Incomprendido para algunos, una genialidad para otros "Cha Cha Cha", el programa de humor absurdo de la década del '90, que reunió en la televisión a Alfredo Casero, Fabio Alberti y Diego Capusotto tuvo su última emisión en 1997 y con ella, miles de fanáticos se quedaron huérfanos de risas surrealistas.
Pero inquieto Alfredo Casero sabe vislumbrar el futuro y luego de cuatro años de trabajo, lanzó la "Cha3Dmubi: When the Crombwell is over the Reimboul (El perro y el Dragón)", la primera entrega audiovisual en formato movie del clásico televisivo.
Bajo la plataforma de financiamiento colectivo Idea.me, el actor produce y protagoniza este proyecto, que reúne en la pantalla a Fabio Alberti, Lito Ming, Daniel Marín, Javier Bacchetta, Diego Rivas, Virginia Ciccolella, Franco Medici, Romina Sznaider y la participación especial de Matías Alé.
"Lo que sucede es que no saben dónde colocarla. El formato que tiene es muy libre. La idea de seguir trabajando sobre algo que no es estático, que tiene una transformación cada vez que la vas a ver, te dan ganas de volverla a verla en un tiempo. Está hecho en módulos como lo que fue ‘Cha Cha Cha’. Entonces a medida que vamos filmando, vamos poniendo sobre la otra película. Es un constante working progress la idea", sintetiza Alfredo Casero al teléfono antes de llegar a Mendoza a presentar en primera persona su proyecto.
-¿Por qué elegiste ese formato?
-Es biológico. Porque "Cha Cha Cha" es absolutamente biológico. Lo que más le pegó a la gente en su momento, es que la gente estuviera de acuerdo en juntarse a determinada hora, a ver un programa de televisión. La idea es que constantemente estés mostrando algo. En un lugar mostrás una, después mostrás otra.
Y así vas haciendo toda la saga. Es una hora treinta, más la presentación previa que hago, donde explico el porqué de esto. Esta película fue hecha por la gente. 200 personas en Mendoza pusieron dinero para que se hiciera la película. Entonces ahora, es el momento donde me encuentro con esa gente.
Igual que el libro que estoy presentando "Un perro con sombrero", junto a Juan Sáez Valiente. Hicimos dos mil ejemplares y los vendemos nosotros mismos, con un sello y en la mano se lo doy a la gente. El tipo que se lo lleva, se lo lleva en el alma.
-También rescatás la autogestión en la producción.
-Es todo gracias al grupo de seguidores de "Cha cha cha" interesados en que existiera. Esto se llevó a cabo de pe a pa. Cuando termino el proyecto, la forma es devolverles eso que ellos hicieron posible y compartirlo. Esa es la forma que creo que hay que cambiar en la producción. No pensar en la plata del otro.
Estoy dispuesto a monetizarme poquito para que surja algo original. Esto es de todos, pero no lo subo a la red como en un canal de You Tube. Si no me fundo… You Tube me mata. Esa vulnerabilidad, de la única manera que la podés matar, es yendo a cada función. Me llevó cuatro años de trabajo muy duro.
Y para poder copiarla, vas a tener que laburar cuatro años haciendo algo mejor. El asunto es que sea inspirativa, para que otros lo hagan, para que los jóvenes lo hagan. Es muy jodido, uno tiene que tener templanza para hacer algo así y eso te lo da el tiempo.
-Vos tenés cierta templanza con tu trabajo artístico. Cantante en japonés cuando nadie lo hacía, hiciste un tipo de humor como el de "Cha Cha Cha"…
-Creo que el renacimiento, que es lo que estamos viviendo. Por eso festejo cuando el petróleo vale menos. Creo que el futuro tiene que ser un valor, donde ciertas personas aportan para que algo cambie. No creo ser parte de esas personas, pero a mí no me sirve la llegada natural.
Ni siquiera en la televisión. En la televisión no me quieren, no me entienden. Ponen un decorado y cuatro personas hablando y se acabó. Y después están las productoras. Entonces el negocio es muy chico. Y esto es un happening de un play boys bombi bang (ríe). Yo no le tengo que pagar a nadie ni le debo a nadie, por hacer esto.
Yo lo hago y lo único que quiero, es que en el lugar que se pase la película exista un espacio mágico, parecido, al que la gente formaba los días miércoles para ver "Cha Cha Cha". Aunque nadie lo diga, fue una parte muy importante de la cultura del humor de este país.
-En ese devenir donde regresan programas que fueron exitosos ¿no hay lugar para "Cha Cha Cha"?
-No. En el último programa en 1997 explico porque no habrá más "Cha Cha Cha" y como va a ser la televisión de los próximos 20 años. No se puede, la televisión cambió totalmente y cada vez vemos más porquerías, claramente porquerías. Todo está centrado en un gran programa de televisión, que si no aparece, la televisión muere. Igual la televisión por aire no es un gran negocio en la actualidad.
-¿Cómo surgió tu participación como panelista de "Animales sueltos"?
-Me divierto muchísimo porque esta Jorge Asís. Yo lo catequizo. Cuando le digo algo, me pone una cara que se da cuenta que no es así. Además él se pone en un lugar de explicar lo que yo digo, como si la gente no entendiera. Y la gente entiende lo que yo digo. Lo que pasa es que parece que hablo de una manera y del otro lado, la gente conoce de qué estoy hablando. Me doy cuenta que yo tengo el problema para hablar (ríe).
Me cae bien Fantino, escucho esas cosas y me gusta. Lo hago naturalmente. No es que trabajo de eso, yo no soy panelista. Me encontré con Fantino y me lo ofreció. Me pueden preguntar: ¿Por qué estás haciendo mierda tu carrera hablando cuestiones que pueden ser problemas para vos? Porque lo tengo que hacer; tengo hijos, nietos, familia y tengo que decir lo que quiero y lo que no quiero. Tengo una actitud coherente conmigo. Y lo primero es decir lo que no me gusta y decirlo tantas veces, hasta que la gente lo entienda.
-Y tus opiniones políticas, ¿te han traído complicaciones en el trabajo?
-Sí, pero nadie discute de frente. Yo soy muy peleador y tienen que venir bien armados. Soy un hábil discutidor y un gran buscador de la pelea. No tengo problema en discutir con una persona. Es una actitud de planteo, más que estar en contra del otro. Cuando uno plantea algo, el otro piensa que uno quiere dictar que así sea.
Siempre me trajo problemas. Quedándome callado hubiese tenido menos problemas. Pero viéndolo bien, creo que no me enfermé del alma diciendo las cosas. Yo conozco gente que se ha muerto de pena viendo las cosas que han pasado en este país. El juez Strassera por ejemplo.
-¿Tenés alguna propuesta para volver a la actuación?
-Estoy dispuesto a lo que me diga el futuro mediato. Tomarme un avión, ir a Mendoza, encontrarme con mis socios de Trecha, una empresa que trabaja en la agricultura de precisión. También ver a mis hermanas. No tengo demasiadas cosas que vaya a hacer mañana. No tengo nada seguro en mi vida. Yo vivo en la inseguridad y en el caos con mucha felicidad.
Ficha
"Cha3Dmubi: When the Crombwell is over the Reimboul (El perro y el Dragón)"
Día y horarios: hoy, a las 20 y 22.30
Lugar: sala Roja, Nave Universitaria (Maza 250).
Entrada: $250. En boletería de la nave Universitaria.