Tal como se viene marcando desde estas páginas, la alegría por el "votazo" que explotó el domingo por la noche se viene transformando en cautela en el Frente para Todos. Alberto Fernández y su equipo de colaboradores han decidido bajar el pie del acelerador. Esto se traduce en una "dosificación" de las apariciones públicas del candidato presidencial que le sacó unos apabullantes 15 puntos al Presi
dente Mauricio Macri.
El lunes, Fernández dio una entrevista a Radio 10 y otra al programa Corea del Centro (Net TV); se cruzó tres minutos con los movileros que lo esperaban en la puerta del Instituto Patria, adonde se había reunido con Cristina Fernández y Axel Kicillof. Ayer no dio ninguna nota. Solo publicó un mensaje vía Twitter, pasadas las 8 de la noche, en tono esperanzador: "Los argentinos decidieron que no les van a quitar la esperanza ni la alegría. Vamos a abrazarnos entre todos y vamos a salir adelante. Vamos a poner la Argentina de pie".
En el entorno de Alberto Fernández se repite la palabra "responsabilidad". Ante la debilidad notoria del Gobierno, en el entorno de Fernández dicen que les preocupa que la escena nacional se deteriore aún más. "Al oficialismo se les rompió el GPS, la big data, todo; vemos un desconcierto preocupante", dicen en el Frente de Todos.
"Hoy, cada palabra que diga Alberto Fernández es tomada en el país y en el exterior como lo que es: el pronunciamiento y la definición de quien se enfila a ser el nuevo Presidente; de ahí la responsabilidad extrema que nos cabe", confió a este medio un dirigente cercano a Fernández.
"Nos quieren subir a un ring en el cual Alberto no va a subir; el Presidente es Macri", insisten.
La idea es evitar la confrontación, porque "mientras más daño se le haga al país, más problemas tendrá para solucionar el próximo gobierno". /Horacio Aizpeolea