Alfio Basile:“Si no fuéramos argentinos, seguiría en el fútbol”

En una extensa charla con el diario La Capital, Alfio Basile, uno de los mejores entrenadores de los últimos tiempos en el fútbol argentino, insinúa que la FIFA sacó a Argentina del Mundial 94 y habla como nunca. Además anuncia su retiro de la actividad p

Alfio Basile:“Si no fuéramos argentinos, seguiría en el fútbol”

Que Alfio Basile se retire es una derrota del fútbol argentino. Si los sabios no pueden dirigir, el problema no es de ellos sino de nosotros. Coco avisó hace diez días, en el programa Estudio Fútbol, de TyC Sports, “por primera vez públicamente”, que se retiraba del fútbol.

Y ahora, en la primera nota a fondo para explicar las razones, Coco le admite a La Capital, ante nuestras dudas, que no se retiraría si viviéramos en otra cultura, si los jugadores aceptaran, como en Europa, que el sabio dirige las prácticas “desde arriba”, con otros entrenadores en el campo.

No fue la única confesión del Coco en el complejo Waikiki, en Punta Mogotes. También Basile dio a entender que la FIFA sacó a la Selección del Mundial 94 y, más allá de preservar códigos, vio “problemitas” en común en su salida de la Selección en su segunda etapa y la no continuidad de su proyecto en Boca, cuando no aceptaron que Jorge Ribolzi lo reemplazara y llegó Ricardo La Volpe para chocar una Ferrari.

El no lo dice, ni lo va a decir nunca, se lo va a llevar “a la tumba”, pero ese “problemita” en común fue nada menos que Diego Maradona, quien estuvo en Beijing en los Juegos Olímpicos en la previa de su renuncia y comenzó a gestar “algo” con algunos jugadores de la Selección, y quien había “vetado” a Ribolzi para Boca en 2006.

- ¿Por qué eso de decir me retiro del fútbol, Coco?

-Porque sí, porque me cansé. Porque vos en el fútbol tenés que estar con todas las energías. Como dijo una vez Bielsa, y ahora algo parecido ocurrió con Sabella. Si vos no tenés energía no podés trabajar, te tenés que ir. Yo las energías para el campo las perdí. Yo ya no puedo correr a la par de los jugadores como hace  el “Cholo” Simeone. Tenés que entrenar con ellos a la par. No puedo por una razón física directamente…

- ¿Y con entrenadores que lo ayuden?

- Y, pero no es lo mismo. El jugador quiere que vos estés ahí con él. En el campo. Ya me pasó. Yo hice lo que vos me decís. Y no resultó. Ahora tenés que llegarle directo vos, explicarle vos. Por eso no se como hace Bielsa en Francia.

Porque él es uno de los grandes entrenadores del mundo. Pero yo no puedo creer que por un traductor un tipo pueda transmitir exactamente lo mismo que quiere. ¡Y estamos hablando de futbol! Hay términos puramente futbolísticos para el diálogo entre el jugador y el técnico. Tenés que hablarle directo, y vos no sabés lo que te está traduciendo. Es muy difícil.

-¿Pero no es una cuestión de cultura, Coco? Porque Del Bosque, Aragonés, Ferguson, lo pudieron hacer…

- Es una cuestión de cultura. Tal cual. En la Argentina es una cuestión de cultura…

- Da la sensación que en Argentina no se respetan de la misma manera las trayectorias, los conocimientos, esa presencia de un técnico grande pero sabio…

- Sí, perfecto, estoy de acuerdo, es así acá, no afuera…

- Porque es increíble que no puedan trabajar el Flaco Menotti, Coco Basile, que no puedan transmitir sus conocimientos y seguir dirigiendo como otros entrenadores grandes y también respetados en el mundo…

- Bueno, fíjate a quien van a buscar. El jugador es distinto ahora. Antes, en mis tiempos de jugador, ni ayudante de campo había. Yo cuando empecé a dirigir, tenía 31 años, agarraba el bolso, en Chacarita…   Llegaba con las pelotas, le pateaba yo a los arqueros, hacía paredes con los delanteros, tirábamos córners…   La pelota caía atrás del arco y la iba a buscar yo.

No tenía ayudante, solo el preparador físico. Pero eso lo podía hacer a esa edad. Hoy lo puede hacer el Cholo, que vos viste, va, viene, corre, no para nunca. Entonces cada vez se hace más difícil estar cerca del jugador si hay un impedimento físico. Por más que tengás ayudantes buenísimos como tengo yo, acá es difícil que el jugador acepte que no le llegues directamente en el campo.

Es una buena pregunta de ustedes hoy para los jugadores. Si para ellos es lo mismo que los entrene un Cholo, un Zubeldía, que corre a la par de ellos, como yo hacía cuando era joven, a que los dirija un técnico grande como nosotros, respetado, con carisma, con llegada, pero que en el campo los entrene un ayudante nuestro…   Hay que preguntárselo a los jugadores, a ver que dicen.

Acá en Argentina por lo menos. Yo antes terminaba la práctica y me quedaba una hora más entrenando a los arqueros. Y me iba último…   Pero tenía energía.

- Ahora, ¿Aragonés y Del Bosque como hacían?

- Y claro, Aragonés y Del Bosque hacían lo que hacemos nosotros ahora. Bueno, Del Bosque lo sigue haciendo. Yo te digo, mirá, Ferguson tenía 7 ayudantes. Pero ellos son manager, mandan a comprar los jugadores, son dirigentes, secretarios técnicos. Entrenador es el que entrena. Ferguson manejaba todo desde la oficina de arriba cuando entrenaban en el estadio.

Pero era el capo y salía a la cancha él con el equipo, y el equipo jugaba como él quería. De todo es responsable él pero en el campo no labura. Lo vi laburar a Ardiles en el Newcastle, y él tenía la oficina arriba y tenía sus ayudantes abajo, veía el entrenamiento desde arriba…

-Entonces, si la cultura fuera diferente acá, Coco no se retiraría. Si pudiera dirigir desde arriba a un cuerpo de entrenadores…

- ¡Sí señor! Exacto lo que decís. No me retiraría porque el bocho lo tengo bárbaro, veo todo, conozco a todos los jugadores del mundo pero es difícil acá…   Vos la agarraste con ese tema y tenés razón.

Es difícil porque la cultura nuestra no lo permite. Si no fuéramos argentinos, si no fuéramos así, si los jugadores lo tomaran de otra manera, yo no me retiraría…   Digamos que me parece que es así en toda Sudamérica, pero en Argentina y Brasil, que son las dos potencias, mucho más…

- Sostengo siempre una teoría sobre Basile. Si Argentina ganaba la final de la Copa América de 2007 todavía lo teníamos como DT de la Selección...

- Perdimos un partido infame con Brasil. Si jugamos diez partidos esos mismos equipos, con los mismos jugadores, ganamos ocho. Pero ese día nos tocó perder. También hubo un par de cosas. Nos hicieron viajar de un lado al otro, ellos nos esperaban ahí, en Maracaibo, a las cinco de la tarde hacía 50 grados, nosotros veníamos medio muertos pero bueno, a llorar a la iglesia…

- A la luz de lo que pasó en el Mundial del '94, con esa experiencia, si tuviera que vivirla otra vez, ¿usted hubiera hecho algo diferente en ese Mundial?

- Es que nos tomó de sorpresa. Hay cosas que las sabe poca gente... Nosotros estábamos en todo el detalle. Llegamos un 4 de junio, jugábamos el 19. Veníamos de jugar un amistoso en Zagreb. Llegamos temprano para estar primeros, para que esté todo bien.

Y sin decir nada, el lunes previo a la apertura del Mundial todos se levantaron en ayunas y los llevamos a Harvard para el chequeo. Salió 10 puntos. Si hubiese algo, hubiera saltado antes. El doctor me dijo "Coco, cero kilómetro todos los jugadores, nadie tiene nada". Es jodido todo... No quiero hablar mucho del tema porque no quiero que me tilden de vigilante a esta altura de la vida. Ya pasó, y me la comí. Pero lo sufrí muchísimo.

Aquel recuerdo lo lleva a monologar sobre el tema: “Nos cambió el panorama. En 72 horas tuvimos que ir a jugar a otro hemisferio, dejamos Boston. Se nos desgarró Caniggia también. Sin Maradona y sin Caniggia, más el golpe, más la seguridad de que la FIFA nos quiso echar, nos destruyó. Sabíamos que éramos boleta”.

-En los juegos Olímpicos 2008 dirigió Batista a la Selección porque usted no quería ir, prefería ir a la gira con los mayores.

- Mirá, yo me equivoqué en una cosa. Efectivamente no tenía que ir a los Juegos Olímpicos. Yo le dije a Julio y a Batista: Yo no dirijo más equipos que no sean la Selección mayor. Porque ya había tenido un problema cuando al juvenil lo dirigió Mostaza (Merlo). El problema es que nosotros teníamos como 70 jugadores en Ezeiza y era un quilombo.

Entonces esta vez dije que nos íbamos a dedicar a una sola cosa. Nosotros somos solo responsables de la Selección mayor. Por eso dije que no iba a dirigir al equipo cuando llegaran los Juegos Olímpicos. Pero en realidad, yo le dije a “Checho”, “este es el equipo nuestro”. Porque era así en realidad, era nuestro equipo.

Con Riquelme... Pero yo digo que ahí, en esa decisión, me equivoqué en una cosa, en no mandarlo al Ruso (Jorge) Ribolzi. Yo tenía que haberlo mandado al Ruso Ribolzi. Yo pensé que así lo cuidaba, porque nos podía ir mal y si eso pasaba después me iban a cuestionar a mi colaborador. Eramos grandes candidatos pero uno no sabe si va a ganar. La verdad, pensé demasiado.

- Con el Ruso no le hacían "la cama"...

- Seguíamos, por ahí seguíamos. Es la verdad...

- ¿Usted siente que ahí se armó algo? (Nota de R: cuando fue Maradona a Beijing)

- Sí... Pero no puedo hablar. Yo sé todo. Pero me la comí. No puedo hablar. Me lo llevo a la tumba. Horacio (Pagani) está todo el tiempo conmigo y tampoco se lo digo... Pero él ya te habrá contado.

Todos se imaginan todo. Tan boludos ustedes no son...¿Por qué me voy a ir yo? ¿Porque como vidrio? Noooo...Ya está. Yo siempre sé cuando me tengo que ir, y cuando a mí me hacen una jugada mala no hay retorno...

- Pero si ustedes dirigían en los Juegos Olímpicos...

- Seee, seguro seguíamos. Si era el equipo nuestro. Y fue el Checho y hablé con él y le di toda la confianza...

- El problema no fue Checho...

- Noooo...El Checho nada que ver...

- El problema fue otro. Otra persona y otras personas...

- Seeee... Dejalo así.

- Y volvemos a lo de la cuestión cultural, lo de los pibes...

- Sí, sí, porque yo soy de esta cultura también. Por ahí a otro para que deje la Selección hay que pegarle un balazo. Me mandé una cagada, con eso del Ruso a los Olímpicos, después vi algo que no me gustó y me fui. Ya me iba a ir antes del último partido.

Nosotros habíamos jugado tres días antes contra Uruguay en la cancha de River, donde insólitamente lo amonestaron a Román por jugar rápido e ¡íbamos ganando! Vos te crees que soy pelotudo yo... Y también suspendieron a Tevez. Ese día debutó Bergessio. Yo ya sabía que me iba después de Chile, ganando o perdiendo, no pasó por el resultado.

Solo dos sabíamos que nos íbamos. Ni el resto del cuerpo técnico sabía. Y me fui por todo lo que se fue gestando, por todo lo que yo sabía. Porque yo le digo a ustedes los periodistas, "ustedes tienen alcahuetes". Y se reservan, por lógica, como debe ser, la fuente.

Y nosotros tenemos tantos o más fuentes que ustedes. Los entrenadores tenemos más alcahuetes que ustedes... ¿Lo sabés no? ¿Estás convencido vos también de eso?

- Sí claro, al técnico siempre le van al oído...

- Pero mirá que hay tipos que no,  eh... Que se creen que porque son periodistas saben más que nosotros. Nosotros no tenemos menos alcahuetes que ustedes. Cuando uno sabe, sabe.

-¿Esa salida fue una de las mayores frustraciones? ¿Cuál fue la mayor desazón de su carrera?

- La del Mundial 94, sin dudas. Esta última vez que me fui fue por otra cosa, ya te lo digo, me lo guardo, aunque ustedes se imaginan... Pero lo del Mundial 94 fue lo más duro. Porque más que ese equipo venía invicto...

- ¿Y la mayor alegría cuál fue?

-Es más difícil eso. De técnico una de las primeras y más grandes alegrías fue la del ascenso de Racing. Ver 60 mil personas en la cancha de River, todos de Racing y saber que cumplimos el objetivo. Agarré al equipo un mes y medio para ascenderlo, ad honorem (levanta el dedo). Me concentré con ellos, lo ascendí al equipo y me fui.

Esa creo que fue la mayor emoción como entrenador. Y después tengo varias. La primera Copa América, la del 91... Lo de Boca, que ganamos todos los campeonatos... ¿Qué más? No sé, pero la mayor frustración seguro fue la del 94. Me queda más a mí aquella frustración que las alegrías. Porque yo estaba convencido de que éramos campeones del mundo.

Aquel central impasable de los ‘70

-Como jugador, ¿la mayor alegría fue el equipo de José?

- Sí, claro. El primer campeón mundial. Le di mucha más importancia cuando maduré que en ese momento, que era muy pibe y me devoraba el mundo y pasaba todo rápido.

-El Huracán del 73, ¿fue el mejor equipo en el que jugó?

- Técnicamente el Huracán del 73 del Flaco Menotti era el que mejor jugaba. Pero Racing era un equipo bárbaro, con una trayectoria impresionante. Era una máquina de ganar. 30 partidos invicto, después de perder volvimos a estar 25 partidos invicto. Nosotros sabíamos que ganábamos en cualquier lado. En cambio ese Huracán, si no jugaba bien, no ganaba. Pero generalmente jugaba brillante.

Los más grandes equipos son los que aun jugando mal, ganan. Los que tienen estirpe de campeón ganan igual. Igual, a ese Globo del 73 del Flaco Menotti, si no le sacaban cinco jugadores para la Selección, hubiera seguido ganando. Y yo no fui al Mundial 74 porque ya se me había roto la rodilla, me quiso llevar el Polaco Cap.

Ese Huracán, si no lo desmantelaban, hubiera salido campeón varias fechas antes y hubiera seguido ganando cosas, incluso Libertadores. Ese equipo tuvo poca trayectoria. Terminamos jugando con suplentes, con cinco muchachos grandes aguantando y con los pibes.

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