Era una gira soñada para Albertina Crescitelli. Su ensamble había viajado a Europa para presentar un largo proyecto, el disco "Trompetango" (también disponible en Spotify). Habían recorrido Italia de norte a sur, incluso haciéndose una escapada al pueblito de un tío canonizado suyo, Alberico Crescitelli. Todo marchaba perfecto. Hasta que en Viena, cuando todavía faltaban conciertos en Budapest y Bélgica, se accidentó.
Fue en una parada de tranvía. Era octubre de 2017, y fue un caso muy serio: sufrió una luxación de codo, que la llevó a ser tres veces operada en un mismo mes: "Tuve la fortuna de que justo estaba en el hospital el doctor que opera a los músicos de la Filarmónica de Viena. Tuve la suerte de que había alguien muy especializado y quiso operarme, y no dejó que nadie más lo hiciera", recuerda Albertina.
Para un pianista, un accidente de esta naturaleza es una estaca en el corazón de su profesión. Para otros colegas, una lesión así podría significar una devastación emocional. Pero ella, hablando ahora con Los Andes, suena totalmente tranquila y confiada.
Es que Albertina ha decidido volver a los escenarios, después de más de un año y medio de rehabilitación (fisioterapia, osteopatía, natación). Será el sábado que viene a las 21, en el Teatro Independencia (ver "La Ficha").
¿En qué forma le afectó el accidente a la movilidad de la mano? Seriamente: el dedo meñique de su mano derecha perdió toda su fuerza, pues el nervio había sido afectado. Empezar a moverlo, y luego ir dotándolo de fuerza para digitar en el teclado, habrá sido un proceso largo y doloroso, asumimos.
- ¿Cuándo fue el momento en el que te sentiste lista para volver a tocar?
- ¡Nunca! (bromea). O te lo cuento después del concierto... A medida de que mi brazo y mis médicos me lo fueron permitiendo, empecé a tocar de a poco. Me costó, porque tengo los músculos del brazo débiles, pero creo que mi cuerpo me lo fue diciendo. Cuando mi brazo empezó a soportar más tiempo tocando, reforzándose con el propio entrenamiento, me fui animando. Claramente tenía miedo, pero creo que el piano incluso ayudó a la rehabilitación.
Albertina tiene la ilusión de volver a Europa para presentar "Trompetango" en los lugares que quedaron pendientes, pero hoy su cabeza está puesta en el próximo concierto, "Polifacético", donde tocará con su papá Roque Crescitelli (trompeta y fliscorno), Walter Casciani (saxos), Engel Suárez (violín), Jordi Clua Soba (contrabajo), Carlos Boeck (batería) y Rubén José Piréz (canto).
El repertorio es fiel a lo que ella viene sosteniendo desde "Trompetango", una joyita de la fusión grabada en Buenos Aires y masterizada con enorme pericia en Viena. Decimos: la eliminación de las fronteras entre estilos, la música "desgenerada", para lo que aquí traerá piezas de Johannes Brahms, Astor Piazzolla, Franz Liszt, Ennio Morricone, el Gato Barbieri y ella misma, que a raíz del accidente volvió a componer (incluso rescatando melodías que escribió cuando era niña).
Es más: "El accidente me obligó a ampliarme como artista -confiesa-. Así como pasa con la fusión, fue sentir que podemos ser un artista integral". Por eso clavó sus manos en partituras propias e incluso se animó a la dirección, tomando clases con Carlos Vieu.
Es así como la vida sigue y augura no solo éxitos, sino también expansiones. Albertina (graduada de la UNCuyo y con un posgrado en la Academia Liszt de Budapest) actualmente también es docente en la Escuela de Música de esa universidad y tiene toda la energía para recomenzar arriba de los escenarios. No queda nada: que se levante el telón.
La ficha
Polifacético
Con: Albertina Crescitelli (piano, dirección y arreglos musicales), Roque Crescitelli (trompeta y fliscorno), Walter Casciani (saxos), Engel Suárez (violín), Jordi Clua Soba (contrabajo), Carlos Boeck (batería), Rubén José Piréz (canto).
Fecha y hora: sábado 10 de agosto, a las 21.
Lugar: Teatro Independencia (Chile y Espejo).
Entrada: $250 (general). Disponibles en boletería (de martes a sábado de 15 a 21) y en entradaweb.com.ar