El lunes pasado, el Vaticano designó al sacerdote Alberto Bochatey (62) como obispo comisario e interventor "para todas las comunidades y sodales de la Compañía de María para la Educación de Sordomudos", compañía de la que depende la orden Antonio Próvolo.
Este nuevo rol del cura toma trascendencia mundial, ya que el Próvolo tiene sedes en Verona (Italia), en La Plata y en nuestra provincia. Y es en Mendoza donde Bochatey centrará mayor protagonismo, ya que llega en plena investigación por la comisión de -al menos- 44 abusos sexuales y casos de corrupción de menores sordos en el establecimiento ubicado en calle Boedo 385 (Luján de Cuyo).
La Justicia mendocina lleva adelante la investigación penal de esta causa, que tiene imputados y detenidos a los curas Nicola Corradi (también se lo señala como autor de abusos en las sedes del Próvolo de Verona y La Plata) y Horacio Corbacho (con acusaciones en La Plata); a la monja japonesa Kumiko Kosaka; y a 3 administrativos del instituto: Jorge Bordón, José Luis Ojeda y Armando Gómez. En simultáneo a esta instrucción, el Vaticano ordenó una investigación eclesiástica que involucra a la orden y a los dos curas acusados. Y como primera medida de este proceso, el propio papa Francisco ordenó la intervención de la congregación a manos de Bochatey.
"Estoy investigando, leyendo papeles y encontrándome con todo lo que hay. Todavía tengo que ir a Roma, luego a Verona y de ahí volver. La primera gestión será la de conocer a la gente, ver cómo están las cosas y conocer las casas (sedes)", resumió Bochatey, quien considera que debería revisarse también la decisión de "cerrar de un plumazo" el establecimiento educativo de Carrodilla.
“Vuelvo a Mendoza con excelentes recuerdos de esa provincia (NdA: entre 1989 y 1996 ofició como párroco en la iglesia de San Agustín), aunque con una tarea ciertamente poco grata. Pero vengo en busca de la verdad.
Acá hay que buscar eso, no el show ni el impacto, ni los intereses de algunos grupos. Simplemente la verdad. La Justicia tiene que moverse con toda la libertad para poder condenar a quien tenga que condenar, y sobreseer a quien tenga que sobreseer”, destacó Bochatey a Los Andes desde La Plata, donde vive. “Y sobre todo, además de las víctimas -que son la primera preocupación-, nos preocupa también que no se generen nuevas víctimas. Me refiero a nuevas víctimas de violaciones o de injusticias por abuso de poder, como pueden ser las familias que se quedan sin trabajo o los padres que se quedan sin escuela”, resumió.
-¿Qué significa para usted haber sido nombrado como interventor en un lugar que está siendo observado desde todo el mundo?
-Lo más importante es darse cuenta que la Santa Sede está muy preocupada por este caso y que lo sigue de cerca. La primera investigación que hicieron los enviados (los también sacerdotes Dante Simón y Juan Martínez) ya está terminada y está entregada al Papa, y creo que uno de los frutos de esa investigación es este nombramiento del comisario apostólico.
-¿Cuáles serán las primeras medidas que tome?
-La primera gestión es conocer a la gente, ver cómo están las cosas y conocer las casas. Yo no tenía ninguna relación con esta congregación más que la que en general podían tener todos. Sobre todo quiero ver a los padres mayores, hay varios que ya están ancianos en Italia. Quiero tomar contacto porque también se habla mucho de que hay causas en Italia, y hasta donde yo he averiguado no hay ninguna. Pero quiero asegurarme que efectivamente en los juzgados penales y civiles italianos no haya ninguna causa y si la hay, deberé ponerme al tanto de ella o ellas.
-Lo que denuncian víctimas de abusos sexuales en Italia es que las causas en el Próvolo de Verona prescribieron. Y que esa prescripción fue intencional...
-Por eso mismo tengo que ir a ver si ha habido alguna causa y, si la hay, cuál es su estado. Por ahora no tengo más que comentarios de la prensa sobre el tema, y yo no me puedo manejar simplemente con el comentario de los periodistas. Hay cosas muy delicadas, y si ha habido alguna causa -prescripta o no- hay que ver a quién involucra. Porque no todos los párrocos son lo mismo.
-¿Qué planes tiene cuando venga a Mendoza?
-Voy a tener que estar yendo y viniendo constantemente, y ver también si puedo encontrarme con las víctimas, si nos dejan. Porque todavía no nos permiten y no sabemos quiénes son (NdA: los abogados de los denunciantes han manifestado que las víctimas no confían en los enviados del Vaticano y que no quieren entrevistarse con ellos). A nivel Iglesia estamos avanzando con mucho esfuerzo, porque la parte querellante no ha hecho ninguna denuncia en la Iglesia.
-En caso de que se confirme las denuncias y teniendo en cuenta que son chicos doblemente vulnerables (por haber sido menores de edad al momento de los hechos y por ser sordos), ¿cómo cataloga los episodios que se habrían vivido en el Próvolo?
-Cualquier hecho de ese tipo es aberrante en sí mismo y creo que cualquier persona en su sano juicio lo puede reconocer. Estamos esperando que la Justicia civil y penal se comporten a la altura de lo que es una verdadera justicia. Sucede que mantienen embargados nuestros bienes sin ninguna razón conocida y han cerrado una escuela que funcionaba perfecto. Generalmente en estos casos corresponde meter presos a los delincuentes o sospechosos, hacer un cierre temporal, investigar si hay pruebas, hacer allanamientos y todas las medidas que asisten a la Justicia. Pero cerrar de un plumazo un colegio dejando en la calle a las familias, a 52 docentes y a los chicos que quieren volver a la escuela; y el hecho de que no haya una respuesta desde febrero hasta la fecha, es una medida que habría que revisar. Es decir, hay 5 o 6 personas denunciadas, pero hay docentes, hay 80 familias y es una escuela que el mismo Gobierno la ha calificado como de excelencia en el país. Y ahora por una presión pública o por lo que sea, la cierran. Lo que es aberrante, lo que es delincuencia, se debe investigar hasta el final. Pero cerrar todo un colegio es una situación muy particular. De igual manera yo recién me estoy informando, por eso prefiero tampoco explayarme demasiado en el tema.
-¿Ha hablado con los docentes del colegio?
-No he podido encontrarme con ellos todavía. Quiero hacer el contacto de la mejor manera posible.
"La Santa Sede está muy preocupada por este caso y lo sigue de cerca. La primera investigación que hicieron los enviados ya está terminada y entregada al Papa".
Perfil
Alberto Germán Bochatey nació en Buenos Aires el 23 de julio de 1955. Recientemente cumplió 62 años.
Fue ordenado como cura el 24 de abril de 1981 y actualmente es obispo auxiliar en La Plata, además de comisario apostólico en la Congregación Compañía de María para la Educación de Sordomudos (de la que depende el Próvolo).
Es también presidente del Instituto para el Matrimonio y la Familia en la Universidad Católica Argentina (Buenos Aires) y dirige la revista Vida y Ética de esa casa de estudios.
Se desempeñó como profesor de Teología Moral Especial en el Instituto Patristicum Augustinianu, en la Pontificia Universidad Lateranense (Roma).
En Mendoza fue párroco de San Agustín entre 1989 y 1996.