El bajo peso se diferencia de los trastornos alimenticios ya que este implica una dificultad para aumentar la masa corporal en tanto que los trastornos comprenden una visión distorsionada del propio cuerpo llevando a mantener hábitos alimenticios poco saludables o una canalización de problemas emocionales a través de la alimentación.
El bajo peso se denomina a índices de 20 kilos o menos por cada metro cuadrado de masa corporal y según una investigación publicada recientemente en la revista de divulgación científica "The Lancet" esta condición aumenta en un 34 por ciento las posibilidades de sufrir demencia en edad mediana, adulta y la vejez.
Otras afecciones para la salud desatadas por esta condición en el peso corporal son la osteoporosis, el debilitamiento del sistema inmunológico y los problemas de fertilidad. La solución no suele ser simple y en la mayoría de los casos requiere de un proceso y seguimiento estricto de uno o más profesionales, por lo que si le bajo peso es una condición crónica lo mejor es consultar con especialista a fin de evitar consecuencias a largo plazo producto de este cuadro.