Alfredo Cornejo es radical, por herencia familiar pero sobre todo porque en 1982 lo conquistó Raúl Alfonsín. Por eso la figura del primer presidente de la democracia es recurrente en la charla. Pero también habla de las demandas actuales de la sociedad, las asignaturas pendientes y de los líderes políticos que por su negligencia dan lugar a irrupciones antidemocráticas en el mundo.
-¿Qué es lo que la gente valora hoy del sistema democrático?
-Creo que se valora a la democracia como el sistema más equitativo, aunque en estos años ha tenido un balance económico y social negativo. Hay pobreza y desigualdad de ingresos. Argentina nunca encontró un modelo de desarrollo consensuado que se sostenga en el tiempo, como sí lo han hecho otros países. Otro punto negativo es que los dirigentes muchas veces no han hecho docencia cívica, sino que más bien han dado malos ejemplos en materia de corrupción, transparencia y discurso demagógico.
-Por lo que dice, aún no hemos podido cumplir lo que decía Alfonsín, que "con la democracia se come, se cura y se educa".
-Convengamos que hoy la Argentina tiene baja calidad educativa, pero ha sido el Estado mal administrado, no la democracia, el culpable. Si bien hoy poca gente sufre la desnutrición, tampoco todo el mundo accede a la comida adecuada. Y con la salud pasa otro tanto como con la educación y nunca hubo un acuerdo. Por lo tanto, el balance no se lo atribuiría a la democracia, sino que ésta requiere de buenos líderes. Los indicadores sociales actuales no son buenos comparados con los de hace 35 años.
-¿Cuál considera que ha sido el momento más oscuro para la democracia en este tiempo?
-Ha habido puntos cúlmines. Uno fueron las intentonas militares y dentro de ellas su fracaso, con lo cual esas intentonas, de Rico, Seineldín y los Carapintadas, tuvieron su lado negativo y también su positivo, porque no prosperaron.
-¿Y qué cree que ha sido lo mejor de estos 35 años?
-Un punto positivo fueron las propias elecciones y cambios de ciclos que hubo. La irrupción de Alfonsín, que se creía iba a perder y ganó, fue un punto muy positivo. El PJ iba camino a convertirse en un partido único. Después ha habido señales positivas en algunas provincias, como en Mendoza, que han logrado alternancia. El balotaje de Macri también lo valoro como un punto de inflexión.
-¿El 2001 fue un momento en que la democracia peligró?
-Creo que estuvo en peligro, pero los hechos violentos fueron programados, premeditados con colaboración de intendentes del conurbano bonaerense. No fue una acción espontánea del pueblo contra sus autoridades. Aunque no estaba el Ejército detrás para asumir el gobierno, sí funcionó finalmente como un golpe institucional y fue un hito negativo.
-A Macri muchos le auguraban el mismo destino que a De la Rúa…
-De terminar Macri su mandato, como todos creemos que va a ocurrir, va a representar un punto de inflexión porque va a ser el primer presidente no peronista en hacerlo y va a romper el mito de que a la Argentina sólo la puede gobernar un peronista.
-Alfonsín quedó como el padre de la democracia. ¿Qué le valora usted?
-Creo que es justo que se lo vea así porque él tenía la convicción de que este sistema era el mejor para la Argentina y de habernos tocado otro líder habría estado tentado de negociar con los militares.
Si bien hizo una concesión, con la Obediencia Debida y el Punto Final, su línea directriz era que cumplieran su función en la defensa y no intervinieran en el sistema político como actores protagónicos. Si ganaba Luder, la tensión hubiera llevado a negociar todo el tiempo y eso hubiese sido un retroceso.
-¿Le reprochó las leyes de Obediencia Debida y Punto Final entonces?
-La única reunión a la que fui a Olivos en aquellos años, como parte de la Mesa Nacional de la Franja Morada, fue por ese tema. Pero una vez que pasó el tiempo, el balance mío es positivo porque haber juzgado a las Juntas es muy superior a las concesiones posteriores.
-Y hoy que es gobernador, ¿lo entiende más?
-Lo entiendo muchísimo más porque las correlaciones de fuerza son importantes a la hora de tomar decisiones. Hay cosas que hay que hacer, pero no es el momento de hacerlas.
-El país vive su período democrático más largo y también toda la región.
-Diría que es un progreso del mundo en su conjunto. Cuando Argentina volvió a la democracia, eran pocos los países que vivían en este sistema y hoy lo hace la inmensa mayoría. Esto es cultural. En esas democracias, según los países, hay tensiones económicas, sociales, raciales... En la Argentina están enfocadas en lo económico y social. No se han podido resolver temas elementales, como la inflación.
-¿Y qué riesgos ve hoy?
-Me parece que hay una ola de libertades democráticas en el mundo que ha hecho que los sectores más antidemocráticos vayan perdiendo peso, pero paralelamente hay una pérdida de efectividad de los estados. En Argentina, por ejemplo, los dirigentes no canalizan correctamente, no cumplen la demanda de orden de la ciudadanía, hablan de derechos pero no de obligaciones y esto incuba irrupciones antidemocráticas.
-Esto es la contracorriente que encarnan actualmente Trump, Putin, el neonazismo europeo, Bolsonaro…
-Exactamente, aunque se da en el marco de la democracia, todavía.
-¿Y esto tiene que ver con cierto desencanto económico?
-Tiene que ver con dirigentes que no se han hecho cargo del desorden económico e institucional. Todo esto ha ido generando un descontento. Por eso mi programa es tratar de volver a un Estado más efectivo modernizándolo, no volver al pasado, a hace 30 años.
Esto incipientemente está dando resultados, hay que sostenerlo. Las versiones autoritarias, antidemocráticas, no existirían si los dirigentes se hicieran cargo de los problemas. No existiría en Brasil un Bolsonaro si no hubiera habido corrupción y también un mal funcionamiento del Estado.
-Desde el PJ y la Izquierda se lo ha acusado de autoritario varias veces.
-Sí, pero autoritarismo es un gobierno no sujeto a leyes y yo he demostrado todo el tiempo ajustarme a las leyes. No me he movido de la ley. De hecho, una de las decisiones más fuertes como el ítem Aula está siendo ratificada por la Corte como constitucional.
Lo que molesta es el ejercicio de la autoridad. Creo que hay un pedido muy fuerte en todos los países de ejercicio de la autoridad, que puede pasarse al autoritarismo si los líderes democráticos no responden esa demanda social.
El día que se hizo alfonsinista
Cornejo responde sobre la razón de su militancia radical y habla de su padre, Carlos, fallecido tres días antes de la entrevista. “Era más antiperonista que radical”, lo recuerda.
Pero fue Alfonsín el principal responsable de su afiliación. Era 1982, recién había terminado el servicio militar y habían pasado días de la recuperación de las Malvinas, cuando lo cautivó desde las páginas de Los Andes con una declaración contra una guerra a la que calificaba de “locura, desatino”.
Después de eso, junto al padre de Rodolfo Suárez, Ulpiano, trabajó para que visitara San Carlos y lo lograron.
Perfil
Nombre y Apellido
Alfredo Cornejo (56)
Profesión
Lic. en Administración Pública y Ciencias Políticas
Fue dirigente de Franja Morada en Mendoza y el país.
Durante la gestión Cobos, fue ministro de Gobierno y luego de Seguridad, además de diputado nacional. Desde 2007 a 2015 condujo Godoy Cruz.
Tejió el acuerdo con el kirchnerismo en 2007 y se alió a Macri en 2015.
Los presidentes
Raúl Alfonsín
“Tenía una convicción democrática y la llevó a la práctica contra viento y marea. No negoció con los militares una transición. Para mí, es el mejor.”
Carlos Menem
"Sin convicciones profundas sobre el modelo de desarrollo del país. Quiso aprovechar los vientos de cola del mundo para ganar las elecciones y nada más."
Fernando De La Rúa
“Debió salir de la convertibilidad el primer día de gestión y construir un modelo de desarrollo. Si lo hubiese hecho, habría llegado al final de su mandato.”
Eduardo Duhalde
“Su aporte fue la muñeca política para coordinar a todos los gobernadores y apoyarse en ellos para hacer la megadevaluación.”
Néstor Kirchner
“Leyó la crisis de los partidos y las instituciones políticas y construyó poder a partir de eso. Finalmente se apoyó en el viejo PJ. Aprovechó el viento de cola.”
Cristina Fernández
“Una mujer muy sola y llena de prejuicios acerca de cómo funciona el mundo. Su gestión va a quedar marcada por la tremenda corrupción que hubo.”
Mauricio Macri
“Sin grandes habilidades en materia de acción política, tiene la convicción de hacer un capitalismo serio y sano en la Argentina.”