Alejandro Abaurre llegó hace cinco partido a la dirección técnica de Gutiérrez y desde ese entonces no había podido ganar, hasta el partido del domingo.
Los malos resultados y el bajo nivel mostrado por el equipo hizo que el “Cachorro” decidiera no tener contacto con los medios después los partidos, hasta el domingo cuando Gutiérrez le ganó a Desamparados 3-0.
Allí el entrenador dejó en claro que cuando la mano viene mal, lo mejor que puede pasar el tranquilizarse y elegir las mejores palabras.
“Por momentos, lo mejor es el silencio porque se pueden decir ciertas cosas en caliente que después te podés arrepentir”, aseguró.
-Volvieron al triunfo y eso te debe tranquilizar a vos y a los jugadores...
-Sí, no fueron momentos fáciles. No había mucho para decir porque el equipo no estaba jugando bien y había que cuidar “la salud” del equipo.
Ya en el partido con Gimnasia hubo un cambio importante en el funcionamiento y en la actitud y eso se vio reflejado ante Desamparados.
-Llegaste, probaste el equipo y en los últimos dos partidos metiste mano y te la jugaste por jugadores del club
-Creímos que hacía falta hacer esos cambios y darle, a través de los chicos del club, ese amor propio que tienen los jugadores a la hora de defender su camiseta.
Sabíamos que era un riesgo, porque podían cometer algunos errores, pero tuvieron una gran actitud y eso ayudó a llegar al triunfo.
-Cuando te fuiste, dijiste que faltaban varias, ¿qué cambió para que decidieras volver?
-Lo primero era que queríamos un equipo competitivo, pero además nos tocó volver al club y encontramos un lugar para entrenar, un cuerpo médico y muchas mejoras.
A veces las cosas salen bien, a veces salen mal. Estamos, como técnicos, muy expuestos.
-Este triunfo y la levantada llega justo en la previa al clásico con Maipú...
-El triunfo fue motivante pensando en un partido tan especial. De todas maneras tenemos que pensar en sumar y encontrar regularidad en los resultados como para pensar en subir en la tabla.
-El clásico va a encontrar a un Gutiérrez distinto...
-Seguro porque los triunfos te van dando esa confianza que se necesita, sobre todo en un clásico que se juega con otros sentimientos.
Tenemos que ir creciendo fecha tras fecha y consolidando cosas desde lo anímico, futbolístico y físico. Estamos buscando consolidar el equipo.