Alberto Rodríguez se dedicó a llevar al pentagrama las melodías que le cantaban los paisanos, tratando de salvar del olvido todo ese patrimonio elaborado.
En 1927, formó su propia orquesta, que fue la primera típica de Mendoza.
La denominó "Buenos Aires". Estaba constituida por el violinista Manuel Guirru y el resto de los músicos eran de la Banda de Policía.