Alessandro Comisso: futuro ingeniero, le gusta “crear y construir”

Ama la mitología griega y la ciencia ficción. Aunque le gustan más las matemáticas que las letras, su composición “Desperté y no era yo” resultó elegida entre 76 textos. El orgullo de sus padres por el reconocimiento al más chico de la familia.

Alessandro Comisso: futuro ingeniero, le gusta “crear y construir”

La alegría desborda en la casa de los Comisso: desde que se enteraron de que el hijo menor ganó la Beca “Dr Adolfo Calle” (entre 76 postulantes) su emoción ha ido en aumento y se nota hasta en el tono de voz. Tras algunas fotos, pasamos al living para entrevistar al flamante ganador. Sus braquets nuevos le ocasionan algo de molestia, por lo que su madre a veces hará de traductora y completará las frases de Alessandro (13).

De perfil sencillo aunque de gran humor y seguro en sus respuestas, el joven cuenta que además de ir a la escuela hace karate desde hace 6 años y algunos trofeos en la sala son pruebas de ello. Las clases de inglés (también desde hace 6 años) más la lectura en casa, completan sus días.

Sus padres, Ana Beatriz y Ricardo Nilo, se muestran llenos de orgullo por el muchacho y cada vez que pueden sacan a relucir algún otro logro. Así, el papá nos acerca un certificado por haber resultado Campeón Regional de Matemáticas en 2012 (uno de los varios encuentros que ganó) y la mamá muestra una libreta repleta de notas ‘10’ en el colegio ISEP de Godoy Cruz.

Entre los primeros logros de Alessandro, ellos destacan cuando aprendió a leer y escribir solo. “Entró a la salita de 4 sabiendo leer de corrido. A los 4 ya leía el diario”, cuenta Ricardo tan sorprendido hoy como en aquella época. Su hermana mayor, Ariadna, agrega a la historia que el chico lo hizo todo con un diccionario y que le preguntaba a ella por algunas palabras que luego unía por sí mismo.

Compartiendo la mesa, las historias sobre el menor de la familia continúan con humor. Así, Alessandro destaca que su segundo nombre es Nilo, igual que su padre y sus antepasados varones. “Y mi hijo también se llamará Nilo... Ni-lo ubico”, afirma entre risas.

De regreso a las letras, este chico de 13 años ha leído las sagas de “Harry Potter”, “Los Juegos del Hambre” y Percy Jackson. Su mayor gusto es por la mitología griega, a la que conoció con Jackson (libros y películas) y luego profundizó con libros como “La Odisea”. La ciencia ficción es su otra pasión literaria, con Julio Verne a la cabeza.

Sin embargo, este muchacho se define como un amante más de los números que de las letras y ya tiene definida una vocación a seguir: ingeniería. “Me gusta crear, construir”, cuenta mientras muestra una moto creada con ladrillos rasti. Sus padres aportan que desde chiquito le interesó la ingeniería y que sería una buena herramienta para canalizar sus creaciones. Mientras, Alessandro sueña con poder generar un combustible limpio en el futuro.

Para escribir, se inspiró en un documental

Fueron 76 los egresados de 7° grados que se presentaron el sábado 14 para la Beca Dr. Adolfo Calle. Eran los primeros promedios en sus colegios y concursaron por acceder a una ayuda económica.

Dentro de un aula debieron escribir en una hora una composición sobre el tema “Desperté y no era yo”. Durante la semana, un jurado evaluó los trabajos para concluir en que el texto de Alessandro Comisso (ver aparte) es el merecido ganador.

Según contó el chico, la inspiración le llegó por un documental que había visto, en el que aprendió que los órganos trasplantados guardan algunos hábitos de su antiguo dueño. Sumado a su gusto por la ciencia ficción, no tuvo que pensarlo mucho para decidir plasmarlo en el papel.

“Una vez que escribí el texto, lo entregué y me olvidé de todo. Después me avisaron y cuando caí... fue muy bueno el momento, fui muy feliz”, explica Alessandro. Para su familia lo más importante era que pudiera participar; eso de por sí ya era un premio.

Entre sus planes a corto plazo no tiene en mente escribir otras cosas sino dedicarse a su nueva escuela. Ocurre que la semana pasada empezó la secundaria en el Magisterio. Con esa experiencia nueva y con la beca, se puede coincidir en algo con su cuento: Alessandro despertó y ya no era el mismo.

El texto ganador de Alessandro

Como todos los días, me despertaba a las 7, desayunaba un café y salía a trabajar. En el auto, sintonizaba una emisora donde pasaran música rock, trabajaba y volvía a mi casa a las 12. Mis pasatiempos favoritos eran escuchar el sonido de las acequias, en época de Vendimia veía a quién coronaban como Reina y me acostaba a dormir a las 21.30, para otro día normal.

Todo cambió cuando, un día, sin previo aviso, me empezó a doler fatalmente el corazón en el trabajo. Desperté en el hospital con unas cicatrices en el pecho. Todavía vivo, milagrosamente y, cuando me podía levantar sin ayuda, recibí la noticia de que me habían trasplantado el corazón de alguien más. Le di la mínima importancia (la otra persona había muerto) y me fui a mi casa a descansar.

Sintonicé una emisora de música clásica y…  “Esperen, yo no escucho música clásica, escucho rock”, pensé. Imaginé que sería por el estrés, necesitaba relajarme. Llegué a mi casa y prendí la TV pero… “Yo escucho el sonido de las acequias y no es época de Vendimia. Esto es muy raro”, pensé, nuevamente, y ya me estaba asustando. De repente me dio sueño, ya era hora de dormir, así que…  “Un segundo, son las 20, muy temprano”. Me asusté, realmente, así que llamé al doctor y le conté todo.

-No hay problema. Es normal -me dijo-. Resulta que los órganos tienen las memorias de los hábitos de su dueño anterior, sobre todo, el corazón.

-¿Y qué me sugiere hacer?- le pregunté.

-Sólo relájese - me contestó-. En un tiempo, el corazón se acostumbra a sus nuevos hábitos, o usted va a acostumbrarse a los hábitos que pertenecen a su corazón.

Así que, aquí estoy, con un corazón nuevo, esperando que se me acostumbre a mis hábitos, o que yo me acostumbre a los de él. Lo cierto es que se puede decir una cosa: me desperté, y no era yo.

60 años premiando la excelencia

Los miembros del Jurado de la Beca “Dr. Adolfo Calle” 2015 tuvieron la difícil tarea de evaluar cada producción, desde un compromiso activo para seleccionar y, finalmente, elegir el relato ganador y la mención especial. Diario Los Andes agradece a cada uno de ellos por sumarse, una vez más, en esta beca que, desde 1955 (hace 60 años) premia la excelencia educativa.

Terminada la selección del trabajo ganador, los jurados ofrecieron su mirada: “El Jurado destaca que las producciones escritas han demostrado un vocabulario rico y amplio y complejidad en las frases empleadas en la creación de historias originales que denotan lecturas de textos literarios. La lectura de los textos puso de manifiesto un alto potencial de creatividad que debe seguir fomentándose”.

Los integrantes fueron: Viviana Puig (Facultad de Filosofía y Letras, UNCuyo), Susana Rodríguez (Colegio Agustín Álvarez), Elba Muler de Fidel (Academia de Ciencias Sociales), María Teresa Caglioni (Sociedad Argentina de Escritores, SADE), Norma Arenas (Facultad de Educación Elemental y Especial, UNCuyo), Susana Salvo (Dirección General de Escuelas), Silvina Juri (Edelij, Espacio de Literatura Infantil y Juvenil), Alejandro Cobo (Programa Medios en la Educación) y Raúl Flamarique (Presidente del Directorio de Los Andes).

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