos), puede resultar contraproducente. Es que mueren las libélulas, que se comen a las larvas, y el veneno puede afectar a los sapos, que han encontrado en ciertos sitios y también sembrado en aquellos que pueden considerar críticos por la cantidad de agua acumulada.
Godoy mencionó asimismo a los peces, como bagres y mojarras, y aconsejó que no se saque a éstas para usar como carnada porque también se alimentan de larvas y pupas. Los pájaros como golondrinas, picabuey, benteveo y zorzales cazan insectos voladores. Y los murciélagos comen entre 30 y 50% de su peso en una noche, con lo que puede llegar a los mil mosquitos en unas horas. De ahí que intenten protegerlos e incentivar que aniden en lugares no poblados, aunque resaltó que en sus 35 años de trabajo en la comuna no han encontrado uno que tenga rabia.
De todos modos, Manuel Godoy señaló que, cuando hay un paciente con dengue o zika en un hospital, se desinsecta el entorno para evitar que un mosquito pique al enfermo y pueda transmitir el virus a otras personas. Y añadió que también esparcirán insecticida en el Calvario para Semana Santa, a modo de precaución por la gran afluencia de personas.
Teodoro Stadler, del Laboratorio de Toxicología Ambiental (del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu), CCT-Conicet), indicó que los insecticidas son cancerígenos, teratogénicos (pueden provocar malformaciones durante la gestación) y mutagénicos. Además, los insectos se suelen volver resistentes por lo que cada vez hay que usar productos más fuertes o en mayor cantidad para eliminarlos. Pero también reconoció que en el caso de una amenaza como el dengue o el zika se debe evaluar qué puede ser más riesgoso para la población.
Stadler planteó que en la provincia hay pocas especies de mosquitos y que sólo una -el Aedes aegypti- transmite estos virus, por lo que se debe evitar el pánico y en cambio sí tomar medidas de precaución, como eliminar los recipientes donde se pueda acumular agua y colocar tela mosquitera en puertas y ventanas, que evita el ingreso a la vivienda de varios insectos.
Otra cadena falsa
“Están tocando timbres en las casas diciendo que vienen a fumigar por dengue y te desvalijan. Avisen! Te dan tarjeta para que llames a un número de la municipalidad, que encima llamás y está todo arreglado. (Avisen a amigos y familias)”. Muchos recibieron este mensaje de WhatsApp y algunos en más de una conversación o grupo. Sin embargo, en Mendoza no se confirmó que haya habido denuncias por robos con esta modalidad.
Desde el Ministerio de Salud indicaron que algunas comunas están haciendo tareas de limpieza de acequias y de baldíos, como también de desmalezado. Asimismo, empleados municipales recorren algunos barrios para retirar recipientes que puedan acumular agua. Sin embargo, recién cuando se cumplen estas tareas previas se puede fumigar; acción que no se ha realizado hasta ahora. De todos modos, si operarios acuden al domicilio es conveniente llamar al municipio para confirmar el operativo.
Manuel Godoy, jefe de la Unidad de Control de Vectores y Protección de la Fauna de Godoy Cruz -donde se están realizando descacharreos por los barrios-, recordó las principales medidas para evitar la proliferación de mosquitos: cortar yuyos, podar enredaderas, eliminar objetos que acumulen agua (desde una tapa de gaseosa, a los envases donde se deja un brote de planta para que enraíce y hasta las botellas de vidrio rotas que se colocan en medianeras para evitar el ingreso de ladrones) y revisar los tanques de agua.
