Vuelven los arreglos: zapateros y modistas, oficios que resurgen con la crisis

Muchos mendocinos buscan “estirar” lo que tienen para que les sirva para la próxima temporada.

Vuelven los arreglos: zapateros y modistas, oficios que resurgen con la crisis
Vuelven los arreglos: zapateros y modistas, oficios que resurgen con la crisis

Con la llegada de los primeros fríos Mirta (52) se dispuso a ordenar su placard y reacomodar la ropa de invierno. En ese momento la docente se encontró con un pantalón con el cierre roto, una campera con el forro zafado y unas botas bajas un tanto arruinadas por el uso. Pero lejos de elegir descartarlas o regalarlas, se dispuso a llevarlas a reparar y así evitar comprar todo nuevo.


Al paso. Los especialistas en acondicionar zapatos y zapatillas están trabajando a full en esta época. | José Gutiérrez / Los Andes
Al paso. Los especialistas en acondicionar zapatos y zapatillas están trabajando a full en esta época. | José Gutiérrez / Los Andes

Se trata de una estrategia más para hacerle frente a la crisis, cada vez más frecuente entre los mendocinos. De hecho, en las casas que se dedican a realizar distintos tipos de arreglos han notado el incremento de la clientela e incluso algunas no dan abasto con los pedidos. Las épocas donde la solución era tirar y reponer quedaron atrás y por los precios muchos eligen "estirar" cada vez más la duración de prendas y calzados.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

En la zapatería Don Carlos, ubicada sobre calle Rioja, los clientes se agolpan en el mostrador esperando el turno para hacer sus encargos. "Durante el cambio de temporada los pedidos suben más porque la gente necesita arreglar antes de salir a comprar", comenzó a explicar Cristian desde allí. Señaló que haciendo ciertos 
arreglos los clientes pueden ahorrar grandes cantidades de dinero. "Por ejemplo, un cambio de suela completo está en $700 y $800 cuando un zapato nuevo no baja de $2.000 o $3000", destacó. Recordó que durante los 90´se popularizó la costumbre de tirar lo que tenía alguna rotura, pero que desde entonces ha ido cambiando la situación. "Hoy se recupera todo, hasta las carteras, los bolsos y las mochilas que tienen algún agujerito, la gente no está como para tirar".


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

Carlos Jesús, de la zapatería Plazoleta, también ha observado el aumento en la cantidad de arreglos, pero reconoció que cada vez le rinde menos el trabajo por lo que le cuesta mantener el negocio.

"Han subido mucho los insumos y la mano de obra cada vez se cobra menos", se lamentó. Otra tendencia que ha notado, son trabajos para evitar la rotura prematura de los calzados. "Se le coloca media suela de goma al zapato caro para que dure más, antes era más frecuente en las mujeres, pero ahora también lo piden los hombres", comentó.


    José Gutiérrez / Los Andes
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Por su parte Hugo "Polito" Cipolla, dueño de un taller de calzados de Luján, reconoció un incremento en su trabajo, pero precisó que en su caso ha sido leve. Se mostró preocupado por aquellos a los que no les alcanza para pagar los arreglos. "Lo que ha crecido mucho es el arreglo de zapatillas, lo que no sorprende porque es lo que más usa la gente y no sólo en invierno, sino durante todo el año".

Parches y costuras

Con máquinas de coser colocadas al final del negocio, en La Casa de la Modista no dan abasto con la cantidad de pedidos que han recibido en las últimas semanas.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

"Se ha incrementado muchísimo lo que son los arreglos en general, de broches, cambio de cierres , entre otros", enumeró Vivian Rodríguez desde el local que tiene 70 años en la provincia. Según su experiencia, actualmente se "arregla todo": "Si comparás con comprar algo nuevo es muy conveniente, un cambio de cierre de un jean puede llegar a costar hasta $250 cuando uno nuevo está en los $3.000", dijo.

Allí también comercializan productos de mercería y han notado mucha salida de apliques para colocar en piquetes y así alagar la vida útil de las prendas.


    José Gutiérrez / Los Andes
José Gutiérrez / Los Andes

En Confecciones Amalia, local ubicado en una galería sobre calle Las Heras, también tienen gran cantidad de pedidos para trabajar. "Tenemos tantos clientes que no nos hace falta poner avisos", contó Amalia quien lleva más de 50 años en el rubro. Es que hasta allí llegan tanto aquellos que quieren cambiar cierres y realizar diversos arreglos, como los que han comprado ropa en el exterior a precios bajos y necesitan que se la adapten a sus medidas.

En primera persona

Mirta (52) aprovechó su mañana libre para llevar las prendas que sacó de su placard distintos talleres del centro para hacerles arreglos. "Estuve averiguando cuánto salen unas botas nuevas y prefiero estirar las que tengo, igual que la campera", relató. Asimismo adelantó que intentará comprar cuando se esté por terminar la temporada para ver si encuentra precios más accesibles.

Con un par de botas de taco, Vivian llegó ayer la zapatería Plazoleta. "La verdad es que está todo muy caro, entiendo que los negocios tienen que pagar un montón por impuestos y servicios, pero si tuvieran un precio más accesible venderían más", expuso a la vez que aseguró haber visto botas entre $4.000 y $5.000. "Me parece una barbaridad, por eso le traje a arreglar estas botas para mi hija", comentó.

En el mismo sentido se manifestó Edgardo (48) quien le llevó a la modista un pantalón para emparchar. "Estuve dudando si regalarlo y comprarme uno nuevo, pero prefiero que me dure una temporada más y ver si la cosa mejora", deslizó con notable pesar.

Fabricación propia 

Otra tendencia que hace tiempo acompaña a la crisis es la confección propia de prendas de vestir. Así en los negocios de telas y lanas, ya han comenzado a ver el incremento de ventas para la temporada otoño-invierno. "Viene mucha gente a buscar lana, porque entre hacerse un pullover y comprarlo hecho es mucho más barata la primera opción", comentó Alejandra, empleada de Tualana. Detalló que los 100 gramos de lana cuestan $58 y que para tejer un sweater estándar el promedio son 700 gramos, es decir que habría que gastar alrededor de $400. Desde allí también indicaron que es una actividad que de por sí se mueve con la crisis. "Porque también es una buena salida laboral para mucha gente que puede tejer y vender desde su casa", remarcó.

En la casa Doña Tela también se hace visible una gran afluencia de mendocinos. "Se han incrementado las ventas porque la gente prefiere confeccionar algo propio que pagar una locura", apuntó Eduardo desde la caja del local. Él detalló que lo que más está saliendo por estos días es el polar y la tela de jogging con la que se elabora indumentaria escolar de abrigo. "El metro de tela de polar está en $270 liso y $290 estampado y con un 1,10 te sale una campera", precisó.

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