Alfaro no se calló nada en Diálogo con Longobardi. El nuevo técnico de Boca Juniors, tras la partida de Guillermo Barros Schelotto luego de la derrota en la final de la Copa Libertadores contra River Plate, no sólo es un amante del fútbol. También lo es de los libros y del golf. Un distinto, que cambió la ingeniería química por los botines y el buzo de técnico y que, a la hora de elegir un deportista, no duda en que sea Ginobili: “es la conjunción de talento, de perseverancia y de esfuerzo", dice.
Acá un resumen de lo que dijo.
Sobre su llegada a Boca:
“El desafío de Boca fue uno de los grandes dilemas en esta etapa final de mi carrera. Era un desafío que deseaba atravesar. Esto no quiere decir que no haya una etapa después, que uno se retire y se termina el mundo. Yo me siento un privilegiado porque mucha gente trabaja de lo que puede. Yo trabajo de lo que quiero. Fue una circunstancia muy difícil. Estaba sometido a una coyuntura compleja, porque honestamente llevaba un año y medio que estaba en Huracán, había llegado en un momento de crisis, un equipo que, de 28 equipos en la Argentina, estaba en el número 26. El equipo había clasificado entre los cuatro mejores de la Argentina. Me llaman de Boca y hablo con el presidente de Huracán, le planteó esta situación y me dice:
Acerca de…
Carlos Tévez: “Carlos es el jugador más emblemático en actividad que tiene hoy Boca Juniors. No me voy a meter en un dilema de historias, pero sí es un líder reconocido y una figura absolutamente involucrada al sentimiento del hincha de Boca de la misma manera que lo puede ser Riquelme, Rojitas, cómo un montón de personas que marcaron la historia del fútbol de Boca. Y yo a Carlos lo tengo en actividad. Y Boca viene de una situación muy dolorosa, una experiencia muy traumática y muy dolorosa, dónde otro de los ídolos importantes se termina yendo del club, Guillermo Barros Schelotto, uno de los ídolos que está asociado a momentos gloriosos y que de pronto se va después de ser campeón dos veces del fútbol argentino y de perder una final. Le dije:
Diego Maradona: “Diego para nosotros es todo. Mi relación con Diego es de admiración, porque somos una generación que crecimos detrás de las proezas de Diego. Diego nos hizo sentir que estamos por encima de la media. Nos hizo soñar, nos hizo poner en un plano de igualdad,más allá de que reivindico mucho al Flaco Menotti que fue el primero que le dio un impulso distinto a la selección Argentina. Pero Diego lo hizo desde otro lugar, desde el talento, desde el compromiso. Ahí es donde yo digo que Diego es una gran figura, porque los grandes de verdad no son los que marcan diferencia por lo que hacen, sino por lo que tienen alrededor, y los hace parecer a todos rubios de ojos celestes: son todos buenos alrededor del él.”
Marcelo Gallardo: “La mejor opinión tengo de Marcelo. Por lo general no hay números 10 entrenadores con esa capacidad y esa vigencia qué tiene Marcelo quizás Zidane en un momento en el Real Madrid. Son jugadores que tienen talento y no les cuesta tanto, por lo general los quevienen más del sacrificio a veces entienden otras cosas, pero Marcelo bajó a ese pragmatismo necesario que debe tener un entrenador para conjugar lo que es talento y pragmatismo. Y eso se lo transfirió”.
Mauricio Macri: “Cuándo empieza su carrera política, en un momento somos un montón de entrenadores y jugadores, cuando había perdido su carrera por ser el alcalde de la ciudad. Nos reunimos en un restaurante y estuvimos charlando y él explicaba qué era lo que quería hacer en la ciudad, muchas cosas que é estaba haciendo en Boca Juniors. Estuve de esa manera cercana en algún punto. El otro día, después de mí conferencia de prensa de Boca, me llamó, me habló de sus sentimientos y de su compromiso, me habló muy bien del presidente de Boca y me dijo los lineamientos generales del mundo Boca que uno de pronto se podía llegar a encontrar. Y le dije: Sobre el lado negro del fútbol, la violencia, la corrupción, las barras, la política: “Lo sufro y me genera un sentimiento de bronca, que es producto de la impotencia. Sebreli en su libro ‘De fútbol somos’ dice que el fútbol es espejo de la sociedad: la culpa no la tiene el espejo. Yo creo que en el fútbol se exterioriza un montón de cosas que a nosotros como sociedad también nos pasan. Cómo le digo siempre los jugadores: si nosotros queremos resolver un problema lo primero que tenemos que hacer es asumir que tenemos un problema- Y a mí me da la sensación de que la sociedad argentina o la sociedad futbolística argentina no quiere resolver este problema. Lo patea para adelante, es como que le ponemos parches y cada día vamos tirando el problema para adelante. Es como que nadie asume la responsabilidad. Deben ser políticas de Estado. ¿Cuántos gobiernos necesitaban que el fútbol no se pare por el pan y circo permanente que había que dar a la sociedad? Necesitan del fútbol. Ahora, ¿por qué no podemos tener un fútbol que sea bien vivido, por qué no podemos dar un espectáculo que lo vivimos los que tenemos la posibilidad de viajar y saber qué otras realidades posibles? ¿Por qué normalizamos cosas que son anormales? Hay veces que las luchas son muy difíciles. Yo tengo que luchar, pero cómo hago yo contra semejante estructura que vive del fútbol, que se nutre del fútbol, si no tengo la apoyatura política, si no tengo la apoyatura judicial. Cuántas veces vemos barras vinculados al poder político, cómplices del poder político. Si realmente cuando hay un problema miramos para allá, miramos para otro lado… Mientras no sea mi patio, que pase lo que pase. Entonces yo digo que es una demostración cabal y evidente del fracaso político del fútbol argentino en enfrentar la solución de este problema, que es una vergüenza que la final de la Copa se juega en Madrid, nos dejamos robar un icono popular. Yo creo que quedó muy dañada la relación entre Boca y River y quedó muy dañada la sociedad. Hay que concientizar que somos adversarios, no enemigos" La grieta del fútbol, Menotti, Bilardo, Bianchi y el rol del técnico: “Los argentinos somos así. Radicales o peronistas, bilardistas o menotistas: vivimos en esa antinomia permanente. Yo digo Menotti y Bilardo. Nosotros somos de una generación que por suerte tuvimos a Menotti y Bilardo para mamar lo que ellos dejaron, para nutrirnos, y el desafío es mejorarlo, tomar las banderas de su lucha como yo le decía al Flaco el otro día. Nuestra lucha no es por ganar un partido: nuestra lucha es por dignificar nuestra profesión. Esa es la verdadera lucha que tiene que tener un entrenador. Obviamente que todos trabajamos para ganar, ¿quién no quiere ganar? Porque hasta de pronto si no ganas el mensaje no tiene peso. Cuando me dicen que soy defensivo, respondo como dijo Einstein: es más fácil desactivar un átomo que un preconcepto.”