Alcohol y presiones se suman a la falta de controles viales

Algunos camioneros se animaron a revelar secretos que se esconden detrás del volante.

Alcohol y presiones se suman a la falta de controles viales

Ayer se confirmó que Genesio Mariano viajaba bajo “intoxicación alcohólica” al momento de impactar de frente con el ómnibus de la empresa Mercobús en el que viajaban 29 personas.

Quienes pueden acercarse mejor a la explicación concreta de lo sucedido son los colegas de Mariano, es decir, los camioneros con los que quizá alguna vez compartió ruta. En conversación con Los Andes, algunos más confidentes, otros más temerosos y otros más valientes, revelaron algunos secretos que se esconden detrás del volante.

Bebidas en la ruta

Carlos, quien actualmente es conductor de colectivos de larga distancia -pero que antes fue camionero- comentó que se hacen muy pocos controles de alcoholemia y que ésa es una de las principales causas de accidentes. “El camionero no está controlado. Cena con vino y vuelve a salir”, dice y explica que “un camión que alcanza los 100 kilómetros por hora con más de 25 mil kilos en su espalda es muy difícil de frenar”.

Pero el vino no es el único elegido. Entre las bebidas favoritas de los brasileños está la cachaça (se pronuncia cashaza) también conocida como pinga. “Es una bebida blanca que les sirve, además, para abrir el apetito. Si una persona pasa por el puerto seco de Godoy Cruz, es probable que los vea tomando esto”, contó José Morales, con 19 años de experiencia en el transporte de cargas y agregó que es frecuente ver escenas de violencia entre ellos, inducidos por el alcohol.

En tanto, Alfredo Díaz, camionero jubilado con más de 30 años de experiencia, contó una de sus tantas anécdotas al respecto. “Hace bastante, 3 brasileños que venían de Chile se enfiestaron en Uspallata. Se tomaron hasta el agua de los floreros. Después salieron y se encontraron con un túnel que ni vieron. Murieron los tres”, recuerda.

Horas de descanso

Todos los consultados coincidieron en que la presión que ejercen las empresas para que los choferes cumplan con los horarios establecidos para la entrega de mercadería, son muy grandes. “El camionero anda mucho por los horarios, y al andar solo se sobreexige”, cuenta Carlos. “Al menos, en el colectivo te vas turnando”, agrega.

El problema es el poco tiempo de descanso que tienen para reponer energías. Por ejemplo, se dijo que Mariano manejó 2.200 kilómetros en dos días. Allí intervienen otros agentes. “Yo nunca vi que se drogaran, al menos no con drogas fuertes. Pero se coquea, 90% lo hace, aunque eso no te deja inconsciente”, admite Carlos.

Alfredo Díaz, confirma lo dicho por sus colegas: “El tema es que uno es empleado y tiene que cumplir con lo que dice el patrón. Siempre depende de la empresa pero, en general, no se respeta el descanso. Por eso coqueás, para aguantar muchas más horas”.

José Morales comentó que algunos brasileños mezclan alcohol con pastillas de guaraná. “Es como un estupefaciente que te brinda sensación de seguridad. Eso les permite aguantar 18 horas manejando. Eso sí, cuando se bajan parecen zombies”, opina.

Morales también asegura haber visto consumo de cocaína: “Toman para aguantar más. Es algo que se le va de las manos al patrón y a la policía misma. Lo que pasa es que todos te exigen. Aunque no es mi caso, el patrón te dice que, si no, vas a perder el trabajo y el cliente no quiere perder la mercadería”.

“Yo coqueo siempre; es más acabo de tirar las hojas hace un rato”, relata Pablo, un chofer que espera a que su camión termine de ser cargado con gasoil en una ruta de acceso a la ciudad. “El coqueo te quita el cansancio porque venís aburrido y eso te despabila. Además, si estás mal del estómago también te sirve”, argumenta Pablo.

Otro punto, develado por Díaz, es que además de manejar, el chofer debe cuidar la carga que transporta tanto en marcha, como en sus períodos de descanso, por lo que este último no es total. “El camionero es chofer y sereno. Tenés que estar atento, cuando te acostás a descansar, de que no te roben el auxilio o la carga”, explica.

Test de alcoholemia

Los propios camioneros aseguran que en Mendoza hay muy pocos controles policiales y que, de haber test de alcoholemia, los accidentes se reducirían 50%. “Éste es un país muy libre. Acá cuando se pasa la frontera se hace lo que se quiere. Desde el automovilista hasta el camionero”, dice Díaz.

Pablo es camionero desde los 16 años ya que se emancipó a esa edad para poder trabajar. Actualmente tiene 30, por lo que lleva 14 años recorriendo las rutas de la Argentina y de países limítrofes. “Acá no se vigila como corresponde. Si hubiera habido alcoholemia, no habría tragedia”, cuenta y agrega que Córdoba es la única provincia con controles estrictos.

Morales va más allá y dice que, en su caso particular, nunca le tocó un control de alcoholemia, pese a tener casi dos décadas arriba de un camión. “Si hubiera controles, le sacaban el permiso y no iba a ningún lado. Pero salvo en Desaguadero, acá en Mendoza no se hacen y, si lo hacen, la poli te pide coima”, arriesga.

Díaz en tanto agrega que, en general, se trata de no demorar a los camiones, por la carga que llevan y eso hace que superen a la Policía sin ser controlados debidamente. “Por ejemplo, con la tecnología de hoy, se puede ver desde hace cuánto que vienen manejando. Ahí tendrían que obligarlo a descansar, pero eso no lo regula nadie”, grafica.

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