Así lo admitió el prestigioso actor refiriéndose a la noche del pasado miércoles, cuando subió al escenario a recibir el Premio Tato al mejor actor protagónico por "Historia de un clan" y no sólo trastabilló sino que debió ser ayudado por el Chino Darín y Joaquín Furriel, los otros dos actores con los que competía en la terna.
Sin embargo, en todo el trayecto que lo condujo hasta el escenario jamás paró de reírse, y al recibir la estatuilla dijo con euforia: "Lo mejor que me pasó este año fue trabajar junto al Chino".
Y después se refirió a Furriel, recién recuperado de un ACV que lo había tenido a maltraer: "Lo veo lindo y bello como siempre -dijo Awada casi al borde las lágrimas-. Deseo profundamente que siga así. Es el mejor o uno de los mejores entre todos nosotros".
Después elogió a Sebastián Ortega, a Pablo Culell, y cerró con un "Cecilia Roth te amo!!".
Lo cierto es que, en una entrevista radial con el programa porteño "Agarrate Catalina", el actor reconoció que su andar errático y su discurso poco fluido de esa noche se debió a que "había bebido un poquito de más", por lo que debió subir escoltado.
"La ceremonia la viví con mucha alegría, la pasé muy bien y fue una noche preciosa... Pero después, cuando me vi al otro día y vi todos los tweets que llegaban diciendo que mi estado no era el apropiado, me dio mucha vergüenza", afirmó el actor.
"Sí, lo reconozco -siguió- había bebido de más y estaba pasadito".
"Me hubiese gustado estar a la altura de las circunstancias, pero no me puedo hacer el tonto: me equivoqué y me hago cargo del error", admitió, aunque también hay que reconocer que sus colegas durante la ceremonia se divirtieron mucho con él y lo ovacionaron después de sus palabras en escena.
