Alegrías navideñas - Por José Luis Toso

Mientras el justicialismo le “obsequia” la aprobación del presupuesto, Cornejo se da el gusto de pagar el bono a todos los estatales.

Alegrías navideñas - Por José Luis Toso
Alegrías navideñas - Por José Luis Toso

Los pronósticos se cumplieron, por lo menos en la semana que finaliza, y el Presupuesto 2018 avanzó en Diputados y tendría sanción definitiva el martes, en el Senado.

A dicha aprobación legislativa hay que sumarle el avance del Gobierno en las negociaciones paritarias con los sectores estatales. El convenio con ATE, que incluye a trabajadores de Salud, IPV, Deportes y Desarrollo Social, sirve de alivio para el Ejecutivo y marca el terreno a recorrer en las futuras negociaciones. Antes, varios sectores habían aceptado el 15,7% en tres tramos que propuso el Poder Ejecutivo.

Completando el panorama semanal alentador para Cornejo, hay que señalar el anuncio del bono compensatorio de 7 mil pesos que cobrarán un día antes de Reyes todos los estatales y los docentes de colegios privados que reciben subsidio. Una jugada política del Gobernador, que contribuye a consolidar un clima de tranquilidad social en la provincia, al menos desde los sectores que están vinculados con la Administración Pública.

En vísperas de Navidad se puede decir que Cornejo recibió el buen regalo del justicialismo con el respaldo al Presupuesto y al endeudamiento reclamado para 2018, mientras que el mandatario, a su vez, “obsequió” a los empleados públicos un pago en compensación de una cláusula gatillo de reajuste salarial que no se disparó en su momento, que en esta época del año siempre sirve como incentivo.

Mendoza, además, es una de las pocas provincias que entregarán este compensatorio adicional, ya que las dificultades fiscales han llevado a la mayoría de ellas, y a la Nación también, a no hacer efectivo ese pago este fin de año. La mayoría de las provincias que sí pagarán, lo harán en dos o tres veces. Cornejo puede mostrarse otra vez como un administrador ordenado, capaz de revertir en un par de años una situación inocultablemente crítica, como la que recibió en 2015.

En el abordaje del Presupuesto funcionó la llamada “hoja de ruta” que el gobernador Cornejo ideó para que el acercamiento con los jefes departamentales del peronismo diera sus frutos sin mayores conflictos en el recinto legislativo. El PJ se dividió y mayoritariamente acompañó la iniciativa del Gobierno. Para ello fue fundamental la influencia de los 5 intendentes peronistas, que hicieron llegar a los diputados identificados con cada gestión territorial el pedido de acompañamiento para que Cornejo pudiera acceder a los recursos que en parte girará a las comunas para la obra pública.

Como queriendo atenuar alguna crítica interna por un resultado legislativo bastante previsible, entre los senadores del peronismo dejan trascender que los integrantes del bloque tendrán libertad para que el voto que se viene sea de acuerdo con el gusto de cada legislador. Nada de postura definida y estrategia partidaria. De todos modos, en el caso del Senado, la necesidad de votos que el oficialismo requiere de la oposición justicialista es menor que en la otra Cámara, por lo que la tensión no será similar aunque la expectativa por el resultado de la votación se mantendrá.

En el ambiente político provincial se sabe bien que subsiste un gran desorden en el justicialismo mendocino, algo que en estos momentos beneficia al Gobierno, porque si bien no hay un interlocutor claro, el cornejismo siempre se arregla para encontrar, en ese laberinto peronista, la respuesta a sus necesidades.

En la cercanía de los intendentes hay quienes consideran, en base a la experiencia de muchos años de militancia y función pública, que el justicialismo está viviendo “su peor momento histórico”.

Los “azules” se dividieron, están partidos, y mucho influye en esa incómoda realidad la tensión entre dos generaciones políticas en un mismo departamento (Fadel vs. Aveiro, en Tunuyán) o el quiebre entre dos dirigentes con proyección, también de un mismo distrito, que corrían a la par y ahora se encuentran enfrentados por los vaivenes internos: el intendente Giménez y el diputado Tanús, en San Martín. Maipú y San Rafael no ofrecerán este tipo de tirantez en tanto y en cuanto los hermanos Bermejo y los Félix mantengan una correcta relación y la estrategia para mantener el poder.

Esos mismos analistas del duro momento que vive el peronismo mendocino también consideran que los diputados y senadores no responden tan fácilmente a los intendentes. Sin embargo, el cornejismo supo cómo llegar a los “caciques”, quienes mantuvieron intacta la influencia para la bajada de línea entre los ocupantes de las bancas legislativas de modo que el Presupuesto no tuviera mayores obstáculos.

Finalmente, se insiste en el peronismo, algunos dicen que con datos en mano, en priorizar el territorio que se conduce políticamente antes que pensar con mucha antelación en alguna proyección provincial que incluya la eventual candidatura a gobernador en 2019.

Los intendentes reconocen que en las recientes elecciones les costó bastante mantener supremacía. Comentan que se teme al efecto de la frazada corta, por la cual quien quiera jugar en el terreno provincial, sí o sí podría llegar a descuidar lo que tienen en su departamento.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA