El gobernador, Alfredo Cornejo, hace un balance positivo de sus dos años al frente de la Provincia. En un repaso de su gestión, y sin nunca olvidar el estado en que recibió la Provincia, pondera las políticas encaradas pero entiende que falta mucho por hacer.
Con su habitual estilo confrontativo, critica la “desorganización” de la oposición y la deslealtad del PD. Y asegura no estar obsesionado con saber qué hará cuando termine su mandato.
-¿Qué balance hace de su gestión?
-Positivo. Para los escasos dos años y mirando de dónde veníamos, hemos ido más rápido de lo que esperaba, pero más lento de lo que necesita Mendoza. En Educación tenemos un presentismo interesante, con 180 días de clases y disminuyendo la ausencia de secundarios, pero lejos de la alta calidad. En Salud, estamos mejor en hospitales de alta complejidad, pero falla la atención primaria, deficiencia que queremos cubrir con el ítem centro de salud, que propondremos aumentar.
-¿En Seguridad y Justicia?
-En Seguridad hay logros incuestionables. Cerramos noviembre con 420 robos agravados cuando en ese mes del año pasado fue casi el doble y en 2015, 1.200 casos. Pero sigue habiendo mucho hurto simple. Bajaron los homicidios, con 4,7 cada 100 mil habitantes en noviembre. Es la primera vez en 20 años que estamos bajo la media nacional de 6. Eso es por el buen trabajo del Ministerio Público Fiscal, al usar el criterio de que la persona con arma queda detenida. A menudo se ven deficiencias y surgen casos como el de la nena muerta por su padrastro, que tenía cinco robos simples. Eso es porque no se aplicó la reiterancia. Errores de determinados fiscales hicieron que ese hombre estuviese libre.
-¿En Economía?
-Estamos mejorando incipientemente. Dependemos mucho de la economía nacional, pero lo poco que tenemos acá lo estamos poniendo en marcha. Hay logros importantes en política agraria. Ya combatimos 65% de la polilla y tengo fe de que la erradicaremos 100%, algo que sólo EEUU ha hecho. Hay otros logros como el seguro agrícola y cuatro aviones funcionando a pleno y uno por comprarse en plena lucha antigranizo.
-Y el orden administrativo...
-Yo propuse el equilibrio para 2018 y terminamos 2017 con equilibrio operativo. Me refiero al equilibrio entre lo recaudado con lo gastado de manera corriente, no al pago de deuda, que obviamente es superior a lo que recaudamos. Tenemos que tomar deuda para pagar deuda vieja. Sólo que ahora tomamos deuda de mejor calidad. Y para los que dicen que hay un costo por el alto endeudamiento, les digo que se tomó deuda para pagar los muertos que dejaron.
-El PJ dice que ya le autorizó deuda en 2016 y 2017.
-Pero para pagar deuda vieja que generaron ellos. En febrero pagaremos el último cupón del bono Aconcagua (Mendoza 2018), que tomó Lafalla. Vamos a terminar de pagar las deudas que tomaron Jaque y Pérez. Ahora que hemos logrado el equilibrio, tenemos que buscar el superávit.
-¿Es la meta para el fin de gobierno?
-Es la meta. A medida que bajen la inflación y las tasas, iremos cambiando deuda mala por buena y estirando los plazos. Así, dejaremos el Gobierno con menos deuda de la que recibimos. Ahora pedimos $ 1.910 millones sólo para pagar deuda previa. Al lado de lo que pidieron antes para gastos corrientes es como estar en Suiza.
-¿Cómo está la relación con la Nación luego del choque por el impuesto al vino?
-Debo reconocer que se tensionó, pero para bien. Fue un error de ellos. Me vi obligado a tomar una decisión defensiva. El Gobierno nacional aceptó y dio marcha atrás porque fuimos solventes en nuestros argumentos. Espero que la relación sea buena, respetuosa.
-¿La Nación no lo respetó con ese tema?
-Deberían haber consultado más, siendo que Mendoza tiene el 70% de la vitivinicultura.
-¿Qué hitos negativos tuvo?
-Gobernar hoy es bastante más complejo que hace 20 años. Deriva de una multiplicidad de actores y de una complejidad social creciente. No es habitual que en una semana haya tres femicidios ni que en una semana haya dos nenitos muertos a manos de sus padres. Todos sabemos que adentro de las casas la vida no es la misma de hace 20 o 30 años. Hay una reconfiguración de la familia tradicional que impacta en la sociedad.
-Lo de los femicidios es lo primero que hace notar.
-Sí. Hay otros hitos. Los accidentes en la ruta 7 o en el Sur, que fueron impactantes. Seguramente un Estado más inteligente hubiese evitado varios de esos temas. Qué pasa en la sociedad para que alguien lleve a niños en un ómnibus trucho. ¿Qué papel debería tener el Estado? Sin dudas tiene que ser más inteligente para ejercer el poder de policía.
-¿Y casos que influyeron directamente en su gestión?
-Creo que el hábeas corpus de la Corte (de diciembre de 2015) me marcó un foco de conflicto, de que no había interés en involucrarse contra la inseguridad. Yo estaba recién asumido. Para mí fue un hito y todo un mensaje.
-¿La discusión sobre el Zoo no lo fue?
-Hay debates de una minoría y nos hacen creer que son mayoría. Y el periodismo no los identifica correctamente, no por mala fe, sino porque el más gritón se hace escuchar más que las personas racionales, más dispuestas a escuchar y a escucharse.
-La designación de Valerio, la grúa en el anfiteatro...
-Lo de la grúa fue un accidente y tuvimos la imprudencia de no prevenirlo y no tener control sobre el guión y los montajes para hacer cosas que se pueden hacer en Mendoza, porque no es el Cirque du Soleil. En el caso de Valerio, si alguien cobrara por las estupideces que se dijeron, se haría millonario. Algo similar ocurrió con la Lobesia botrana. Un grupo minúsculo que grita más fuerte y dice que es contaminante. El combate contra la polilla se hizo y no hay una sola consulta en un hospital, ni por ojos irritados.
-Hay cambios impuestos, como el ítem Aula…
-La gente quiere autoridad y las sociedades la requieren para vivir mejor. El ítem Aula resuelve un problema de ausentismo creciente. Fue el sistema el que se desmadró y necesitaba incentivos positivos para ir a clase y negativos para faltar. Si no se logran por acuerdo, alguien los define o se hace por ley, como salió. Hoy, de casi 50 mil docentes, sólo 253 han superado el límite de 10 días para faltar en el año.
-¿Qué pasa si es inconstitucional?
-No veo qué cláusula constitucional viola. Se aprobó por ley. Pero he visto fallos tramposos en la Justicia, esos de “sí pero no”. Eso podría pasar y desdibujar el efecto positivo que ha tenido para el sistema. No sé cómo puede salir ese fallo.
-¿Tiene plan B?
-Aspiro a que las mayorías populares alguna vez sean respetadas en los fallos judiciales. El ítem Aula tiene altísimo consenso. No tengo plan B.
-Debió dar dos marchas atrás este año: la reforma de la Constitución y la ampliación de la Corte. ¿Son frustraciones?
-No. En ninguno de los dos casos envié un proyecto, surgieron de mi equipo legislativo. Para la reforma constitucional nunca vi viables los dos tercios necesarios para avanzar porque el PJ está muy desorganizado y esto requiere de un gran pacto. No lo veo como frustración porque no muero por estar acá cuatro años más. No estoy obsesionado con eso. Por lo de la Corte, tengo una gran frustración por la cobardía de la dirigencia, fundamentalmente opositora, que no quiere meterse con el Poder Judicial. En privado lo critican pero después no se atreven a meter mano.
-Hay un aliado también…
-En Niven, además de cobardía, hubo deslealtad con Cambia Mendoza y conmigo, porque él fue electo por el frente no por el PD. Eso lo hablé con él en mi despacho de Godoy Cruz y prometió lealtad los cuatro años. Y él y todos los testigos que estuvieron en esa conversación saben que fue así. Vamos a insistir con el proyecto y modificar la ley de la Corte de todas maneras, porque hay muchas cosas por cambiar.
-Van a volver a acusarlo de querer manejar la Justicia...
-Ahora todos critican el fallo de la Corte sobre los intereses, el promedio de licencias, el colapso de causas, se escandalizan porque designan a parientes y los equiparan a magistrados. Pero cuando hay que cambiar la ley empiezan las “excusitas”, como que se quiere manejar la Corte. Es ridículo. Agregar dos miembros no hace que la manejemos desde el Ejecutivo. Además, ¿qué voy a manejar, si me voy?
-¿Faltó diálogo?
-Cuando la corriente está a favor, es todo paz y amor. Cuando hay un enemigo medio poderoso, mejor correrse. Las modificaciones de leyes fueron conversadas con opositores y oficialistas. El problema es con quién se enfrentan. En el ítem Aula, Niven se abstuvo. No quería enfrentarse al sindicalismo movilizado. Y en este caso, es evidente que hay complicidad con cómo funciona la Corte y no se quiere enfrentar a los poderes constituidos.
-¿Hubo pedido de nombres?
-Sí. Balter pidió los nombres.
-¿Pero ellos querían nombres propios?
-No me consta directamente.
-En qué medida complica el desorden del PJ?
-Su desorganización puede ser buena electoralmente para mi partido pero mala para la gobernabilidad. Nuestro sistema político requiere un buen Gobierno pero también una buena oposición, para que haya pactos que sobrevengan a las gestiones. Si hay que andar consiguiendo los votos uno tras uno, sin nivel de debate, con una oposición que dice que no da deuda “porque él no la dio”, complica. No es lo mismo deuda para inversiones que para gastos corrientes. Ése es el debate que quiero. Cuando el PJ lo dé, discutiremos qué obras generan crecimiento y cuáles no.
-¿Ser gobernador es como imaginaba?
-Es más complejo. Estamos en un barco todo el tiempo en tempestad, en zozobra. Pero también es apasionante para quienes amamos esta actividad. Me siento feliz haciendo esto. Trato de hacerlo lo mejor posible, de aprender todos los días de la experiencia, de los aciertos y los errores.
-¿Qué se imagina haciendo el 10 de diciembre de 2019?
-Es una incertidumbre pero no me angustia. Hace muchos años que estoy en cargos ejecutivos y la he pasado muy bien. No me imagino en un cargo legislativo. Estoy enfocado en mantener esta credibilidad y que cuando me vaya de la gestión, los mendocinos tengan una mejor provincia y una mejor administración del Estado. Eso mantendrá mi prestigio y derivará en ofrecimientos.
-¿La mejor administración es la vara para promover un sucesor?
-Sí. Lo hice en Godoy Cruz. Me gustaría que no se perdieran los logros que hemos obtenido y dar un salto de calidad con respecto a lo que he hecho en estos dos años y lo que vamos a hacer en los que quedan. Creo que mi gobierno dejará a Mendoza en un umbral para que brille en un contexto nacional mejor al de los últimos años.
Autodefinición:
-¿Cuál es el estilo Cornejo?
-Orden y austeridad. El estilo también es generar un liderazgo institucional, no un liderazgo carismático desde el lugar de la simpatía sino un liderazgo desde la principal magistratura del Estado que es el gobernador, donde ese valor simbólico oriente a los ciudadanos a conductas colectivas, armoniosas, de convivencia, de ejercicio pleno de la libertad. Los valores más generales de la sociedad.
-Algunos le critican el autoritarismo, ¿cómo explica la autoridad?
-Después de 30 y pico años de democracia, permiten identificar qué es autoritarismo y qué autoridad. La autoridad está basada en ordenamientos de leyes y normas que rigen la conducta. El autoritarismo es una persona que hace y deshace, manda a gusto y piacere sin ajustarse a normas. No es el caso. Yo no voy y le meto un tiro a los miembros de la Corte porque no me gustan. Les cambio la ley, les fijo los procedimientos. En el caso legislativo, trato de persuadirlos y casi todos los proyectos enviados han salido aprobados por altas mayorías. Han sido resistidos los que han tenido un interés particular, corporativo, legítimo o no, pero interés particular de resistencia.
Los amigos del Gobernador
A Cornejo suele vérselo siempre concentrado, pocas veces sonriendo. Su actitud adusta es la que prima. Nunca se relaja.
“En una entrevista periodística no”, dice, generando risas espontáneas. De todos modos asegura tener tiempo para el esparcimiento. “Juego al fútbol y me hace bien, más a la cabeza que a mi cuerpo, que ya no aguanta mucho los partidos”, cuenta. “Veo muchas series. Disfruto estar en mi casa y estoy más de lo que he estado toda mi vida”, reconoce.
-¿Sus amigos son los de siempre?
-Son los de siempre. Algunos que todavía tengo de mi pueblo, con los que tengo una relación estrecha, muy afectiva, que no la cultivo tanto en la asiduidad pero sí por teléfono.
También están los amigos “de la facultad, de la militancia, de la Franja Morada”. Y algunos que el gobernador ha adquirido en la política. “Identifico claramente a los amigos del poder”, asegura, aunque entiende que la política también puede generar amistades. “Cuido mucho la palabra amistad porque está muy bastardeada. Uno ve que algunos se dicen amigos y después están enemistados. Pero en la política, con gente de mi generación, he encontrado buenos amigos”, concluye.
La decisión que espera de Macri
El Gobernador entiende que Portezuelo del Viento sigue siendo el proyecto más esperado y espera que “sea inminente el laudo del Presidente para poder empezar”.
Además se esperanza con que esa obra ayude a resolver el conflicto por el río Atuel. En ese sentido, entiende que el último fallo de la Corte nacional pudo haber sido en cierto modo beneficioso para Mendoza.
“Ha ordenado que nos pongamos de acuerdo, junto con la Nación, sobre el caudal ecológico mínimo y que lo paguemos entre los tres”, explicó.