Alí y un delito que le mostró su destino

El robo de una bicicleta cuando tenía 12 años lo llevó a encontrarse con quien fue su primer entrenador.

Alí y un delito que le mostró su destino

El 17 de enero de 1942, en el sur de los Estados Unidos, más precisamente en Louisville, Kentucky, nació Cassius Marcellus Clay Junior, el hijo de una pareja negra de clase media conformada por Cassius Marcellus Clay padre y Odessa Grady.

Cuando cumplió 12 años, sus padres le regalaron una bicicleta Schwin roja y blanca, pero a los pocos días se la robaron. Cassius fue llorando a buscar a un vigilante. El policía, un irlandés llamado Joe Martin, no pudo recuperar la bicicleta pero empezó a darle clases de boxeo, para que pudiera defenderse.

Seis semanas más tarde tuvo su primera pelea de boxeo amateur. A los 16 años el joven Cassius ganó el campeonato Guantes de Oro de Louisville y llegó a los cuartos de final del torneo regional de Chicago.

Luego de terminar la escuela secundaria en 1960, ganó el torneo de Campeones de Chicago, el Campeonato Nacional de los Guantes de Oro y el título de la Unión de Atletas Amateurs.

El exitoso año lo coronó con una medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Roma, pero al volver de Italia, con la medalla colgada de su cuello, se negaron a servirle la cena en un restaurante en Louisville por ser negro. Era obvio que no soportaba la hipocresía ni el doble mensaje y lo demostraría.

Los blancos lo rechazaban por ser negro pero no querían perderse el negocio. Le hicieron firmar un contrato de 6 años por el cual se quedaban con el 50% de sus ganancias dentro y fuera del ring. Tres días después, el 29 de octubre de 1960, Clay tuvo su primera pelea profesional. Le ganó a Tunney Hunsaker por decisión y cobró 10 mil dólares.

A Clay le hacía falta un entrenador adecuado y lo encontró en Angelo Dundee. Él fue quien pudo manejar la arrogancia del joven púgil y logró pulir todas sus potencialidades, convirtiéndolo en un boxeador único.

A los 20 años se había convertido en uno de los aspirantes al título de campeón mundial de peso completo. Sus "bailes" con las piernas en el ring y sus declaraciones petulantes fuera de él, lo convirtieron en el favorito de la prensa, que atestaban su vestuario tras cada pelea.

El 15 de noviembre de 1962 destruyó al ex campeón mundial Archie Moore, de 49 años, noqueándolo en el 4° round. Entre los espectadores estaba el entonces campeón del mundo Sonny Liston. Al retirarse a su camarín Clay le gritó: “El próximo sos vos, oso feo; a vos te voy a noquear antes del octavo round”.

Quería ser campeón antes de los 21, pero la oportunidad recién se le presentaría a los 22 años. Como Clay había vaticinado, Liston debió abandonar por una herida en la ceja izquierda y Clay se consagró campeón del mundo el 25 de febrero de 1964. Luego perdería el título por negarse a ir a Vietnam. El 28 de junio de 1970, la corte falló a su favor y volvió a boxear.

En marzo de 1971 Alí enfrentó en el Madison Square Garden al entonces campeón de la AMB, Joe Frazier, para recuperar el título que le había sido arrebatado injustamente. La pelea duró los 15 rounds: ganó Frazier. Los dos boxeadores terminaron en el hospital.

El ex convicto y futuro promotor Don King fue a ver a Foreman y le preguntó si boxearía con Alí por $ 5 millones. Luego fue con Alí y le preguntó lo mismo. Los dos aceptaron y entonces tuvo a los 2 boxeadores. Pero lo que no tenía eran los $ 10 millones. Entonces King se fue al África a conseguir un auspiciante.

Consiguió mucho más que eso. Mobutu Sese Seko, el dictador de Zaire compró el evento para su país. Le salió barato. El 30 de octubre finalmente llegó el momento del encuentro. Ante el ensordecedor grito de “Ali bombayé !” (Ali matalo), Alí noqueó en el 8° round a Foreman.

Luego le ganaría finalmente en otra batalla La Thrilla in Manila (la famosa trilogía de peleas que se completó en Filipinas), una batalla frente a Joe Frazier por el Campeonato mundial de los pesados. Fue el uno de octubre de 1975. Ganó Alí por abandono en el 14° round.

Un mendocino y un porteño en el camino de Alí

Alí le ganó una pelea al mendocino Alejandro Lavorante en el Arena de Los Ángeles el 20 de julio de 1962. Fue el principio del fin para Lavo, quien poco más tarde entraría en un coma del que nunca saldría después de dos peleas más con otros contrincantes. En el hospital, Alí fue a visitarlo con un ramo de flores, pero Lavorante no podía enterarse.

El mendocino Alejandro Tomás Lavorante fue un púgil de la categoría pesado que a inicios de los años 60 se instaló en Estados Unidos y que en 1962 ascendió al tercer lugar del ranking mundial de la categoría durante el reinado de Floyd Patterson. En marzo de ese año enfrentó al legendario Archie Moore, quien tenía 48 años de edad.

Lo derrotó por nocaut en el 10° round tras someterlo a un devastador castigo. El 20 de julio enfrentó al todavía Cassius Clay un desconocido que lo noqueó en el quinto round. Tres meses más tarde volvió a combatir ante Johnny Riggins; volvió a perder por nocaut en el 6to round.

Luego cayó en coma y estuvo en agonía durante 17 meses hasta morir.

El 7 de diciembre de 1970 Alí enfrentó a Oscar Ringo Bonavena en el Madison Square Garden, a quien superó por nocaut en el último round (15).

El islam y su lucha contra la segregación

Él proclamó su identidad con orgullo. Fue un deportista locuaz que exhibía su ego sin modestia: “¡Soy el más grande! Soy el rey del mundo”.

Un activista más cercano al estilo desafiante de Malcolm X que al ecumenismo de Martin Luther King en la defensa de los derechos civiles. Un héroe deportivo que se convirtió a una religión extraña para la mayoría de sus conciudadanos.

Influido por las enseñanzas de la Nación del Islam, adoptó el nombre de Muhammad Ali y él mismo, descendiente de esclavos, eligió su propio nombre y religión. “No quiero ser lo que ustedes quieren que sea”, decía.

Se oponía a la guerra del Vietnam y rechazó el reclutamiento obligatorio y fue sentenciado a 5 años de prisión. Eludió la cárcel pero perdió el derecho a boxear y el título mundial . “Los vietnamitas que luchaban contra Estados Unidos nunca me llamaron negro”.

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