Ante la pregunta, con su mano izquierda, el hombre saca la billetera que guarda en el bolsillo interior de su saco oscuro.
Sonríe. "Uso Naranja desde hace 27 años como cualquier cliente. Aunque no creas, trato de vivir la experiencia digital, telefónica o en la sucursal como cualquiera, y es excelente... Esa es mi experiencia como usuario, y quiero vivirla desde ahí -no desde el rol que me toca en la empresa-, porque uno puede ver en lo real la oportunidad de mejora y construir una propuesta de valor superadora".
Alejandro Asrin es el presidente de Tarjeta Naranja, empresa que desde el 1° de noviembre operará en nuestra provincia en reemplazo de Tarjeta Nevada. El empresario, de 48 años, es el anfitrión del evento en el Hyatt.
La compañía nacida en Córdoba, como último objetivo, integró Mendoza y San Juan para tejer una red de sucursales en todas las provincias argentinas. Ha emitido 7,8 millones de tarjetas y cuenta con una red de 250 mil negocios adheridos. Su plantel lo forman 3.500 colaboradores.
-Habla de la experiencia como usuario; puertas adentro, ¿cuáles son sus valores de la empresa?
-La cultura del trabajo, la honestidad, de escuchar y poder ponerse en el lugar del otro, esos son los valores con los que se fundó la empresa. Para nosotros es importante la mejora continua, la política de puertas abiertas y la pirámide invertida. Creemos que el colaborador está primero, porque el momento de la verdad lo vive nuestro colaborador frente al cliente o al comercio amigo; él es quien tiene que hacerles vivir una experiencia magistral.
-¿Cómo es el proceso de integración con Nevada?
-Fue un proceso que se desarrollo luego de un profundo estudio de mercado. Eran empresas que formaban parte del mismo holding. Desde hace un par de años redefinimos nuestra estrategia y decidimos focalizar todas nuestras operaciones en Naranja. Así se inició la integración,
-¿Cuáles son la novedades que ofrecerá la empresa en nuestro mercado?
-Estamos evolucionando como compañía para llegar al cliente con una propuesta digital más completa, pero no como reemplazo a la atención personal en un local, sino en algo que le agregue valor a la experiencia de nuestro cliente y se complemente a la asistencia que se brinda en una sucursal.
-¿Cómo la tarjeta seducirá al cliente de Mendoza?
-El cliente tendrá una gama de productos más potentes de los que tenía. Sobre todo porque tendrá acceso a una empresa que le brindará un ecosistema de negocios con mayores beneficios. Queremos ser la tarjeta de todos los mendocinos. Es un largo camino por recorrer, pero queremos llegar a nuestros clientes con una propuesta que guarde una impronta de su lugar.
-¿Cómo viven ese proceso de posicionamiento?
-Lo vivimos con mucho entusiasmo. Es un gran desafío porque estamos integrando culturas, integrando personas. Es un lugar en donde nuestra marca no estaba instalada.
Tal vez los colaboradores de Nevada lo vivan con un poco más de incertidumbre, pero estamos dando juntos los primeros pasos en la misma dirección.
-¿En qué radican esas diferencias culturales, qué es lo que debe aprenderse?
-Naranja es una organización que busca hacer las cosas de forma diferente, explotar el valor de una experiencia agradable; que pondera a la persona y la coloca en el centro de todo. Recibirlo con un caramelo, escucharlo, darle un abrazo, humaniza el rol de la empresa y hace que el cliente quiera volver.
De los números al futuro
-Las tarjetas aumentaron el valor del pago mínimo, porque creció la mora, ¿cómo trabajan ustedes?
-Nosotros como sistema no tenemos monto mínimo en las facturas, porque priorizamos un modelo de pago por cuotas fijas. El cliente, de acuerdo a sus ingresos, determina de qué forma pagará el crédito.
-Y frente al escenario económico, ¿qué esperan?
-Ya viví muchas veces esta situación de incertidumbre, de altibajos. Cuando la crisis apura hay que restringir la propuesta y ajustar la cartera. No soy ni optimista ni pesimista, pero tengo la esperanza de que el próximo año esto se va a revertir y nos vamos ubicar en la senda del crecimiento.
-¿Una receta?
-Captar clientes, atenderlos y también entenderlos. El crédito es un commodity y las tasas están reguladas por ley, por lo que el diferencial es la atención.
-¿En el trabajo cultural?
-Son valores, es cultura. Naranja también es uno de los colores de la alegría. Todos los años participamos de un ranking internacional y hemos hecho podio en todas las ediciones.
El 88% de nuestros colaboradores piensa que el clima de empresa es excelente para trabajar. En las mediciones participan, entre otras empresas, Google y Mercado Libre. Como directivo me preocupo por estos temas, porque desde ahí se construye el valor.
-¿Cómo ves la empresa en el futuro? ¿Qué le contarías a tu padre?
-A mi padre le contaría que veo una empresa próspera, en crecimiento, con más de cinco millones de clientes que siguen confiando en nosotros; pero sobre todo de gente feliz.
La marca que nació en una casa de deportes
"Mi padre se llamaba Gerardo Asrin, él fue uno de los dos socios fundadores de Salto 96 SA, un negocio que armaron junto a David Ruda (dos profesores de educación física) para poder vender equipos de gimnasia y otros artículos deportivos. Empezaron vendiendo 12 pares de zapatillas y llegaron a tener siete sucursales en Córdoba".
"Al principio ellos daban créditos a sola firma, porque creían en la gente. Después encontraron en el crédito una forma de crecer y decidieron crear una tarjeta. Inicialmente se llamó tarjeta de crédito y compra de Salto 96 SA, era un carnet que tenía el mismo color de las bolsas que se usaban entonces para entregar la mercadería que vendían en la casa de deportes. Y cuando la tarjeta salió al mercado, la gente le puso el nombre a nuestra marca".
"Del cartón con el nombre y apellido del cliente, encontraron luego en el Banco Galicia al socio para extender Tarjeta Naranja en todo el país. Hoy tiene 10 millones de tarjetas emitidas".
Perfil
Alejandro Asrin. Fue designado para asumir la Presidencia de Tarjeta Naranja SA en abril de 2016. Anteriormente, el abogado de 48 años fue el director de Tarjetas Regionales SA.
Asrin, con formación en Dirección de Empresas, trabaja en la compañía -nacida en 1985- desde hace 28 años y pertenece a la segunda generación de una de las familias fundadoras de la tarjeta de crédito nacida en Córdoba.
En la empresa se desempeñó como director de las áreas de Cobranzas, Legales y también Relaciones Institucionales, además de acompañar a la Presidencia en la toma de decisiones estratégicas.
Actualmente, Tarjeta Naranja es una de las 20 empresas con mejor reputación corporativa de la Argentina, según la consultora Merco.
