Las trabas del Estado y su obsesión por ordenarlo. La decisión de que la Reina de la Vendimia se elija sólo por el voto popular. La idea de buscar inversores extranjeros para explotar turísticamente la montaña. La acusación a la dirigencia provincial de defender sólo intereses sectoriales. Su meta de irse en tres años con el prestigio que tiene hoy.
Esos y otros temas forman parte de una charla extensa y fuera de la coyuntura con el gobernador, Alfredo Cornejo, para mirar los trazos conceptuales de su primer año de gestión y el esbozo de los tres que quedan. El encuentro tuvo una particularidad: fue asado de por medio, hecho por los premiados Carlos Gallardo y Francisco Araya.
-¿Qué le dice la gente en la calle?
-No afloje. En general se arriman con mucho respeto, incluso para las críticas. Es un buen síntoma porque en los últimos años ha habido un desprecio muy grande por la autoridad. Los temas de preocupación no son muy distintos a los que aparecen en las encuestas, seguridad y vivienda.
-¿Y qué le critican?
-Me critican lo que me piden, en general. Hay dos tipos de crítica: desde la visión sectorial y desde el interés general. En la Argentina, como producto de una cultura cívica populista, no hay nadie que represente el interés general. En cambio hay un montón que representan el interés particular o sectorial. Los gobernantes tienen que estar para garantizar el interés general. Y en general las críticas son desde perspectivas sectoriales, razonables y muchas de ellas legítimas.
-¿Qué le sorprendió de ser gobernador?
-Lo que me ha sorprendido más es que pasa mucho tiempo para que se cumplan las decisiones de gestión. Hemos cambiado el Código Procesal Penal y los fiscales no terminan todavía de aplicarlo. En el Casino tuvimos que poner el ítem de “nocturnidad” porque nadie quería trabajar de noche, que es cuando van los clientes.
-¿Y el peor momento?
-No he sentido ningún peor momento. Me siento bastante solo defendiendo el interés general. Este esquema de sobrerrepresentar el interés sectorial ha hecho que el interés general esté ausente. Y la mayoría de la dirigencia política va a lugares comunes, detrás de la noticia. Eso es una pérdida de liderazgo de la dirigencia política.
-¿En qué cree que el mendocino puede percibir mejoras?
-Pocas cosas. No es un detalle menor que haya mayor orden fiscal, que los sueldos se paguen al día, que los proveedores estén al día. Va a terminar el año y por primera vez en los últimos 15 años los hospitales públicos no van a tener deuda pinche. El IPV está pagando los certificados de obra 30 días después de presentado, ¡la puta eso no pasa hace unos cuántos años! Ahora, que repercuta directamente en cómo el ciudadano percibe el servicio... Se han hecho un montón de cosas en la dirección inversa de lo que se venían haciendo.
-¿Por ejemplo?
-Es la primera vez que está descongestionado el Notti en invierno, porque abrimos un servicio de pediatría en el Carrillo. En el Scaravelli de Tunuyán empezamos a hacer cirugías infantiles; antes se venían desde el Valle de Uco al Notti para hacerse una cirugía menor. Hemos ido mejorando, no sé si el ciudadano lo percibe con tanta claridad.
-Más allá de la percepción ciudadana, ¿han podido medir si efectivamente ha mejorado la seguridad?
-En primer lugar, no se llevaban estadísticas. Hay dos fuentes muy importantes de datos. Uno es el Ministerio Público Fiscal, que la gente va y denuncia, pero muchas cosas no se denuncian. La otra es el 911, pero acá recién en noviembre de 2015, el último mes del gobierno que se iba, se empezó a usar una plataforma donde se carga automáticamente la llamada de teléfono, la descripción del hecho y el lugar georreferenciado. Ahora podemos comparar noviembre de 2015 con noviembre último. Con la DEIE vamos a hacer la encuesta de victimización con el estándar internacional, que no se ha hecho hace muchos años. Va a salir pésimo.
-¿Qué muestran los datos hasta ahora?
-Una leve baja de los robos agravados cuando se empezó a aplicar el nuevo Código Procesal Penal, porque hay un poquito más de gente detenida. Pero no lo tomo como un éxito; deberíamos verlo en un proceso más largo, para ver si las detenciones tienen efecto. No podemos pensar que el ciudadano va a percibir esa mejora.
-La oposición dice que ese orden fiscal que logró es porque se avaló deuda que la UCR no le dio a Pérez
-Eso es parcialmente cierto. Cornejo les dio deuda en 2012, en 2013, en 2014 y no le dio en 2015. Lo que yo quería, y se los pedí en público y en privado, es que ajustaran los gastos del Estado. Las deudas que tomaron fueron para paritarias mal manejadas desde 2013. Querían llevarse de puta madre con el interés sectorial, con ATE y SUTE.
-Ésa es la parte del peronismo con la que no ha logrado mayores acuerdos.
-Ustedes distinguen a los dirigentes peronistas entre intendentes y no intendentes. Yo los divido entre los que hacen autocrítica del gobierno de Paco Pérez y los que no. Los que no, prefieren creer que en Mendoza arrancaron los femicidios y el machismo en mi gobierno, que la inseguridad apareció en este gobierno. Hay un grupo en el justicialismo que cree, con buen criterio, que deben dar las herramientas al Gobierno para consolidar el orden fiscal y dar la pelea por el poder en 2019.
-¿Y los que hacen autocrítica son los que necesitan que el Gobierno esté al día en las transferencias?
-Circula la elucubración de que ellos están presionados por fondos. Yo le he pagado a todos, otra cosa que no percibe el ciudadano común, pero a la larga tiene repercusiones.
La coparticipación y el fondo de la soja están al día, el canon extraordinario que firmó Jaque con YPF y que no se los pagaron nunca ni Jaque ni Pérez, se los pagué yo. A todos por igual. Hace 10 años que no pasa esto. ¿Con qué los tengo apretados? Lo que tienen al frente es un buen administrador que genera un buen clima para trabajar. Lamento que ellos no lo defiendan así. Sí lo reconocen en la intimidad.
-¿Cuál es la mirada estratégica para la provincia?
-Mendoza requiere ordenar su Estado e ir liberando recursos para que el sector privado haga bien lo que debe hacer. Podemos ser más competitivos en los clusters exitosos, como el vitivinícola y podemos crecer aún más; podemos mejorar en materia energética y fundamentalmente podemos generar nuevas energías.
-¿Los paneles solares, por ejemplo?
-Si cumplimos el contrato que hemos ganado con los proyectos solares, vamos a generar una cantidad de energía superior a Potrerillos. Generarán 3.000 empleos directos en tres años, más que los que crearía Portezuelo del Viento en caso de hacerse. Esto es diversificación económica y una mirada estratégica. Si además hacemos Portezuelo, nos van a poner en un lugar de proveedores de energía.
-Hablando de Portezuelo. Macri puso condiciones.
-Él ya ha dicho que se hace. Lo dijo ayer (por el miércoles) y en la campaña él me habló de la obra, yo no se lo había pedido. Él tiene que arbitrar porque el Coirco tiene una norma que fija que, si no hay unanimidad entre los cinco gobernadores, debe definir el presidente. Nosotros logramos que cuatro gobernadores firmaran y queremos evitarle ese arbitraje porque interpretamos que el estatuto dice que alguna de las provincias se tiene que negar y La Pampa no se ha negado en el acta, no la ha firmado directamente.
-Pero Macri ahora exige entregarle a La Pampa agua del Atuel.
-Si el Presidente revierte esa posición (apoyar la obra) que ha hecho pública, cuando (Pablo) Bereciartúa, el subsecretario de Recursos Hídricos, fue a Malargüe y anunció que para diciembre iban a tener los pliegos y en marzo llamaban a licitación. Si el Presidente se desmiente... Yo no percibí eso. Se lo pregunté porque había salido el reportaje que ustedes le hicieron, y me dijo: “Lo que quise decir es que tenemos que hacer algo con La Pampa”.
-¿En el gabinete están todos aprobados? ¿Alguno se lleva una materia?
-En general estoy conforme con el gabinete. Creo que las comparaciones son odiosas porque son distintos los subsistemas que cada uno administra. En materia de Hacienda, han sido nuestros principales logros. Ahora se presenta un desafío: ¿cómo optimizamos el gasto adentro? Van a empezar a haber fricciones. Hay mucho mal gasto al interior del sistema y es la etapa que debería venir. En las segundas y terceras líneas tengo menos supervisión y a lo mejor podrían rendir más, pero puedo ser injusto.
-¿Cómo ve a los intendentes debutantes del radicalismo? Son varios.
-Los he visto a todos en general muy bien. Con el que estoy notablemente impresionado es Marcelino (Iglesias, de Guaymallén). Tiene una situación muy compleja y la ha sacado adelante a fuerza de mucho remo de él personalmente. En las encuestas sale bien evaluado pero no aparece como un tipo empático. Pero sí creo que la gente está reconociendo la gestión.
-¿Y Las Heras?
-La agenda de Las Heras en los últimos años ha sido muy social, producto de que el peronismo se ha enfocado en eso y poco en servicios públicos. Han menospreciado al vecino de Las Heras que también quiere buenos servicios. Creo que Daniel (Orozco) está en tránsito entre no dejar de cumplir la agenda social instalada por años y la agenda de buenos servicios públicos que quiere instalar él.
-¿La reforma constitucional está en su plan?
-Está en mi plan siempre. Lo hablé con Laura (Montero) al principio del mandato. Ella quería un tema que desarrollar y le pareció ése. Le dije que no tenía problema, sólo si eso se ve como un proceso armónico en el que la gente se involucre y parezca normal que reformemos el pacto de convivencia institucional.
-¿Cómo va ese proceso?
-Creo que lo ha hecho bien hasta acá. Hay que darle la puntada final. Involucrarlo al FIT sería bueno: “¿Por qué no votás la reforma? ¿Vamos a ver la elección de los jueces por voto popular? Ustedes proponen ese tema y que los voten en la constituyente”. Pero no pierdo el sueño.
-¿Pretende la reelección?
-No estoy buscando la reelección. Mi desvelo es hacer funcionar esto, hacerlo funcionar bien e irme de la mejor manera posible dentro de tres años, con el prestigio que tengo hoy. No irme de la política.
-¿Cómo se lleva el Cornejo militante de Franja Morada en los '80 con el Cornejo gobernador?
-Muy bien. Me siento armonioso en ese sentido. Son treinta años de diferencia. Si me piden especificidades, algunas cosas de antes las revisaría. A medida que he ido avanzando me he ido soltando. Trato de ser prudente en lo que digo, pero en general trato de atar mis convicciones a lo que hago y a lo que digo.
-Siempre se lo ubicó en el progresismo. ¿Con los años se ha vuelto más conservador?
-El relato kirchnerista ha hecho mucho daño acerca de qué es ser progresista. No entiendo cómo mejorar la educación pública puede ser de derecha. ¿Es de izquierda que a un tipo le roben la bicicleta con la que va a trabajar, en un barrio pobre, y al otro día deba ver al ladrón con la bicicleta haciéndole burla? Un pensamiento de centro izquierda privilegia que el Estado sea un buen prestador de servicios a las clases medias y a los sectores más pobres. Eso es lo que quiero hacer para Mendoza. Lo otro es verso.
-Hace 30 años hablar de la eficiencia del Estado era discurso de la derecha.
-Sí. Era un fundamento de los organismos internacionales de crédito. Pero yo no quiero un Estado más chico. Yo sería de derecha si creyera que el Estado no debe intervenir en la economía. Yo creo que el Estado debe intervenir en la economía, pero inteligentemente, no como Kicillof.
-¿Qué se propone dejar para ser recordado?
-Me gustaría que se reconociera el orden administrativo y la organización del Estado como un mérito. Si lográramos avances sustantivos en las inversiones energéticas de Los Blancos, Portezuelo y los paneles solares, creo que dejaríamos una marca. Al principio pensaba que iba a venir sólo a ordenar y a aumentar un poquito la inversión de servicios, pero si logramos dejar esos proyectos energéticos, va a ser un balance positivo.
El equipo
Textos: Daniel Peralta, Cinthia Olivera y Marcelo Zentil.
También participaron de la entrevista: Arturo Guardiola, Raúl Pedone, Néstor Sampirisi, José Luis Toso, Luis Abrego, Gastón Bustelo, Alejandra Vargas, Leonardo Rearte y Agustín Haudet.