Alerta de OMS por el uso de glifosato

Se trata del herbicida que se utiliza en el campo para eliminar las malezas. Una agencia de la Organización Mundial de la Salud determinó, luego de distintos estudios científicos, que la sustancia es “probablemente cancerígena para los humanos”. Opiniones

Alerta de OMS por el uso de glifosato
Alerta de OMS por el uso de glifosato

Por tratarse de un producto altamente efectivo para eliminar toda clase de malezas de las tierras que son utilizadas para cultivar, el glifosato (sustancia activa de la marca comercial Roundup) es utilizado en grandes cantidades a escala mundial, desde hace años. Sin embargo, a partir de ahora, los diferentes Estados deberán limitar su uso y tomar más recaudos para las personas que manipulan este herbicida sistémico total.

La advertencia fue planteada por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), organismo con sede en Francia dependiente de la Organización Mundial de la Salud, que luego de diferentes estudios científicos declaró a este componente como “probablemente cancerígeno para los humanos”.

Las evaluaciones finales de los  estudios realizados por la IARC fueron publicadas en la revista The Lancet Oncology. Allí se detallan los hallazgos recientes sobre el glifosato. Además de este herbicida, también aparecen como riesgosos para la salud humana los insecticidas tetraclorvinfos, Parathion, Malathion y Diazinón, utilizados en agricultura.

En paralelo, una investigación aún más reciente efectuada por la Universidad de Córdoba (en la localidad de Monte Maíz) y que será presentada mañana en esa provincia, indicó que en la población que había sido expuesta a este producto los casos de cáncer y otras alteraciones de la salud se quintuplicaron en relación con la media estadística.

El glifosato es utilizado de manera masiva sobre todo en zonas donde se explotan los cultivos denominados extensivos, tales como la soja, la maíz y el trigo. En esos casos (que no es el de Mendoza) la fumigación para quitar las malezas que “roban” agua y fuerza a las plantaciones, se realiza desde aviones.

En particular, la soja que es cultivada en numerosos países, incluida Argentina, ha sido modificada genéticamente de manera que resista la acción del herbicida, que (de acuerdo a los conocimientos científicos existentes hasta ahora) se inactiva una vez en contacto con la tierra.

A nivel nacional, este agroquímico cuenta con la autorización del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Fue autorizado en 1977 y revalidado en 1999. En Mendoza, su aplicación es habitual.

La diferencia es que por ser una provincia de producción principalmente vitícola y frutihortícola, aquí el glifosato no entra en contacto con los cultivos porque el herbicida se coloca en la tierra. Desde el punto de vista de Guillermo Azin, ingeniero agrónomo del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria, la utilización de glifosato es “localizada y dirigida”.

José Rodríguez, ingeniero agrónomo y profesor de Viticultura de la Facultad de Ciencias Agrarias, coincidió y detalló que en los viñedos el herbicida se usa en dosis muy bajas y su aplicación es restringida. El experto añadió que al ser plantaciones elevadas, los frutales no presentan mayores riesgos de contaminación, aunque hasta ahora su utilización ha sido indiscriminada y casi sin controles en todo el mundo.

Para Rodríguez, el descubrimiento de la IARC forma parte de un proceso por el cual han atravesado antes otras sustancias, a medida que se determina su peligrosidad. Por eso, aclara, a partir de ahora será necesario aguardar las disposiciones internacionales y nacionales, para saber a ciencia cierta cómo se irá clasificando el manejo del producto.

Asimismo, las precauciones deberán ser destinadas sobre todo hacia las personas que están potencialmente expuestas a su uso y/o lo manipulan.

Los especialistas prevén un incremento de las medidas de seguridad, aunque de acuerdo a las reglamentaciones vigentes en materia de prevención, quien manipula el producto debe utilizar protectores faciales, guantes, botas, camisas de mangas largas y pantalones largos.

La ingeniera química, Emilia Raimondo, explicó en ese sentido, que de hecho, la Ley de Agroquímicos vigente establece que los trabajadores deben, además de tomar estas precauciones, respetar el período de reintegro al campo luego de haber realizado la aplicación del agroquímico. “Si se respetaran las normas no habría inconvenientes”, aseguró.

En la comunidad de expertos locales, la noticia sobre los riesgos que genera en la salud la exposición al glifosato ha significado una ruptura respecto de los conocimientos que se tenían. “Se sabía que la sustancia se inactiva y no deja residuos en la tierra. ¿Pero si no es así?”, planteó  Francisco Antivilo, ingeniero agrónomo y asesor vitícola.

Mayor riesgo en localidades fumigadas

Los estudios de la Universidad de Córdoba sobre la situación de la comunidad de Monte Maíz establecen un precedente en materia de investigación sobre el uso del glifosato, ya que la incidencia de cáncer superó cinco veces a la media establecida por la OMS. El relevamiento en esa localidad se efectuó en octubre de 2014.

Un equipo universitario realizó durante cinco días un campamento sanitario en el que observó la historia clínica de 594 personas, sobre una población de 8 mil habitantes. Además de los casos de cáncer, se detectó 25% más de problemas respiratorios y 5 veces más de abortos espontáneos.

Las conclusiones fueron expuestas por el pediatra Medardo Ávila Vázquez, de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, quien además indicó que la población registra el doble de casos de diabetes e hipotiroidismo en relación con las estadísticas.

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