Incorporar valores, comprender de qué se trata el trabajo en equipo y la disciplina, desempeñar un rol y asumir una responsabilidad, desarrollar la imaginación y abrir paso a la adolescencia de una manera saludable.
Los beneficios que conlleva realizar actividad física durante los años de la infancia son múltiples y variados. Sin embargo, los especialistas advierten que falta estimulación desde la escuela y el hogar para lograr que los pequeños adquieran hábitos que ayuden a evitar que sean futuros adultos sedentarios y con potenciales problemas de salud.
La tendencia quedó revelada en el marco de la investigación que está llevando adelante un equipo de médicos de familia del Hospital Universitario, denominada "Causas y prevalencia del sobrepeso y obesidad en niños de Mendoza".
A través de este trabajo, que comenzó en octubre de 2011 y se extenderá hasta el mismo mes de 2013, los expertos en medicina preventiva alertaron sobre la incidencia de la obesidad y el sobrepeso en niños y niñas mendocinos (4 de cada 10 presentaron este cuadro).
Pero entre las conclusiones preliminares, los médicos revelaron que más de la mitad no realiza ninguna actividad física fuera de la escuela. La metodología utilizada implicó la realización de una encuesta entre 2.400 niños de 5 a 12 años en escuelas primarias del Gran Mendoza.
"Cuando les preguntamos si hacen alguna otra actividad como gimnasia o deportes, la gran mayoría contestó que no", comentó Marcela Sgroi, directora de la investigación, quien ya había advertido sobre la compleja problemática que se presentará a futuro en relación con la calidad de vida de los niños y niñas si no existe un cambio de hábitos en el interior de los hogares mendocinos. De hecho, este trabajo revela que 90% de los casos de exceso de peso y obesidad en la infancia coincide con hábitos de vida sedentarios.
El rol de la escuela
Saltar cajones, practicar ejercicios de destreza, correr o aprender algún deporte -según el año que curse el niño- son algunas de las actividades que forman parte de la currícula en los colegios mendocinos en materia de educación.
Sin embargo, desde el punto de vista de los especialistas dedicados a la salud infantil, es fundamental reforzar la actividad física durante las horas de clase, al menos con dos o tres estímulos semanales.
También recomiendan sumar propuestas lúdicas y recreativas de manera que los alumnos aprovechen los momentos libres como un espacio para dejar de lado el sedentarismo y ponerse en movimiento.
"A veces la escuela es un espacio poco aprovechado, el niño siempre debe ser incentivado por los adultos, tanto en la escuela como en la casa, ya que a través de la recreación se logra un aprendizaje muy completo", aseguró la pediatra Delia Escobar, quien preside la Red Provincial de Obesidad (área infantil).
Desde la DGE aseguran ser conscientes de la importancia que guarda incentivar la educación física desde edades tempranas. Verónica Palmieri, de la Dirección de Educación Física, detalló que los niños de 1° a 5° grado reciben una o dos clases semanales según la escuela.
En tanto, explicó la funcionaria, en 6° y 7° se imparten dos clases de gimnasia en forma obligatoria. Un avance que Palmieri destacó tiene que ver con la puesta en marcha del Programa de Educación Deportiva Escolar, que incluye dictar clases de educación física en contra turno entre los estudiantes de 4° a 7° de 585 escuelas.
Para este año, la DGE ha previsto incluir a los niños de nivel inicial. "El objetivo es permitir que todos los chicos tengan la posibilidad de acceder", dijo Palmieri y aclaró que en la provincia no faltan cargos de docentes para desempeñar esta tarea.
Saldo favorable
Desde el punto de vista de Emilio Soares Da Costa, profesor de educación física, lo más importante es asegurar que el niño logre integrarse y buscar un espacio diferente, donde se le incentive la actividad física pero también el juego.
"Incluso muchas veces ésta es una manera de que el alumno se olvide un rato de los problemas que puede estar viviendo él o su familia y desarrolle sus habilidades lúdicas", opinó el docente y recordó que "el deporte es una gran ayuda para liberar las tensiones".
Si a esto se suma una alimentación equilibrada y adecuada, los beneficios en materia de salud y prevención serán notorios. De hecho, estos niños serán adultos más saludables ya que, de este modo, disminuirán el riesgo de padecer hipertensión, diabetes o altos niveles de colesterol y triglicéridos, entre otros cuadros.
Por otro lado, una notable agilidad en la psicomotricidad del niño vendrá acompañada de una puesta en marcha de mecanismos de socialización e incorporación de valores, reglas y límites, fundamentales durante los primeros años de vida.
