A diferencia de otras ciudades (como Tucumán y Bahía Blanca), Mendoza sí le dio lugar a Alfredo Casero para que pudiera explayarse y dar su show "¿De qué no se puede hablar?", el sábado por la noche.
Recordemos: Organismos artísticos y de Derechos Humanos provinciales le habían pedido a la Municipalidad de Godoy Cruz que diera de baja el show del humorista, luego de sus polémicos dichos sobre el trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo. Sin embargo, y pese a que circulaba una versión de que iba a haber un escrache en las inmediaciones del Teatro Plaza, no sucedió nada.
Así, sin más preámbulo, se abrieron las puertas de la sala de calle Colón en una noche que se mantuvo fría hasta el final. Un sillón y un proyector comprendían todos los elementos arriba del escenario. Pese a haber sido recibido por un alentador aplauso de la audiencia, Casero no consiguió llenar el teatro y se dejaron ver varías filas vacías entre el público.
Así dio inicio a un show donde hizo gala de su humor característico. Un humor que, para muchos, está atrasado: aunque en la sala las risas demostraron que caducado no está.
Partiendo de dos consignas, comenzaría su exposición en el ágora: el año pasado, Alfredo enfrentó una situación inestable al no saber con exactitud si podría volver a las tarimas, luego de someterse a un bypass gástrico. Por eso, en el camino de la recuperación notó que sus ideas quedaban más claras, y así tomó una decisión: hacer lo que realmente tuviera ganas de hacer. Y, si hay algo que siempre quiso hacer, es cantar.
Por eso, durante las casi dos horas que duró el show, interpretó las canciones que según él le llenan más el espíritu: desde una popular aria de “El barbero de Sevilla” (“Largo al Factotum”) hasta el “Aria del catálogo” de la ópera “Don Giovanni” de Mozart, en la que participaría una mujer del público.
Estos momentos musicales pasaron sin pena ni gloria, y luego explicó la razón por la cual estaban todos ahí reunidos: hablar de lo que “no se puede hablar”, según reza el título del espectáculo.
¿Y de qué no se puede hablar? Habló sobre la "presión de las masas" que piden "el flan cuando la casa está en llamas". La célebre metáfora es suya.
Sin embargo, más que un llamado a seguir discutiendo, haciendo caso omiso a esas discrepancias masivas, lo que el humorista planteó fue despotricar sin culpa.
Con un repertorio de discursos y chistes plagados de remates con insultos, la gente aplaudió con emoción. Por eso es importante analizarlo desde el acto comunicativo y social, más que teatral.
El humor que Casero ofreció, irreverente o insolente, es típico de una época. ¿De una época pasada? “Alguna mujer se puede sentir atacada porque uno es hombre. Los hombres somos más elementales. Es importante que exista la harina para que exista el pan, después es lo que se hace con la conjunción”. Así enfrentaba, por ejemplo, la tarea de mezclar su propia relación con las mujeres con la lucha de liberación femenina que llena actualmente las calles del mundo.
“¿Por qué callar si todo es discutible? Cuando casi me cago muriendo me pregunté esto. Si nadie se sube al caballo, ¿para qué mierda sirve?”, dijo, seguido por las risas.
El autor del hit “Pizza conmigo” se cansó de que la masa levantara la voz con ciertos temas que llevan, según él, a no poder hablarlos. Parado en ese lugar invitó a seguir discutiéndolos.
Pero esa discusión no existió: no hubo una reflexión, no hubo una autocrítica al pensamiento. Lo que sí hubo, fue el pedido de que no molestaran más, de que dejaran hablar a cualquier persona sobre lo que sea y sin importar las consecuencias.
Por otro lado, la obra dio a Casero su oportunidad de responder a tanta acción mediática. Al principio, al medio y al final del show quiso aclarar todas las dudas frente a la receta de su flan: “¿Ustedes lo entendieron, no? Porque desde algunos diarios contrataron a varios expertos para explicarlo”.
Su afición por este postre lo metió en el ojo del huracán político actual: se defendió de toda palabra que lo juntara con el gobierno actual, burlándose de los que dicen que le bajan una suma de dinero y asumió la responsabilidad de acusar a todo aquel que haga las cosas mal: “Donde haya oscuridad ahí estaré molestando”, anticipó.
La ficha
Alfredo Casero
¿De qué no se puede hablar?
Fecha: Sábado 1 de setiembre
Lugar: Teatro Plaza (Colón 27, Godoy Cruz)
Calificación: Bueno