El aspirante presidencial por el Frente de Todos, Alberto Fernández, remarcó este jueves que "la Argentina no tiene ninguna posibilidad de caer en default" si él se impone en las próximas elecciones generales.
"La Argentina no tiene ninguna posibilidad de caer en default si yo soy presidente, nadie puede querer el default como salida, es muy dañino", remarcó el exjefe de Gabinete al disertar en el Seminario Democracia y Desarrollo de Clarín, que se llevará cabo en el auditorio del Malba.
El candidato presidencial que se impuso en las primarias con una amplia diferencia sobre el oficialista Mauricio Macri, agregó que "nadie puede plantear seriamente una quita" de la deuda porque, remarcó, la actual "es una deuda contraída por un gobierno elegido democráticamente por los argentinos".
"La deuda que nosotros discutíamos en el año 2003 era la deuda que había empezado en la dictadura", rememoró para advertir: "Este fantasma, que también estuvo alentado por el Gobierno, es un error. Nosotros no estamos pensando en eso, es imposible pensar en eso, la Argentina tiene que ver cómo genera condiciones para pagar esta deuda".
Al respecto, Fernández indicó que cuando él propone “volver a poner en marcha la economía, volver al desarrollo, volver a exportar” está “hablando de cómo conseguir los dólares para hacer frente a estas obligaciones”.
“Después tendremos que hablar con los acreedores para ver, en todo caso, cómo resolvemos el tema. Porque si la Argentina hoy debiera pagar las obligaciones en las condiciones que está, difícilmente podría hacerlo. Hay que sacar del escenario que nosotros venimos a incumplir las obligaciones asumidas. Eso es falso y daña el presente”, advirtió.
Fernández detalló que su mayor "preocupación" es el cronograma de vencimientos partir del 2021 y por ello subrayó que "habrá que sentarse a discutirlo". "Esto lo tendré que hacer yo o Macri, el que llegue. El que llegue va a tener que hacer eso porque es la realidad", insistió.
Y consultado sobre el futuro del dólar, el aspirante presidencial volvió a cuestionar la implementación del cepo durante los últimos años del gobierno de su ahora compañera de fórmula, Cristina Fernández.
"El cepo no fue una buena solución y peor solución fue tomar deuda. Cristina hizo eso porque la Argentina periódicamente tiene un punto de asfixia donde no están los dólares necesarios para la demanda. Eso le pasó a Macri y qué hizo, tomó deuda. Y así estamos. Las dos formas no son buenos mecanismos", desarrolló.
Fernández reconoció que “hay que agudizar el ingenio” para “ver qué salida le encontramos” y manifestó algo similar respecto a la inflación, aunque destacó que durante su gestión como jefe de Gabinete se respetaron que se respetaron “cinco reglas”.
“Todas las medidas que se tomaban debían respetar que el superávit fiscal esté garantizado, que el comercial esté garantizado, que las reservas se acumulen, que la deuda se pague y que además el dólar de algún modo sea administrado para hacer competitiva la exportación”, rememoró.
Subrayó que ahora a ese esquema le sumaría un “sexto mandato” que índice que “todo lo que hagamos debe controlar la inflación”, aunque reconoció que eso “no es fácil de resolver”.
Promovió un “gran acuerdo” multisectorial
“La Argentina tiene que parar la pelota y ver cómo seguimos. Si seguimos con esta dinámica vamos a ir chocándonos contra las paredes. Y parar la pelota es hacer un enorme acuerdo con empresarios, el Estado y sindicatos y donde cada uno respete su parte", propuso.
Fernández reveló que ya inició esas gestiones con sindicatos y empresarios porque, alertó, “este presente lo padecen todos”.
Sobre la reforma laboral
Consultado sobre si ese acuerdo incluirá un entendimiento sobre la reforma laboral que impulsó el gobierno de Mauricio Macri, Fernández aclaró: "Eso no es lo que nos urge a nosotros, nos urge que la gente no tiene trabajo".
“La reforma laboral así como está planteada es un cambio sobre la ley de contratos de trabajo, que a mi juicio es totalmente innecesario”, remarcó, aunque no descartó que se pueda avanzar sobre algunas situaciones de privilegios “sin afectar” esa normativa.
El aspirante presidencial del Frente de Todos agregó que “el sistema laboral no es el problema” porque, recordó: “El problema no es la ley, el problema es que es una economía que se achicó tanto que todo se ha vuelto costoso”.
“Estamos hablando de una economía paralizada. Tenemos que volver a encender la economía que se apagó el día que, por una cuestión dogmática, creyeron que para atacar la inflación había que sólo apagar el consumo”, lamentó.
La lucha contra la inflación
Al respecto, reconoció que la situación de los precios demanda fututos análisis para identificar qué otras razones tienen impacto, más allá de la relación con la emisión monetaria.
"Entiéndase que la emisión monetaria ayuda a aumentar la inflación, no es lo que estoy proponiendo. Lo que digo es que siendo controlado ese punto hay otros elementos que están generando, hay que ver si no hay una fuerte concentración de mercados que terminan formando precios, si no hay una fuerte concentración en la comercialización", deslizó.
Incluso señaló que habló de la situación con los representantes del FMI, quienes, según dijo, reconocieron esta situación y le comentaron que se evaluaba enviar especialistas para determinar las causas de la alta inflación.
Las futuras políticas económicas
"No soy un dogmático económico. No soy ni keynesiano ni liberal. Soy un pragmático en la economía, hay momentos que la economía se resuelve con medidas keynesianas y momentos en las que se resuelve con más libertad", aclaró.
Su futuro Gabinete
Fernández aclaró que aún no definió los nombres de quienes serán sus ministros si se impone en las próximas elecciones generales, aunque adelantó que la decisión la tomará exigiendo un "común denominador: el de la honestidad moral e intelectual"
“Yo quiero un Gabinete homogéneo respecto de la moral pública como un combate a cualquier forma de corrupción y un Gabinete intelectualmente honesto, que todos pensemos un país de modo similar y esta coalición tiene esa característica”, amplió.
Final abierto sobre las retenciones
Alberto Fernández evitó anticipar cuál será, en el caso de asumir al frente de la Casa Rosada, su posición respecto a las retenciones a las exportaciones.
"No tengo vocación de empeorar la situación, pero tengan presente la situación fiscal que tenemos”, planteó y cuando se le indicó que su respuesta era “ambigua”, replicó: "Es tan ambigua como el futuro que me espera, no sé muy bien qué me va a tocar en la Argentina cuando llegue”.
Las causas por corrupción
El aspirante presidencial tomó distancia del accionar de la justicia en torno a las causas por hechos presuntos hechos de corrupción en la que están involucrados exfuncionarios kirchneristas, aunque aclaró que su posición es que "el Estado de derecho se respete del mismo modo que quiere que ningún corrupto quede impune".
Al respecto, Fernández reiteró que "ha habido un abuso en las detenciones" que se establieron en algunas de esas investigaciones y señaló que esa advertencia no es sólo personal sino que también "lo han dicho muchos, incluso algunos que acompañan al presidente" Macri.
Sin embargo, insistió al remarcar que "jamás usaría los indultos" y que "por lo único" que va a trabajar es para que "en la Argentina el Estado de derecho funcione, con jueces probos que apliquen el derecho y no que dicen sentencia de acuerdo a la coyuntura".