Los investigadores sospechan que los homicidas de Leonardo Rodríguez (18), el trabajador rural que fue asesinado el martes en la noche en una finca del callejón Sardi de El Algarrobal, llegaron a la casa con la intención de robarle a la familia oriunda de Bolivia. Pero en la vivienda no había dinero ni tampoco objetos de gran valor.
Allí se produjo un enfrentamiento del que resultó herido fatalmente Leonardo, quien al momento del asalto estaba con dos de sus hermanos -uno de ellos identificado como Valeriano (37)- y su padre, Valentino (54).
El hecho ocurrió el martes a las 21.30 en la finca “Cejas”, donde funciona un horno de ladrillos.
Los pesquisas explicaron que Leonardo estaba cenando junto a su padre y a un hermano en el comedor cuando fueron sorprendido por un grupo de hombres encapuchados y armados.
Afuera estaba su otro hermano, quien cuando escuchó los gritos entró a la casa.
Los Rodríguez se resistieron a ser asaltados e intentaron ahuyentar a los delincuentes con palos y golpes. Entonces, estos comenzaron a dispararles.
Una de las balas hirió a Leonardo a la altura de la garganta; otra a su padre en una pierna. Sus hermanos fueron golpeados con palos y armas.
Ante la resistencia, los ladrones no tuvieron otra cosa que hacer más que escapar corriendo del lugar. No pudieron robar nada.
Una ambulancia trasladó a Leonardo al hospital Central pero, pese a que la policía intentó hacer que el traslado fuera más rápido cortando calles, el joven falleció a los pocos minutos ya que la bala había comprometido zonas vitales.
Testigos del hecho indicaron que se trata de gente trabajadora y “sin un peso para robarles”.
“Han sido ladrones profesionales. Actuaron encapuchados, organizados”, opinaron los pesquisas, que ahora esperan el informe de los efectivos de Policía Científica que trabajaron en el lugar para dar con los ladrones. Como tenían sus caras tapadas, nadie pudo reconocerlos.
Un dato relevante para los investigadores es que no se hallaron vainas por lo que se presume que los asaltantes usaron revólveres.
La zona donde ocurrió el hecho es por demás precaria, con problemas de iluminación. Es más, en buena parte de la investigación debió alumbrar el predio el helicóptero policial mientras también buscaba a los homicidas.
Por las precarias condiciones en las que vive la familia Rodríguez, debió intervenir el consulado de Bolivia. Investiga el caso el fiscal de Instrucción, Fernando Giunta.