Al frente de la empresa Di Marco desde los '90, Alejandro Rubio sostiene que ama lo que hace y que siempre está atento a las tendencias mundiales para poder ofrecer productos novedosos o presentaciones más atractivas para los clientes. Si bien el fuerte del negocio sigue siendo el reparto a domicilio de sifones de soda y bidones de agua a las familias, también son proveedores de máquinas de frío-calor a diversas empresas. Tienen proyectado lanzar una línea de agua mineral.
- La soda es un producto tradicional, ¿cuál es la clave para mantenerse vigentes?
- Estudiamos y estamos todo el día metidos en el negocio. Es una empresa familiar y nuestros empleados son colaboradores nuestros y trabajamos en el día a día, codo a codo. Ahora se incorporó mi hija, que es la cuarta generación y licenciada en Publicidad.
Y la idea es seguir avanzando y viendo las cosas modernas que aparecen y apostándole a este país. Seguimos apostando. Y nuestra gente trabaja a la par nuestra. Somos todos familia: nosotros, los dueños, y nuestros colaboradores. No hay empleados. Colaboramos todos con un solo objetivo: vender y mantenernos vigentes.
- Pero con la competencia de otras bebidas, ¿qué cree que hace que el sifón siga estando en la mesa familiar?
- Es un producto argentino, la soda en sifón es bien nuestro. Si bien el agua en bidones ha reemplazado un poco a la soda, creo que con toda esta tendencia retro, el sifón vuelve. Es más, tenemos muchos cafés y bares que ahora nos están pidiendo los sifones. Y como nosotros tenemos nuestra propia máquina sopladora para hacer los envases, no te extrañe que en cualquier momento saquemos uno nuevo, con un cambio de look.
- Que los enólogos hayan reivindicado el vino con soda, ¿impactó en las ventas?
- Seguro. La soda es buena para tomarla sola, pero también un buen complemento para mezclar con jugo o con vino. No hay nada mejor que tomar un buen vino con una buena soda. Y los dos productos deben ser de calidad.
- ¿Cómo se reparten los clientes entre particulares y empresas?
- La gran mayoría de nuestros clientes son familias, con la soda en sifones y los botellones de agua por 12 y por 20 litros. Pero atendemos también a empresas, con las máquinas frío-calor. Y somos proveedores del Estado. Pero nuestro fuerte son las familias.
- ¿Cómo tienen organizado el sistema de reparto?
- Tenemos un sistema bastante moderno de comercialización. Los vendedores llevan las rutas de nuestros clientes en su celular y se comunican en forma permanente con nosotros. También estamos desarrollando una app para que los clientes puedan hacer sus pedidos.
Nos gusta mucho la tecnología y le apostamos. También en la parte de producción. Tenemos una máquina que llena 500 bidones por hora. Y somos la única empresa en la provincia que certificó normas HACCP y BPM, de inocuidad alimentaria, de IRAM. Fue un trabajo de muchos años. Tenemos nuestro equipo de calidad, que trabaja en forma permanente, y un laboratorio propio. Eso nos da ese plus para poder entrar a ciertas empresas que nos exigen cumplir con normas de calidad.
- ¿Cómo ha impactado la situación económica en el consumo?
- Todo ha bajado, por supuesto. La gente no tiene plata para poder comprar y nuestros costos se han incrementado de forma notable y no lo podemos trasladar al precio de los productos. Ese es el problema que estamos teniendo. Lo que pasa es que la gran carga nuestra es el combustible y la reparación de rodados, y eso nos ha aumentado notablemente en este último tiempo.
Pero seguimos prestando un buen servicio, tratamos de mantener los precios lo más posible y buscamos cosas nuevas para reconquistar clientes y ganar nuevos nichos de mercado. Estamos en constante crecimiento.
- ¿Están pensando en un nuevo producto?
- Estamos con un proyecto muy grande, de agua mineral de una surgente en el Valle de Uco. Lo que pasa es que, con la situación del país, estamos expectantes. Como mi hijo vive en Madrid, viajamos seguido a Europa y ya hemos ido en dos ocasiones a la Drinktec, la feria más importante de tecnologías para bebidas que hay a nivel mundial y se hace en Munich cada 4 años.
Después viajamos, porque nos invitó un proveedor, a Italia. Y hemos visto el sistema de distribución de botellones allá y el agua que llevan. Nos encontramos en una situación económica coyuntural complicada. Pero pronto lo vamos a hacer.
Perfil
Alejandro Rubio.
Es licenciado en Administración de Empresas y se incorporó al negocio familiar en los '90 y desde 2002 está al frente de la planta, , ubicada en Godoy Cruz. Desde un primer momento decidió dar un giro al emprendimiento y reemplazó los sifones de vidrio por los pet. En el 2000 se suma su esposa, Diana Córdoba, quien es abogada y puso en marcha el sistema de provisión de máquinas de frío-calor con bidones de agua para las empresas. En tanto Amparo, la hija de ambos y licenciada en Publicidad está abocada al desarrollo de una app para clientes.