El espionaje alemán supo en 1966 que en Colonia Dignidad se practicaban "métodos propios de campos de concentración", pero el gobierno "ignoró" hasta 1987 lo que ocurría en ese lugar fundado en Chile por el ex nazi Paul Schäfer.
En una respuesta del gobierno federal a preguntas de un grupo de diputados de la opositora La Izquierda, se constata que en tres actas de los servicios secretos de Exteriores -BND- relativas a 1966 se aludía ya a los mencionados "métodos" y se mencionaba como fuente a "la prensa chilena".
En otro apartado de las respuestas, contenidas en unos 20 folios, se admite que durante años no se actuó pese a las denuncias existentes.
"A pesar de que ya en 1967, un residente de la entonces recién fundada colonia logró huir e informar al embajador alemán de que se cometían violaciones a los derechos humanos, el capítulo no fue apenas abordado", admite el texto.
Pese a sucesivos informes de la ONU y de Amnistía Internacional que documentaban la existencia de instalaciones para la tortura en la Colonia, el gobierno alemán observó en principio una conducta "protectora" hacia ese lugar y no "investigó" esas denuncias hasta 1987, de acuerdo con esa respuesta.
Las preguntas de los diputados izquierdistas en el Parlamento alemán fueron formuladas en junio, unos meses después de que el ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, anunciara en abril pasado la desclasificación de las actas de su departamento relacionadas con la colonia.
Desde entonces, y coincidiendo con el estreno de la película "Colonia Dignidad", del cineasta alemán Florian Gallenberger, se ha reactivado el análisis en torno a ese oscuro capítulo y en especial a su relación con el régimen de Augusto Pinochet.
Entre 1961 y 2005 Colonia Dignidad, a unos 300 kilómetros de Santiago, fue el centro de operaciones de una secta, fundada por Schäfer, que sometió a unas 300 personas con trabajos forzados, castigos y manipulación mental y cometió abusos sexuales a menores, además de colaborar con la dictadura pinochetista.
En su reciente viaje a Chile, a principios de julio, el presidente alemán, Joachim Gauck, expresó el "mea culpa" en nombre de su país por lo ocurrido en ese lugar, aunque descartó el pago de indemnizaciones a las víctimas.
En la visita del jefe del Estado se produjo, además, una situación delicada, ya que, según revelaron los medios con posterioridad, en la recepción oficial de la embajada acudieron como invitados no sólo víctimas de Colonia Dignidad sino también dos antiguos miembros o colaboradores de Schäfer.
Las preguntas de los diputados en relación a Colonia Dignidad se refieren tanto a cuestiones de las actas del BND como a las gestiones hechas por el gobierno para atender a las víctimas, posibles indemnizaciones -que Berlín rechaza- y la situación de la llamada Villa Baviera, como se denomina ahora a ese lugar.