Alertan que los ríos tendrán bajos caudales por octavo año consecutivo.

De los 6 cursos de agua mendocinos, dos tendrán menos de la mitad de su media histórica.

Alertan que los ríos tendrán bajos caudales por octavo año consecutivo.
Alertan que los ríos tendrán bajos caudales por octavo año consecutivo.

Como ya se había anticipado, en lo que queda de 2017 y hasta setiembre de 2018, los principales ríos tendrán un caudal por debajo de la media histórica.

En dos de ellos, se calcula que el escurrimiento apenas superará el 50% de ese valor de referencia, por lo que será un año seco, mientras en los otros cuatro no alcanzará el 80% y será un período considerado pobre.

Se trata del octavo año consecutivo de escasez hídrica y por eso ayer, cuando funcionarios de Irrigación presentaron el pronóstico de escurrimiento 2017-2018 para la prensa -hoy lo harán para el público en general-, también anunciaron las medidas que se adoptarán para hacer frente a este déficit.

Una de ellas consiste en complementar el agua superficial con la que procede de perforaciones existentes.

Los dos ríos que menor caudal tendrán este año, de acuerdo al cálculo de disponibilidad de agua en función de las nevadas durante el invierno, son el Malargüe, con un pronóstico de apenas 53% de la media histórica, y el Tunuyán, con 58%.

En tanto, se espera un 67% de la media para el Grande, 71% para el Mendoza, 72% para el Diamante y 77% para el Atuel.

En comparación, el pronóstico de escurrimiento de 2016-2017 presentó un 91% para el río Mendoza, un 89% para el Tunuyán y el Diamante, 88% para el Atuel, 66% para el Grande y 45% para el Malargüe.

Es decir que para los primeros cuatro fue un año medianamente pobre, para el quinto, pobre, y para el último, seco.

De ahí que las autoridades del Departamento General de Irrigación advirtieran que si bien son ocho años de emergencia hídrica, los ríos se han ido comportando de modo diferente en cada temporada.

Ocupación de los pozos

El superintendente de Irrigación, Sergio Marinelli, emitió ayer una resolución en la que enumera las medidas a adoptar -unas ya se están implementando- para mitigar la escasez del recurso hídrico.

Algunas tienen que ver con infraestructura, pero la mayoría, señaló, con cambios culturales tanto en los agricultores como en las inspecciones de cauce y en la misma estructura del Departamento.

Tal vez la más novedosa de estas medidas sea la ocupación temporaria de las perforaciones, algo que está previsto en la legislación pero no se había aplicado hasta el momento.

Se trata de una invitación a los concesionarios de pozos que, por su ubicación puedan servir a otras propiedades cercanas, a ponerlos a disposición de Irrigación para reforzar los caudales superficiales.

Las condiciones de uso y el pago de los gastos de funcionamiento de la perforación serán convenidas entre los particulares, el permisionario y los dueños de las propiedades linderas, y presentados ante la subdelegación que corresponda para homologarlos.

Sin embargo, la Superintendencia también podrá disponer que esa perforación sea ocupada en forma temporaria por un lapso a determinar o mientras persista la emergencia hídrica.

En ambos casos -sea voluntario o dispuesto- los concesionarios podrán solicitar la eximición del canon que abonan por el uso de aguas subterráneas o la indemnización prevista por la ley 1447/75.

Ajustar la demanda

El secretario de Gestión Hídrica, Fernando Gomensoro, explicó que se ha elaborado un estudio de la demanda de cada zona, cada cultivo y cada mes del año, para intentar cubrir el mayor porcentaje de esa demanda y gestionar de modo más preciso el recurso.

Para ello, se irá ajustando el pronóstico de acuerdo al volumen efectivo que lleven los ríos a lo largo del año.

También se revisarán los criterios de asignación del agua, para entregar la que efectivamente se necesite de acuerdo a la superficie cultivada y no se asignará a las que estén incultas, aunque tengan sus pagos al día.

Y se estipula la duplicación del monto de las multas para quienes realicen un uso no autorizado o de alguna manera entorpezcan el normal escurrimiento.

En conjunto con la Facultad de Ciencias Agrarias se realizará una experiencia piloto de 150 casos en los que, sin inversiones significativas, se mejorará la eficiencia del riego intra finca (se estima que se puede lograr un ahorro del 15% del recurso).

Por otra parte, se seguirá trabajando con la metodología del riego acordado, en la que los regantes solicitan la cantidad de agua que necesitan para sus cultivos y se diseña el cuadro de turnos en base a ese pedido.

Presentación abierta al público

Hoy, a partir de las 9, en la sede central del Departamento General de Irrigación (Barcala y España, de Ciudad), se presentará el Pronóstico de Escurrimiento 2017-2018. La actividad es abierta a todo público.

A las 9. Abrirá el encuentro el superintendente, Sergio Marinelli.

A las 9.10. Lucio Mercado disertará sobre el pronóstico de escurrimiento de San Juan y Hugo Cinca, de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación, abordará una proyección a partir de las políticas hídricas nacionales.

A las 9.50. Rubén Villodas, director de Gestión Hídrica del DGI, explicará el pronóstico de escurrimiento para Mendoza.

De 10.40 a 11.10. Habrá una pausa para el café.

A las 11.10. Fernando Gomensoro expondrá sobre el cálculo de demandas, propuestas de erogaciones y las medidas para minimizar el impacto de la emergencia hídrica.

Y Héctor Garde analizará las propuestas de erogaciones del río Mendoza.

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